Ferran Cases sobre gestionar la ansiedad: «Fui hasta a un chamán, pero solo hay una cosa que funciona»

Cada vez más personas buscan herramientas para gestionar la ansiedad. Pero muchas siguen atrapadas entre soluciones milagrosas, promesas vacías o recetas que ignoran lo más básico: cómo funciona realmente el cuerpo y la mente. Ferran Cases, divulgador, escritor y director del centro Bye Bye Ansiedad, lo tiene claro: «Probé de todo, hasta un chamán, pero solo funciona una cosa de verdad».

Su enfoque, que compartió en el WeLife Tour Barcelona 2025 –nuestros eventos itinerantes de bienestar– celebrado el pasado 10 de mayo, ha ayudado a miles de personas. «Hay que entender que la ansiedad no se elimina: se gestiona, se acompaña y se integra en nuestro día a día», resuelve Cases.

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El error de querer eliminar la ansiedad

Para el experto, que quedó paralizado por un ataque de ansiedad, el primer paso es dejar de verla como un enemigo. «La ansiedad no surge por lo que nos pasa, sino por cómo lo interpretamos. Y cuanto más luchamos contra ella, más la alimentamos», explica.

Intentar suprimirla o ignorarla activa un estado de alerta constante que genera más miedo, más pensamientos obsesivos y más sufrimiento. Su propuesta es otra: aceptar su presencia y crear una vida que nos ayude a regularla, en lugar de rechazarla.

Qué sí funciona para gestionar la ansiedad (y por qué)

Lejos de enfoques mágicos (chamanes y otras prácticas a las que, de manera deliciosamente delirante se refiere en sus charlas), Cases apuesta por herramientas que tienen base neurocientífica y pueden aplicarse en el día a día. Sus pilares fundamentales se basan en la regulación del sistema nervioso y la activación de los neurotransmisores que modulan el bienestar:

• Ejercicio físico: el movimiento activa la dopamina y las endorfinas, fundamentales para mejorar el ánimo y reducir la tensión. No hace falta correr una maratón: caminar, bailar o hacer yoga ya marca la diferencia.
• Respiración conscientemente: controlar el ritmo respiratorio activa el sistema parasimpático, responsable de la calma. Bastan dos minutos al día respirando lento y profundo para rebajar el nivel de activación.
• Alimentación equilibrada: comer alimentos que favorecen la producción de serotonina y dopamina (como el plátano, el pavo, el chocolate negro o los frutos secos) ayuda a estabilizar el estado de ánimo.
• Relacionarse con los demás: la oxitocina, la llamada «hormona del vínculo», se libera con abrazos, tiempo de calidad con personas queridas o incluso acariciando una mascota.
• Rutinas sencillas y realistas: fijarse pequeñas metas, desconectar de pantallas, exponerse al sol o reír con amigos puede parecer simple, pero tiene un impacto directo en la bioquímica del bienestar.

Ferran Cases propone dejar atrás la idea de eliminar la ansiedad, que sólo genera más sufrimiento. Y optar por acompañarla con técnicas que regulan el sistema nervioso y mejorar la química cerebral.