
La leche ultrafiltrada presenta un mejor perfil nutricional que el resto de tipos de leche, incluida la pasteurizada. FOTO: Freepik.
Alimentación
Qué es la leche ultrafiltrada que mantiene todos los nutrientes y por qué deberías tomarla todos los días
Gracias al proceso de ultrafiltración, no sólo contiene más calcio y proteínas y menos azúcares que la leche pasteurizada, sino que es apta para intolerantes a la lactosa y dura más (en la nevera).
Por Marcos López
30 DE MAYO DE 2025 / 13:00
Da igual que tu infancia haya quedado atrás y en tu pelo comiencen a aflorar las canas. Siempre es buen momento para disfrutar de un buen vaso de leche de vaca. Un alimento que te llena de energía y nutrientes indispensables que no encontrarás en las bebidas vegetales. Más aún cuando esta leche ha sido no sólo sometida a la necesaria pasteurización para eliminar los patógenos presentes en la leche cruda, sino ultrafiltrada.
Belén Fontán Calvo, especialista en Dietética y Nutrición del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo, explica que «la leche ultrafiltrada es una leche sometida a un proceso de separación de sus componentes en beneficio de una mejora en su composición. De hecho, este proceso de ultrafiltración incrementa la concentración de algunos de sus nutrientes, caso especialmente de las proteínas. Además, también puede reducir la cantidad de lactosa, lo que la hace más beneficiosa para las personas con intolerancia a este azúcar».


Qué es la ultrafiltración
Poco importa que la leche cruda esté de moda en internet. Contiene bacterias muy nocivas. De ahí que para evitar que su consumo sea peligroso para la salud tenga que ser pasteurizada. Pero hay un proceso que logra que esta leche sea incluso más nutritiva: la ultrafiltración. Que no es sino hacerla pasar a gran presión a través de unas membranas porosas para separar sus componentes en función de su tamaño. Dejando a un lado las moléculas más pequeñas, caso sobre todo de la lactosa, y reteniendo las de mayor volumen, como las proteínas y los minerales. Lo que resulta en beneficios muy significativos.
Como destaca la experta, «el mayor beneficio de esta leche es la mejora del perfil nutricional frente al resto de leches, pues al contar con una concentración de proteínas, calcio y otros minerales la hace una opción más atractiva. Además, la disminución de la lactosa y de algunos microorganismos hace que sea una leche con mejor digestibilidad, resultando apta para pacientes que tengan problemas digestivos».
Te llena de proteína y es ideal para (casi) todo el mundo
Concretamente, se estima que un buen vaso de leche ultrafiltrada aporta en torno a 15 g de proteína y entre 400 y 500 mg de calcio, mientras que la pasteurizada tiene unos 8 g de proteína y unos 300 mg de calcio. Y a ello se suma su menor contenido en azúcar, de 6 a 9 g en caso de la ultrafiltración y de 12 g en el de la pasteurización.
Muy importante: el contenido en lactosa se ve notablemente disminuido durante el proceso de ultrafiltración. Tal es así que, como apunta Belén Fontán Calvo, «esta leche es apta para personas intolerantes a la lactosa en caso de que su intolerancia a este azúcar no sea muy alta. Es decir, si la persona tolera bien quesos, yogures etc., seguramente tolerará esta leche ya que el contenido en lactosa es muy reducido».
Sin embargo, que pueda catalogarse como una leche sin lactosa no quiere decir que sea fácilmente digerible para todo el mundo. Pues como puntualiza la especialista en Dietética y Nutrición, «no es apta para personas alérgicas a la proteína de la leche de vaca, dado que no sólo no elimina la proteína de la leche, sino que incrementa su concentración».
La leche ultrafiltrada dura más en la nevera
En definitiva, la leche ultrafiltrada es más rica en proteínas y minerales esenciales, caso del calcio. Y también tiene un sabor más dulce como consecuencia de la metabolización de la lactosa. Pero, ¿qué hay de los bacterias que, como las causantes de la salmonelosis y la listeriosis, campan a sus anchas en la leche cruda? Pues no hay ni rastro de ellas. Como indica Belén Fontán Calvo, «además de ser ultrafiltrada, esta leche también es sometida al procedimiento de pasteurización como método de prevención en la eliminación de los patógenos y como método de conservación». El resultado es que, además de segura, la leche ultrafiltrada dura más que la pasteurizada y otras variantes.
Pero como todo en la vida, nada es para siempre. Menos aún fuera de la nevera. Como concluye la experta, «si añadimos el ultrafiltrado a la pasteurización prolongamos la vida útil del producto, lo que en ningún caso significa que podamos conservarla de cualquier manera. Una vez abierta, debe estar refrigerada y consumirse siempre siguiendo la pauta indicada en el etiquetado del producto».
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