Si quieres prevenir el envejecimiento, aumentar tu inteligencia y estar más alegre: ¡Baila!

En el Día Internacional del Baile, no se nos ocurre mejor forma de celebrarlo que poniendo un poco de música y dejando que nuestro cuerpo fluya al compás de las notas. Además de ser una de las actividades más placenteras que existen, tiene tantos beneficios que, después de leer este artículo, no dudarás en reservarte un espacio diario para entregarte al placer de bailar.

Bailongos y bailongas de Welife, preparaos para llenaros de endorfinas. Dejemos que la adrenalina acelere nuestro corazón y, de paso, vamos a quemar un poco de grasa haciendo cardio del bueno. Y, si sois más de actividades mindfulness, seguro que también os interesará el yoga danza.

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Bailar nos hace felices

¿Te has fijado? Todos tendemos a movernos cuando suena alguna melodía, desde un bebé hasta un anciano. Nacemos con un sentido rítmico-musical, lo que hace que las ganas de moverse al ritmo de la música sea una capacidad innata de los seres humanos. Así lo demostró el psicólogo húngaro István Winkler en 2009, dejando claro que la danza es una forma de comunicarnos, un lenguaje universal que no sabe de géneros, idiomas, edades o culturas.

El baile ha formado parte de la evolución humana, convirtiéndose en un elemento fundamental en las relaciones sociales dada su capacidad para establecer vínculos, más allá de la palabra. Basta con echar la vista atrás para darnos cuenta de cómo las grandes celebraciones han girado siempre en torno a los bailes.

Beneficios del baile

Lo que está claro es que bailar nos trae muchos beneficios a nivel metal, emocional y físico. ¿Quieres saber cuáles son algunos de ellos?

1. Activa la circulación y previene enfermedades cardiovasculares

Gracias a este estudio llevado a cabo en Nueva York con 130 enfermos crónicos cardiacos, se pudo comprobar que quienes incorporaron el baile como una rutina de ejercicio, mejoraron su salud de cardiovascular y el sistema circulatorio. También disminuye el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares.

2. Bailar te hace fuerte, flexible y te ayuda a perder peso

Cuando bailamos, aunque sea de manera espontánea, hacemos ejercicio aeróbico, lo que nos ayuda a aumentar la capacidad pulmonar, a trabajar en nuestra resistencia, al tiempo que fortalecemos la mayoría de la musculatura del cuerpo. Dependiendo el tipo de danza que practiquemos, podemos mejorar la elasticidad y el tono.

Si te cuesta ir al gimnasio, opta por bailar. Si eliges bailes intensos como las danzas africanas, los ritmos latinos o la zumba, serán tus aliados frente a la pérdida de peso, especialmente si lo combinas con unos buenos hábitos de alimentación y de descanso.

3. Mejora el estado de ánimo

¿Te has fijado lo que sucede cuando la gente baila?, sonríe. Cuando nos dejamos llevar por los bits, inmediatamente nos llenamos de alegría, energía y buen humor. Esto se debe a que segregamos endorfinas, los neurotransmisores asociados a la felicidad, activando las zonas del cerebro relacionadas con el placer.

En un estudio publicado en la revista ‘International Journal of Neuroscience’, se comprobó que la terapia de movimientos de baile (DMT) en adolescentes con depresión leve, regulaba el estrés, disminuía os niveles de dopamina y aumentaba la serotonina.

4. El baile y su relación con la autoestima

La danza nos ayuda a relacionarnos, a desinhibirnos y es una herramienta de comunicación mediante la cual podemos expresar nuestra creatividad. Nos facilita que conozcamos gente nueva, y la sociabilización promueve una mejora de la autoestima.

Cuando nos aprendemos los pasos de baile, aumenta la seguridad en uno mismo, tenemos más confianza y reforzamos nuestro autoconcepto, haciendo que nos sintamos más capaces en todos los ámbitos de nuestra vida.

5. Los beneficios del baile para nuestra mente

Además del evidente esfuerzo que debemos hacer para memorizar los pasos de baile, se ha demostrado que este tipo de ejercicio nos protege de la pérdida de volumen en el hipocampo. Esta parte del cerebro empieza a encoger con el paso del tiempo y es la encargada de controlar la memoria.

Por otro lado, cualquier baile con una estructura que requiera de una memorización coreográfica, va a necesitar de toda nuestra concentración, ofreciéndonos un desafío mental. Esto nos hará tener una mayor agilidad y salud cerebral, así como un aumento de la sinapsis neuronal.

También se ha estudiado acerca de personas con Alzheimer que, en cuanto escuchan la música, son capaces de activar parte de su memoria. Tal fue el caso de la ya fallecida Marta C. González, primera bailarina del Ballet de Nueva York, quien volvió a recordar la coreografía de ‘El Lago de los Cisnes de Tchaikovsky’, al escuchar la música.

Son muchas la cosas buenas que nos trae esta actividad que, además de gratuita, nos hará sentirnos más contentos, más conectados y con una mejor salud. Da igual el tipo de baile que elijamos, lo importante es sentir el ritmo y permitir que nuestro cuerpo se mueva libremente.