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El cuerpo humano desnudo nos avergüenza y ya no lo vemos como algo bonito./ Imagen: Unsplash.
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El paleontólogo –que publica 'Nuestro cuerpo', un libro en el que explica la evolución de la anatomía humana– defiende que debemos acabar con el pudor a la hora de mostrar nuestro físico.
24 de mayo de 2023 / 07:00
«El cuerpo humano está de moda (por la gimnasia, el deporte…), pero había muchas historias en torno a él que no habían sido contadas». Es el argumento que utiliza Juan Luis Arsuaga para explicar por qué se puso a escribir Nuestro cuerpo. Siete millones de años de evolución, el libro que acaba de lanzar con la editorial Destino. Para dar a conocer su último trabajo editorial, el paleoantropólogo y codirector de Atapuerca convocó a la prensa en el Museo del Prado, que es el escenario donde se desarrolla la obra «porque es ahí donde podemos ver el cuerpo humano desnudo y glorificado por el arte».
Arsuaga defiende que, en el fondo, no conocemos nuestro cuerpo. «En España hay mucho pudor, en nuestra cultura hay vergüenza a la hora de enseñar el cuerpo. Tenemos una relación conflictiva con nuestro cuerpo, cuando, en realidad, somos la más bella de todas las especies animales», explica. Frente a los libros de anatomía, «que son como atlas», él propone «una guía para leer el cuerpo humano». Porque, en su opinión, mientras que los griegos apreciaban su anatomía, «ha habido un cambio de perspectiva y hoy pensamos que nuestro cuerpo es feo».
Los cánones también han cambiado. Según el divulgador científico, mientras que los hombres actualmente están obsesionados por la tableta abdominal, en la Antigua Grecia no se prestaba tanta atención a este punto. «A ellos incluso les gustaba un poco de tripita. Pero sí les gustaba que se marcase el pliegue inguinal. Si nos fijamos en las esculturas (del Museo del Prado), los griegos rasuraban el vello púbico para cerrar el cinturón inguinal. A Sergio Ramos todavía no se le ha ocurrido este truco», bromea el autor.
Arsuaga también hace un elogio de zonas que aparentemente no nos gusta mostrar, como la axila. O el pie, que a su juicio es «prodigioso». Y añade: «Cualquier parte de la anatomía humana es una historia fascinante. Lo que hay que cambiar es la mirada. Los griegos decidieron que el ser humano era la medida de todas las cosas». El catedrático de Paleontología afirma que «somos un prodigio de diseño biológico. Y la razón es que, como sabían Descartes y sus colegas, nuestro cuerpo es una máquina perfecta. Si ya nos maravilla la anatomía animal y humana, todavía es más impresionante si averiguamos cómo ha evolucionado y de qué modo se ha diferenciado del resto de las criaturas, empezando por nuestros parientes más cercanos: los grandes simios».
En el libro, el científico se hace preguntas tales como por qué duplicamos el tamaño del cuerpo hasta convertirnos en «chimpancés gigantes» o por qué tenemos tan desarrollados los glúteos. Tal y como subraya, «el glúteo mayor es un músculo que hoy en día está de moda porque se utilizan artificios para levantarlos, como inyectar silicona, y la gente va a los gimnasios a hacer sentadillas. Por cierto, que eso demuestra que la gente sabe de anatomía más de lo que cree, porque sabe perfectamente que las sentadillas son para desarrollar el glúteo y los cuadríceps».
Juan Luis Arsuaga se define a sí mismo como «un mirón». Y anima a que miremos no sólo al exterior, sino que también nos miremos a nosotros mismos en el espejo. «Hay que ser un mirón, también con el cuerpo humano, porque es interesante, es bello y es lo único que tenemos». A eso contribuye su libro, que, según explica, bien podría haber sido una novela por la que desfilasen personajes como Descartes, el Emperador Adriano o Miguel Servert. «Si el cuerpo humano es la pregunta, la evolución es la respuesta», concluye.
Este libro llega después del éxito de La vida contada por un sapiens a un neardental y La muerte contada por un sapiens a un neardental, que el paleontólogo publicó mano a mano con el escritor Juan José Millás. Antes de ponerse a leer Nuestro cuerpo, Arsuaga lanza una advertencia: «Requiero la complicidad del lector. Ya que yo me despeloto, quiero que él también lo haga. La anatomía siempre se ha estudiado con cadáveres. Pero, para escribir el libro, yo me he ido palpando. Intento que el lector también lo haga… Bueno, no cuando esté en el autobús».
El próximo 13 de junio, Juan Luis Arsuaga ofrecerá una conferencia sobre todos estos temas, abierta al público, a partir de las 20.30 horas en el Auditorio del Museo del Prado. La presentación correrá a cargo de la periodista Ana Pastor.
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