Javi Martín: «Llevo con humor y con orgullo haber pasado por el psiquiátrico en dos ocasiones»

A día de hoy parece que vamos dando pequeños pasos con respecto a la salud mental. Están saliendo muchos testimonios de personas conocidas (como Ángel Martín o Nena Daconte) que nos abren las puertas de su corazón y de su mente para desestigmatizar los problemas mentales. Ahora le llega el turno al que fuera «el guapo» del mítico programa de los 90 «Caiga quien caiga», Javi Martín, que también se abre en canal para contarnos su experiencia con el trastorno bipolar en un volumen editado por Espasa.

Quedamos en un hotel del centro de Madrid y nos sentamos en una cafetería a pie de calle con vistas a la Gran Vía. Allí, viendo el ajetreo de la gente paseando, Javi se muestra sereno y excitado. ¿Será la bipolaridad? Pues va a ser que no. Está sereno porque es capaz de convivir con su enfermedad, detectar los signos de alerta cuando esta hace acto de presencia y, a su medio siglo de vida, ha conseguido saber por fin quién es y qué es lo que quiere en la vida. La excitación viene dada porque acaba de salir al mercado su primer libro: «Bipolar y a mucha honra».

Javi ha trabajado siempre de cara al público y está acostumbrado a las críticas, pero ¿no le dan miedo las que pueda tener un relato tan íntimo como el que acaba de publicar? “En general nunca he tenido miedo a las críticas, ni en el teatro. Este libro yo lo he hecho con todo mi cariño, le he puesto todo mi empeño y, por supuesto, habrá gente a la que no le guste. Por ahora las primeras críticas son buenas y a mi primer lector, que ha sido mi marido, le ha gustado muchísimo. Ha llorado, ha reído… Para mí, eso ha hecho que merezca la pena. Y las críticas malas las recibiré encantado.”

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‘Bipolar y a mucha honra’ es un libro que narra la experiencia de Javi con un trastorno mental como la bipolaridad. Pero no se trata de un relato amargo y triste, ni mucho menos. Javi hace humor y se regodea de las experiencias vividas. “Las fases maniacas, por ejemplo, para mí tienen muchísimo sentido del humor. He hecho muchas locuras y con el tiempo puedes contarlas con humor. Luego hay partes más dramáticas, como la depresión o el suicidio, que ahí si me he cortado un poco y no las he contado con esa gracia. Pero sí, el humor salva el mundo. Si nos tomáramos las cosas con humor estaríamos mucho mejor. Todo lo que te pasa en la vida, por muy dramático que sea, con el tiempo puedes reírte de ello. Y, de hecho, si llegas a reírte de ello es que estás sanado. El humor es algo que ha vivido conmigo toda la vida”.

A pesar de que a día de hoy hay que ir con pies de plomo a la hora de hacer humor, Javi lo tiene claro: “Es importante desestigmatizar la salud mental. A veces ponemos muchísimo drama en cosas que nos han pasado. Por ejemplo, que yo haya pasado por el psiquiátrico. Y lo vuelvo a decir, lo llevo con humor y con orgullo. La parte de desdramatizar la salud mental también pasa por el humor”.

La bipolaridad alterna fases maniacas con fases depresivas. “La manía te hace ver y te abre la puerta a unas percepciones muy distintas a las que suele ver la gente. Son maravillosas y te sirven para tu día a día. Y las fases de depresión, el pasar por un momento tan duro como el que yo pasé cuando estuve a punto de tirarme por el balcón de mi casa, el haberlo superado me hace ver la vida de una forma diferente, con otros valores. Esto le pasa a mucha gente que pasa por momentos duros en su vida y después, al haberlos superado, se siente más fuerte y más segura de sí misma.”

Con esta publicación, Javi pretende ser un altavoz en la lucha por la salud mental en nuestro país. Y él mismo nos da las claves para poder detectar que algo no va bien a nivel mental, tanto en nosotros mismos como en la gente de nuestro entorno. “La depresión siempre es más fácil de ver porque estás más triste, más apagado, más callado. Si supiéramos escucharnos y mirarnos de verdad, seriamos capaces de ver que a la persona que tenemos enfrente le pasa algo. El preguntar qué te pasa, escuchar, apoyar… no se trata de subirle de la depresión, se trata de acompañar, poner a esa persona en manos de psicólogos y psiquiatras para poder ayudarle”.

Las fases maniacas, en cambio, no son tan fáciles de percibir. “Empiezas a hacer cosas extrañas y el propio paciente no se deja ayudar. Como no somos conscientes de lo que nos pasa, no nos dejamos ayudar”. En «Bipolar y a mucha honra», Martín cuenta que tiene un protocolo muy definido cuando alguien de su entorno detecta algún comportamiento suyo que le puede llevar a pensar que está entrando en fase maniaca. “Resulta fundamental que, en el entorno, se apoyen unos en otros. A veces no hacemos caso a la familia, pero sí hacemos caso a los amigos. Hay que desdramatizar el trastorno mental y que no haya ni miedo ni drama en ir al psicólogo o al psiquiatra ni tomar medicación para las cosas de la mente”.

Si algo caracteriza a este libro es su naturalidad abrumadora. Las fases maniacas pueden llegar a parecer romantizadas y divertidas, pero Javi, puntualiza: “Yo cuento mi versión de lo que yo he vivido desde la manía y yo no le puedo poner ningún pero, porque era absolutamente feliz. Por eso quise poner testimonios de otras personas como mi madre, mi marido o la psiquiatra, para que se vea que ellos estaban muy muy asustados. Luego está la parte de la depresión. El trastorno bipolar va con un regalo maravilloso y con un regalo envenenado, pero fíjate… a mí porque me ha tocado esto, pero si me preguntan si me gustaría no ser bipolar, me lo tengo que pensar porque tengo mis dudas. Sobre todo, porque ahora lo he pasado y aceptado. Estoy bien, estable y no me supone ningún problema en mi día a día”.