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Joven paseando por un bosque para aliviar la falta de atención y despejar la mente

Aquí no hace falta meditar ni contar pasos. Basta con caminar para que el cerebro, saturado de pantallas, se resetee casi solo. FOTO. Caleb Jones/Unsplash.

MENTE

Falta de atención: cómo entrenar tu cerebro sin pastillas ni pantallas

En cuanto te quedas quieto, tu atención se fuga más rápido que un adolescente de un plan familiar. Aquí va la ciencia (y un truco inesperado) para que tu cerebro vuelva a casa.

Por María Corisco

12 DE SEPTIEMBRE DE 2025 / 15:47

Cierras el portátil, apagas el móvil y, aun así, tu mente sigue en modo pestaña infinita: compras pendientes, correos sin abrir, la cita del dentista. Duermes bien, reduces pantallas, pero el foco se evapora en minutos. ¿Por qué cuesta tanto mantener la concentración incluso cuando hacemos todo “bien”? La falta de atención se ha convertido en el nuevo ruido de fondo, y la ciencia empieza a dar respuestas sorprendentes.

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Un reset mental contra la falta de atención al alcance de cualquiera

No siempre hacen falta técnicas sofisticadas para entrenar la mente. A veces basta con calzarnos las zapatillas y disfrutar de los beneficios de un paseo por la naturaleza. Este descanso visual frente al cemento y las pantallas abre las puertas a resetear el cerebro. Los resultados no se hacen esperar: despeja la atención saturada, estimula la creatividad y más serenidad.

Lo que la ciencia sabe sobre el poder de la naturaleza

El doctor Marc Berman, neurocientífico y psicólogo de la Universidad de Chicago, ha dedicado gran parte de su carrera a estudiar cómo el contacto con entornos naturales mejora la función cognitiva y emocional. Uno de sus estudios más celebrados demostró que las personas que pasearon durante aproximadamente una hora en un parque arbolado mejoraron entre un 15 % y 20 % su memoria de trabajo y rendimiento en tareas de atención en comparación con quienes caminaron por calles urbanas. Incluso observar fotografías de entornos naturales generó efectos similares.

El poder del murmullo de las hojas

En su libro más reciente, La naturaleza y la mente, Berman explica cómo “incluso breves paseos por un parque, la contemplación de un río o mirar un paisaje pueden tener efectos medibles en el cerebro, aumentando la concentración, la memoria y el estado de ánimo”.

Esos beneficios del paseo por la naturaleza se apoyan en la teoría de la restauración de la atención (Attention Restoration Theory, ART), desarrollada en los años 80 por Rachel y Stephen Kaplan. Se basa en que la atención dirigida – la que usas para concentrarte en tareas complejas o resolver problemas- es un recurso limitado. Y, encima, se fatiga con facilidad. La naturaleza proporciona lo que los Kaplan llaman “atención suave” (soft fascination): estímulos atractivos, pero no exigentes. La lista es inmensa: el murmullo de las hojas, el vaivén de las olas ,un campo de flores silvestres… Elementos naturales sin pretensiones que permiten que la mente se relaje y recupere su capacidad de enfoque.

La naturaleza como chute de creatividad

Pero, además, Berman añade un matiz interesante: algunas propiedades físicas de la naturaleza, como las líneas curvas y determinados patrones, podrían explicar por qué el cerebro se siente “cómodo” en estos entornos. Así, señala que “la forma de un río, la repetición simétrica de un copo de nieve o las curvas de una formación rocosa son más fáciles de procesar que los bordes rectos y angulosos de un rascacielos”. Esto -explica – ayuda a que el cerebro descanse y se prepare para funcionar de manera más eficiente en tareas posteriores.

Además de los efectos sobre la concentración, la exposición a la naturaleza eleva el estado de ánimo y estimula la creatividad, reforzando la idea de que no se trata solo de un respiro cognitivo, sino de un impulso integral para la mente.

Evidencia científica y debates abiertos

Numerosos estudios respaldan la ART. Investigadores como Amy McDonnell, experta en cognición y neurociencia, han demostrado con electroencefalogramas que el cerebro descansa y mejora su rendimiento tras un paseo por entornos naturales. En un estudio publicado en Nature, McDonnell puso a caminar a un grupo de personas por el campo y a otros, por entornos urbanos. Las conclusiones no dejan lugar a dudas: pasear 40 minutos en un entorno natural aumenta la capacidad de control ejecutivo, medida a través de los componentes cerebrales relacionados con la corrección de errores.

Sin embargo, no todos los aspectos están claros. Algunos expertos, como la profesora Ruth Garside, investigadora en el Centro Europeo para el Medio Ambiente y la Salud Humana, señalan que “los beneficios podrían deberse también a factores asociados al contacto con la naturaleza: ejercicio físico, aire limpio, soledad, estímulos olfativos de los árboles o simplemente desconectar de las obligaciones”. Así, revisando la teoría, apunta que “probablemente sea la combinación de todos estos factores lo que genera el efecto restaurador”.

Beneficios del paseo por naturaleza para tu falta de atención

La ciencia confirma que la naturaleza no solo combate la falta de atención, sino que aporta múltiples beneficios:

  • Mejora la atención sostenida y la memoria de trabajo: caminar por un entorno natural ayuda a concentrarte mejor en tareas posteriores.
  • Estimula la creatividad: los estímulos naturales permiten que la mente divague de manera productiva.
  • Reduce el estrés y regula las emociones: disminuye la activación fisiológica asociada a la tensión y la ansiedad.
  • Favorece la recuperación mental tras la multitarea: basta con unos minutos de atención suave para recargar recursos cognitivos agotados.
  • Aumenta el bienestar y la sensación de conexión: interactuar con la naturaleza activa redes cerebrales vinculadas con la recompensa y la emoción.
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Cómo incorporar la naturaleza en tu rutina

No hace falta que te vayas a un bosque lejano para aprovechar estos beneficios. Puedes incluir “microdosis de naturaleza” de manera práctica:

  • Paseos conscientes: incluso 20 minutos en un parque durante el almuerzo o después del trabajo permiten absorber estímulos naturales sin distracciones.
  • Espacios verdes en casa o el trabajo: una planta, un jardín o una ventana con vistas a árboles activan la atención suave.
  • Imágenes y sonidos naturales: fondos de pantalla, música ambiental con agua o pájaros pueden tener efectos similares durante las pausas de trabajo.
  • Diseño biofílico: integrar elementos naturales en entornos laborales y educativos favorece la restauración cognitiva.
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