¿Usas antifaz a diario? Descubre cómo mejorar su uso. / Foto: Victoria's Secret.
SUEÑO
Antifaces y tapones, los peores errores que puedes cometer si quieres dormir bien
Usar tapones y antifaces puede ser útil para aislarte y conciliar mejor el sueño. No obstante, su uso continuado puede entrañar una serie de riesgos que debes conocer.
Por María Corisco
16 DE ABRIL DE 2024 / 17:00
Hay personas que caen profundamente dormidas apenas apoyan la cabeza en la almohada y son capaces de mantener el sueño durante toda la noche aunque haya una fiesta en la habitación de al lado o entre luz por la ventana. Otras, en cambio, se despiertan con cualquier ruido -ay, los ronquidos de la pareja– o se desvelan si la habitación está iluminada, aunque solo sea con un rayito de luz. Si te encuentras entre estos últimos, es fácil que más de una vez hayas recurrido al uso de tapones o de antifaces para dormir mejor.
En principio, no tiene por qué ser malo. De hecho, Eduard Estivill, médico especializado en trastornos del sueño, asegura llevar siempre su “kit de siesta”, en el que incluye almohada, tapones y antifaz. Ideal para situaciones puntuales, como una acampada o un viaje en avión o en tren, lo cierto es que pueden darnos algún que otro problema cuando su uso es continuado.
Antifaces, sí… pero con cuidado
No son muchos los problemas asociados a dormir con un antifaz. Sin embargo, explica Mireia Gómez, higienista del sueño, “hay una serie de riesgos potenciales que debemos tener en cuenta si es algo que vamos a utilizar de forma habitual. Se trata de problemas relacionados con la visión, con posibles infecciones o con afecciones dermatológicas”:
- Visión borrosa: “Un antifaz es bueno para bloquear la luz exterior, pero no tanto para los ojos, ya que la presión constante que ejerce sobre ellos puede causar visión borrosa al despertar”. En estos casos, es importante definir “si se trata de un simple problema de ajuste que se puede corregir eligiendo otro tipo de antifaz. De todas formas, una visión borrosa que dure más de 24 horas debe ser motivo de consulta con un oftalmólogo”.
- Irritación o infección: dado que el antifaz va a estar sobre tu piel durante toda la noche, puede convertirse en la mejor esponja para la grasa, el sudor, la crema, la suciedad o el maquillaje que no te quitaste bien. “Es muy importante lavar con regularidad el antifaz para evitar que se acumulen bacterias que nos pueden causar una irritación o incluso una dermatitis. Además, también podría provocarnos una conjuntivitis”.
- Reacción alérgica: en el mercado hay antifaces de todo tipo, y pueden estar hechos con una gran variedad de materiales. “El mejor consejo, si lo vas a estar utilizando a diario, es elegir uno hipoalergénico para reducir el riesgo de que se dañe una piel sensible”.
Atención a los tapones para los oídos
Algo similar ocurre con los tapones para los oídos. Aunque pueden ser una buena opción para aislarte de los ruidos molestos que alteran tu sueño, “hay que tener cuidado con una serie de posibles problemas derivados de un mal uso o de la falta de higiene”, señala Mireia Gómez, que destaca los siguientes.
- Cerumen e infecciones de oído: hay personas que tienen una mayor tendencia que se formen depósitos de cerumen en sus oídos. “En estos casos, el uso de tapones puede favorecer que se acumule una mayor cantidad, e incluso la aparición de infecciones. Estos problemas pueden provocar picazón, dolor e incluso mareos, náuseas o dificultades audtivas».
- Pérdida de audición y tinnitus (acúfenos): en las personas que usan de forma habitual tapones para los oídos “es frecuente que el cerumen se meta hacia adentro, se impacte y termine provocando problemas de audición o Si usa tapones para los oídos con regularidad, con el tiempo el cerumen puede regresar al oído, provocando que se impacte, lo que puede provocar una pérdida temporal de la audición y tinnitus o acúfenos. Además, usar de manera continuada los tapones “puede provocar la acumulación de bacterias e infecciones que, si no se tratan, pueden causar pérdidas o daños permanentes”.
Qué soluciones hay
Para evitar estos problemas, la experta ofrece los siguientes consejos.
- Utiliza siempre que puedas tapones desechables: si los vas a mantener durante unos días, lávalos o límpialos a diario, y deja de usarlos en el momento en que comiences a notar que se decoloran o empiezan a oler. Esto puede deberse a que la cera se ha acumulado en su superficie y puede facilitar la transferencia de microorganismos de las manos a los oídos.
- Sé cuidadoso con la limpieza: debes lavarte y secarte las manos antes de ponerte los tapones, ya que es la forma de evitar la contaminación cruzada. Por otra parte, recuerda que tus oídos también deben estar limpios y secos, pues la humedad puede favorecer una infección.
- Coloca el tapón de forma correcta: debe quedar bien colocado, de forma que sea cómodo. Los tapones de cera son más moldeables; los de silicona o causo no se compactan con tanta facilidad.
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