
La dificultad para seguir conversaciones puede conducir al aislamiento y la soledad. FOTO: Freepik.
MENTE
Pérdida auditiva: así puede afectar a tu salud mental y a tus relaciones
Perder audición no solo implica dejar de oír sonidos. También puede aislarte, afectar de forma negativa tu estado de ánimo y debilitar tu conexión con los demás.
Por María Corisco
14 DE JUNIO DE 2025 / 08:00
Escuchar bien es más importante de lo que imaginas. Puede que no te des cuenta al principio, pero, cuando empiezas a perder audición, no solo dejas de oír ciertos sonidos: también cambia la forma en que te comunicas, te relacionas con los demás e incluso cómo te sientes contigo mismo.
A veces, esta pérdida se asume como algo normal que viene con la edad, y por eso se minimiza o se deja sin tratar. Sin embargo, cada vez hay más evidencias de que oír menos puede hacer que vivas con más ansiedad, tristeza o frustración, y que incluso afecte tu memoria o tu capacidad de concentración. Porque cuando dejas de escuchar con claridad, también puedes empezar a desconectarte un poco del mundo… y de ti.
Según un estudio realizado por Audika, dos de cada tres personas mayores de 50 años tienen dificultades auditivas y necesitan esforzarse para seguir las conversaciones cotidianas. Sin embargo, solo una minoría recibe un diagnóstico o tratamiento adecuado. La pérdida auditiva sigue viéndose como un peaje más del envejecimiento, y no tanto como un problema de salud que puede y debe abordarse. Pero proteger el oído es también una forma de apostar por un envejecimiento activo, autónomo y emocionalmente saludable.


Las consecuencias de la pérdida auditiva: soledad y aislamiento
El mismo estudio revela que más del 40 % de quienes sufren pérdida auditiva sin tratar se sienten solos o aislados. Además, un 58 % reconoce que su salud mental se ha visto afectada, con emociones como ansiedad, tristeza, frustración o baja autoestima. Estos datos muestran que el oído no es solo un canal para escuchar, sino una vía esencial para conectar con los demás y con uno mismo.
David Ruiz, director general de Audika España, destaca que «los datos de este primer informe reflejan la tendencia de aquellas personas con problemas de audición a aislarse, lo que puede contribuir al desarrollo temprano de enfermedades mentales, como el Alzheimer o la demencia, que se potencian debido a la pérdida de conexión con la realidad que produce el aislamiento de las personas».
No poder seguir el ritmo de una conversación puede provocar sentimientos de inutilidad o dependencia, sobre todo en personas que antes llevaban una vida social muy activa. Esta desconexión emocional no es solo psicológica: también puede tener consecuencias física, ya que la salud mental influye directamente en el bienestar general, y el estrés o la tristeza persistente pueden debilitar el sistema inmunológico, empeorar el descanso y favorecer problemas crónicos. Por eso, cuidar la audición es también una forma de cuidar todo el equilibrio físico y emocional de la persona.
¿Qué dice la ciencia?
Diversos estudios clínicos han confirmado esta relación entre audición y salud mental:
- Mayor riesgo de depresión. Una revisión sistemática publicada en JAMA Otolaryngology – Head & Neck Surgery encontró que las personas con pérdida auditiva tienen un 47% más de probabilidad de presentar síntomas depresivos que quienes oyen con normalidad. Este riesgo se incrementa cuando la pérdida es moderada o severa, y cuando no se utilizan ayudas auditivas.
- Aumento de la ansiedad y del aislamiento social. Las dificultades para seguir conversaciones, sobre todo en ambientes ruidosos, generan frustración y vergüenza. Muchas personas dejan de participar en reuniones sociales, en clases o incluso en conversaciones familiares. Esta retirada puede llevar al aislamiento, uno de los factores de riesgo más importantes para trastornos afectivos.
- Deterioro cognitivo y demencia. Investigaciones lideradas por el Dr. Frank Lin en la Universidad Johns Hopkins han demostrado que la pérdida auditiva no tratada se asocia con una mayor tasa de deterioro cognitivo e incluso con mayor riesgo de demencia. Una de las hipótesis es que el cerebro, al esforzarse constantemente por compensar la falta de estímulos auditivos, redirige recursos que normalmente se usarían para la memoria y otras funciones cognitivas. Además, la falta de estimulación sensorial y la menor interacción social podrían acelerar el proceso neurodegenerativo.
Una cadena de causas invisibles
La relación entre pérdida auditiva y salud mental se puede explicar por varios mecanismos interrelacionados:
- Sobrecarga cognitiva: según un estudio de la Universidad de Colorado, el cerebro redirige recursos para comprender sonidos, lo que lo agota y reduce su capacidad de memoria y concentración.
- Menor estimulación cerebral: la falta de estímulos auditivos afecta la actividad neuronal de ciertas áreas.
- Impacto emocional y social: las dificultades para comunicarse dañan la autoestima y fomentan el aislamiento, según un estudio de la Academia Americana de Otorrinolaringología.
- Estigma: muchas personas evitan los audífonos por vergüenza o negación, lo que cronifica el problema.
La buena noticia es que la intervención temprana puede marcar la diferencia. El uso de audífonos, implantes cocleares o terapias auditivas mejora significativamente la calidad de vida, reduce los síntomas depresivos y puede incluso proteger contra el deterioro cognitivo.
- TEMAS
- VIDA SALUDABLE
WeLife hoy
Aceitunas y microbiotaEstudiar mejorAdolescentes y ansiedadSentirte soloRutina cavernícolaSiguenos :)