Al contrario de lo que generalmente se piensa, la transición del vegetarianismo al veganismo puede resultar muy complicada. FOTO: Pexels.
Alimentación
Las razones por las que te cuesta tanto hacerte vegano, a pesar de que ya estás convencido
La falta de información, la presión social y la resistencia a renunciar a ciertos sabores (por ejemplo al del queso) explican por qué muchos vegetarianos no dan el paso al veganismo.
Por Marcos López
01 DE NOVIEMBRE DE 2024 / 09:36
No importa tanto la razón. Que consideres que los alimentos vegetales son, frente a los animales, mucho más saludables para tu organismo. Que pienses que la ganadería, artesanal o industrial, es una forma de maltrato intolerable de la que no quieres formar parte. O que juzgues que el coste medioambiental de la explotación animal es totalmente incompatible con la sostenibilidad del planeta. Has decidido, como cada vez más gente, renunciar a todo producto de origen animal. Hacerte vegano. Pero te está costando mucho. Demasiado. Como si tu mente no fuera capaz de asumir tu deseo.
Carlota Bruna, especialista en Nutrición y Dietética y autora, entre otros libros de éxito, de Camino a un mundo vegano, destaca que «ser vegano no es un sacrificio, es una bendición. Es cierto que puedes comer comida rápida y alimentos ultraprocesados poco saludables, pero también puedes elegir una dieta basada exclusivamente en plantas y brillar de adentro hacia afuera».
Sin embargo, tu transición al veganismo no está yendo tan bien como esperabas. De hecho, como ha revelado la Universidad de Ratisbona, son varias las razones que explican por qué te cuesta tanto hacerte vegano. Aunque hayas practicado toda tu vida el vegetarianismo.
No tienes tanta información
La primera razón es la existencia de una discrepancia informativa. La percepción que tienen los veganos y los vegetarianos acerca del impacto de la ganadería industrial sobre el medio ambiente no es exactamente la misma. Tampoco lo es la relativa a los efectos sobre la salud de los consumidores de alimentos de procedencia animal. La población vegana maneja una información más amplia. Está más concienciada sobre las consecuencias. Y es más radical e inflexible en cuanto a sus postulados. A todos los niveles.
No crees que sea para tanto
Carlota Bruna apunta que «una dieta basada en plantas es la dieta que no sólo nos permite estar saludables, si no que nos permite, y permitirá, vivir sin sobrepasar los límites del planeta».
Sin embargo, como han observado los investigadores alemanes, la valoración que los vegetarianos hacen de la industria animal es mucho menos negativa. Quizás porque, arguyen los propios autores, poseen información «menos correcta», poniendo como ejemplo que en hasta un tercio de los casos desconocían que sus elecciones dietéticas conllevaban el sacrificio de animales.
No quieres renunciar al sabor
La segunda razón tiene que ver con lo que la Universidad de Stirling bautizó como la paradoja del queso. El malestar psicológico que genera en los vegetarianos su cariño por los animales y su deseo conflictivo de consumir huevos y productos lácteos. Un deseo que, de acuerdo con el nuevo estudio, se antoja irrenunciable. Especialmente en lo que respecta al queso. Quieren seguir disfrutando de su sabor y consideran que las alternativas veganas no están a la altura.
El paladar vegano no es tan exigente
Una vez más existe una discrepancia informativa. Y aquí los autores son contundentes al afirmar que, en defensa de su paladar, los vegetarianos consideran que el estilo de vida vegano podría asociarse con una peor experiencia gustativa. Sin embargo, y una vez les dieron a probar queso vegano, los participantes vegetarianos reconocieron no poder distinguirlo del de procedencia animal.
Temes ser un incomprendido
Una última razón: el ser humano es un animal de costumbres. Una vez se ha adquirido un hábito, incluidos los alimenticios, le resulta muy difícil cambiarlo. Y a ello se suma el temor que siente la población vegetariana al estigma social que, aún en la actualidad, se asocia al estilo de vida vegano. Unas críticas que no aunque no hagan titubear a los veganos sobre sus convicciones, pueden provocar que las personas en camino de ponerlas en práctica se piensen dos veces, o más, dar el paso definitivo.
En realidad da igual cuál de estas razones te dificulta tu transición al veganismo. Si tu intención es eliminar todo consumo de productos animales, son fácilmente superables. Como concluye Carlota Bruna, «necesitamos construir ya un sistema alimentario que sea justo, sostenible y accesible para todo el mundo. Y construir un mundo más sostenible sólo podemos hacerlo en conjunto».
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