
Un genograma es una representación gráfica de la estructura familia que permite visualizar los patrones de comportamiento que se repiten y que nos puedes afectar. FOTO: Pexels/ ©Anastasia Shuraeva.
MENTE
Qué es un genograma y cómo ayuda a superar problemas familiares
Esta potente herramienta psicológica representa las relaciones familiares para comprender los patrones de conductas que generan malestar.
Por Paka Díaz
06 DE MAYO DE 2025 / 17:00
El árbol genealógico suele causar mucha curiosidad en las personas. En él aparecen nuestros antepasados y sentimos que se refleja, de algún modo, quienes somos. En series como La casa del dragón o Juego de tronos tiene una gran importancia. Pero, más allá de la ficción, hay una potente herramienta psicólogica; se trata del genograma y puede ayudar a visualizar las relaciones familiares con el fin de detectar de dónde vienen las inseguridades o de otros malestares.
«Es similar al árbol genealógico, aunque con un enfoque más profundo en aspectos psicológicos y relacionales», señala Irene Urdiales, psicóloga de la clínica Buchinger Wilhelmi de Marbella.
Qué es un genograma
Como comenta Urdiales, en psicología clínica «un genograma es una representación gráfica de la estructura familiar». Ello permite visualizar tanto relaciones entre los diferentes miembros, patrones de comportamiento y dinámicas emocionales. También influencias transgeneracionales en la vida de una persona. «Revela conflictos, patrones de comunicación, enfermedades hereditarias y aspectos psicológicos que se repiten a lo largo del tiempo», añade Dafne Cataluña Sese, fundadora del Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP), que forma parte del grupo metrodora.


Se trata, por tanto, de «una herramienta básica para entender el sistema familiar al que la persona pertenece. Ya que, con frecuencia, observamos patrones de conducta o creencias limitantes que pueden tener su origen en él. Incluso a nivel transgeneracional», comenta Urdiales. También se pueden observar las fortalezas heredadas y heridas familiares que quizá aún no han cicatrizado.
Las claves del genograma familiar
El genograma familiar es un método de evaluación, no de diagnóstico, que representa de forma gráfica las características, relaciones personales, patologías y otros datos de un grupo familiar a lo largo del tiempo. «Sirve para darnos una idea de dónde poder buscar posibles orígenes del trastorno que presenta la persona. Podemos ver con facilidad si presenta antecedentes familiares. O si existe algún trauma no resuelto en la familia, que pueda darnos información útil», apunta Irene Urdiales.
Como un mapa, un genograma revela información sobre la persona a través de sus lazos familiares. Por ejemplo, relaciones conflictivas que se repiten, como divorcios en varias generaciones, patrones de silencio en la familia, enfermedades emocionales o psicológicas, creencias transmitidas que pueden estar limitando el bienestar personal o roles familiares asignados. «Sobre todo se utiliza para comprender cómo la familia influye en nuestra identidad y nuestras decisiones. Como una brújula para entender de dónde venimos y hacia dónde podemos dirigirnos con más consciencia», concreta Myriam Arenillas, cooordinadora del Centro de Psicoterapia del IEPP y experta en terapia sistémica y terapia de pareja.
Cómo ayuda en problemas familiares
Elaborar el genograma junto al terapeuta, puede ayudar al paciente a establecer relaciones entre sus síntomas y patrones familiares similares de los que quizás no ha sido consciente hasta ese momento. «Eso le puede aportar claridad y alivio para entender mejor su sintomatología y el origen de esta. Aporta un punto de vista diferente, más constructivo, que le permita nuevos avances en la superación de estos», comenta Irene Urdiales.
Para Dafne Cataluña Sese, el genograma resulta clave para tomar consciencia y no repetir patrones sin darnos cuenta. «Al visualizar la historia familiar, comprendemos mejor las raíces de ciertos comportamientos o conflictos», aclara. Además proporciona una opción de cambio. Ya que «al entender de dónde vienen ciertos problemas, tenemos la oportunidad de tomar decisiones diferentes». Por ejemplo, si se procede de una familia de relaciones distantes, entenderlo ayuda a crear un vínculo más cercano con los hijos y no repetir el patrón.
Qué enseña de uno mismo
Según añade Myriam Arenillas, el genograma también «ayuda a descubrir nuestros valores, lealtades hacia qué miembros de la familia y nuestros mandatos familiares, aquello que gobierna nuestra comportamiento, y no nos hemos cuestionado hasta el momento». En ocasiones, estos mandatos de los que la persona no es consciente le pueden generar cierto malestar interno. «No sabemos explicarlo hasta que le damos un sentido y vemos de dónde viene. Hasta que se comprende al interpretar el genograma», señala la terapeuta. Así, la persona se puede dar cuenta de que ha estado cargando con historias que no le pertenecen. O repitiendo conductas familiares sin cuestionarlas. «Este descubrimiento es liberador y puede marcar un antes y un después en la vida de una persona», resume la fundadora del IEPP.
Cómo hacerte un genograma
Aunque tanto Cataluña Sese como Arenillas recomiendan hacer el genograma con ayuda profesional para detectar los problemas, Urdiales señala que «es posible crear tu propio genograma, siempre que conozcas tu historia familiar. Incluso en los casos en los que existen incógnitas, puede ser relevante. La información oculta u omitida, puede dar lugar al descubrimiento de posibles traumas ocultos. Que nos afectan sin ser conscientes de ello». Para hacerlo, sugiere preguntar a las personas de generaciones anteriores. Para así obtener información que quizás desconocemos.
Según indica la terapeuta de la clínica Buchinger Wilhelmi de Marbella, se usan símbolos para representar personas y relaciones. En un nivel básico, los círculos representan mujeres y niñas, y los cuadrados hombres y niños. La edad se incluye dentro de la figura. Si ha fallecido, se pone una cruz dentro. Abortos e interrupciones del embarazo también se incluyen, con la forma de triángulo, y el año del deceso. Estos serían los pasos para hacerse un genograma familiar.
Establecer relaciones. Se comienza por el propio paciente, estableciendo sus relaciones entre iguales –hermanos y hermanas–, ordenándolos de mayor a menor. Con una línea, se conecta con la generación anterior, los padres, y así sucesivamente, en línea ascendente y descendente, en caso de vivir en pareja y tener hijos.
Señalar sucesos traumáticos. Se suelen representar, con otros símbolos, los eventos a nivel familiar, como muertes traumáticas, enfermedades graves, divorcios o traumas. O bien, establecer líneas de diferentes colores para representar las relaciones conflictivas y las saludables. «Se debe prestar atención a síntomas, enfermedades o sucesos que se repiten en diferentes generaciones. Así como relaciones conflictivas», recuerda Irene Urdiales.
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