Si sabemos que el sol envejece, ¿por qué muchos seguimos olvidando el fotoprotector?

Atrás, muy atrás, quedan los tiempos en que antes de bajar a la playa tocaba embadurnarse de crema de zanahoria. O de experimentar con «potingues» tan poco recomendables como el aceite de coco con refresco de cola… Afortunadamente, a día de hoy, una amplia mayoría ha sustituido estas ocurrencias por el fotoprotector. ¿La razón? «Estamos mejor y más informados sobre cómo exponernos al sol», asegura el doctor Agustín Buendía, director de la Fundación Piel Sana de la AEDV.

Pero, curiosamente, este conocimiento no se traduce siempre en buenos hábitos. «Sabemos mucho más, sí , pero ahora nos queda ponerlo en práctica y cambiar el comportamiento frente al sol», añade. Uno de los ejemplos más llamativos de esa falta de coherencia entre lo que sabemos y lo que hacemos es lo relacionado con el envejecimiento cutáneo.

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Con motivo de la presentación de la campaña Euromelanoma, que este año celebra su vigesimoquinto aniversario, los dermatólogos asistentes, como la doctora Paloma Borregón, confesaron que una de las mejores formas de convencer a los pacientes para que se protejan bien de la radiación solar es hablar de cómo el sol les echa años encima. De hecho, esto no es algo ajeno a la población. El 92% considera que la exposición solar provoca ese envejecimiento en diferentes grados. Solo un 1% se empeña en que no es así, según el último Observatorio Heliocare by Cantabria Labs. Sin embargo, son muchos los que se siguen olvidando por el camino el fotoprotector.

Manchas y arrugas que proceden del sol

La realidad es que no se trata únicamente de una percepción. O de una eficaz (e inocente) amenaza de los dermatólogos. El sol envejece. Y mucho. Hace ya años que la ciencia demostró que el 80% del envejecimiento de la piel está causado por la radiación solar. La cuestión es que no solo lo provoca sino que también lo acelera. Este proceso tiene hasta un nombre propio: fotoenvejecimiento. Se debe a que cuando la radiación solar —la ultravioleta y también la luz azul— llega a la dermis, puede alterar el ADN  y, por tanto, el funcionamiento de las células cutáneas.

Ahí se desencadena un proceso que implica menor producción de melanina, colágeno y elastina. Que, en última instancia, se ve en el espejo. La piel se ve más seca, fina, con arrugas y manchas. Muchas personas, especialmente, como confirma la doctora Borregón, las mujeres que ya han cumplido los 40, se preocupan de este efecto. Tanto que el 24% de los usuarios de fotoprotector lo utilizan, principalmente, para prevenir arrugas o manchas, según la encuesta de Cantabria Labs.

¿El sol solo envejece en verano?

Pese a todo, el Observatorio Heliocare by Cantabria Labs, que, por cierto, este año se ha realizado por primera vez también en Italia y Portugal, pone de manifiesto un dato que da que pensar. Sabemos que el sol envejece. No solo eso, sino que además nos preocupa. Pero la gran mayoría de la población española —un 71%— únicamente se pone fotoprotector en momentos puntuales como las vacaciones o cuando practica deporte al aire libre. Por si fuera poco, seis de cada 10 o bien no se lo reaplican o bien lo hacen solo una vez.

Echando de nuevo un vistazo al informe de Hábitos al Sol encontramos algunas respuestas a por qué fallamos en esto. Entre los motivos más comunes de no usar protección solar se encuentra el olvido (33%) o porque le resulta incómodo hacerlo (19%). Hay quienes también mencionan como razón la vitamina D, sin embargo, está más que demostrado que el fotoprotector no inhibe su síntesis. Es más, puede incluso mejorarla.

Ni el bronceado es saludable ni el callo solar funciona

Entre las respuestas hay un 9% que afirma que no se echa crema con SPF porque quiere broncearse. «Sigue siendo muy preocupante que un 41% de los españoles relacionen el bronceado con belleza o con algo saludable; cuando, en realidad, se trata de células que han sido quemadas y, por tanto, hablamos de daño cutáneo», advierte María Vitale, directora médica de Cantabria Labs. Otro mito que corre últimamente, sobre todo en redes sociales, es del callo solar. Una peligrosa idea que defiende que si la piel se acostumbra al sol, se termina por proteger a sí misma.

«Este tipo de teorías son alarmantes. En el caso del callo solar solo hay que mirar a nuestros agricultores: tienen callo solar, claro, pero porque no les quedaba más remedio. Ahora ese callo se ha transformado en queratosis, arrugas, manchas…», afirma Yolanda Gilaberte, presidenta de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

En otras palabras, como apunta la dermatóloga, «el callo solar es envejecimiento asegurado y puede que también cáncer de piel». Por tanto, como insiste Vitale, es fundamental hacer comprender a la población que el bronceado es en realidad un daño solar. «Ahora se prodiga más que nunca la belleza natural. Eso solo es posible con una piel sana y, para conseguirla, no queda otra que fotoprotegerse a diario», concluye.