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El cobre promete lo que el retinol no siempre consigue: estimular colágeno sin irritar la piel. Foto: Cottonbro / Pexels

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El cobre desafía al retinol: un rival eficaz y tranquilo para las arrugas maduras

Más tolerante y antioxidante, el cobre se abre paso entre los activos antiedad con una promesa simple: mejorar arrugas y luminosidad sin irritar la piel

Por Cristina Martín Frutos

14 DE OCTUBRE DE 2025 / 07:30

¿Cobre o retinol? es el nuevo estudias o trabajas de la cosmética. Ya sabemos que el retinol es el activo antiedad por excelencia. Pero tiene una cara B: puede resultar irritante y hay pieles que no lo toleran bien. De ahí que la cosmética lleve años buscando alternativas. Y ahí está el cobre, echándole un pulso al todopoderoso retinol y dispuesto a robarle protagonismo. Entre sus puntos fuertes: un poder antioxidante 40 veces superior al de la vitamina C y una capacidad de estimular la creación de colágeno y elastina similar a la del retinol. Aspectos que suena  a música celestial cuando se han cumplido los 40 y la piel reclama a gritos más firmeza, más luz y más elasticidad.

Sobre todo, para esas pieles que no se llevan bien con el sacrosanto activo de referencia antiedad y que se irritan solo de pensar en ello. Porque si en algo gana el cobre al retinol es en su baja capacidad irritante.

Lo confirma Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD. «El cobre es muy interesante por su acción regeneradora, pero también por ese poder antioxidante y su altísima tolerancia. Todos son focos que tienen que contemplar las pieles maduras. No solo eso: también aporta mucha luminosidad, lo cual beneficia en personas con fotoenvejecimiento y con un tono más apagado». No se trata de elegir entre cobre o retinol, pero sí saber que hay alternativas.

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Aunque el cobre presenta numerosas propiedades para la piel, sobre todo, en las etapas de perimenopausia y menopausia, es importante saber en qué forma se presenta. «Según ésta aporta unos efectos u otros», afirma Raquel González, cosmetóloga y creadora de Byoode. «Lo más común es encontrarlo en péptidos, por ejemplo, como el tripéptido de cobre, o en sales de cobre, como el gluconato. Los primeros tienen, sobre todo, una potente acción regeneradora y de síntesis de nuevo colágeno y elastina. En sal, estamos ante un poderosísimo antioxidante, equilibrante y calmante».

Por tanto, como aclara Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8, si se busca firmeza, algo muy frecuente al pasar la barrera de los 40, cuando los niveles de colágeno caen casi hasta el suelo, son más interesantes las cremas o sérums con péptidos de cobre. «Por su parte, quienes necesitan una acción calmante, cicatrizante y equilibrante deberían buscar sales». En el caso de pieles con acné adulto, rosácea o muy reactivas habría que optar por el gluconato (la sal más empleada).

De izquierda a derecha, serum Watercress & Cupper Lyric de Byoode (55 euros); Sérum revitalizante capilar Spectral Women’s, de DS Labs (40,95 euros); contorno de ojos Dior Prestige (295 euros); y suero concentrado Cold Plasma Plus+, de Perricone MD (171 euros).

El cobre es amigable con la piel y practica ese buenrollismo con casi todos los ingredientes activos. Casi todos, no todos. Según Raquel González, el cobre se puede sumar a casi cualquier rutina. «Se convierte en un plus, apoyando la acción antioxidante y regeneradora de otros productos».

No hay problema en combinarlo con péptidos, retinoides  (puede ser o bien su alternativa o bien su complemento perfecto), omegas o un alfa-hidroxiácido suave, como el ácido láctico. «La única mezcla a evitar es con vitamina C en una misma rutina, ya que entre ellos dos, se oxidan», advierte la cosmetóloga. Por lo tanto, a no ser que un producto incorpore ambos activos en su formulación, algo que el laboratorio habrá hecho de forma adecuada para evitar interacciones, conviene no usarlos juntos.

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Como sucede con muchos otros ingredientes cosméticos, el cobre no se limita a estar presente en cremas, mascarillas o sérums. También lo encontramos en productos más específicos, como los contornos de ojos. «Está considerado un co-factor, es decir, permite el funcionamiento de ciertas enzimas. Activa la síntesis de una enzima llamada LOX, cuya misión es conectar las fibras de colágeno y de elastina entre ellas para formar un colchón firme y resistente debajo de la piel», detalla Patricia Ogilvie, dermatóloga alemana miembro del Consejo Dior de Reverse Aging. 

Esta acción resulta especialmente interesante en zonas finas y frágiles como el contorno de ojos. De hecho, la doctora Ogilvie cuenta que «un reciente estudio clínico de Dior ha demostrado que la falta de cobre, muy relacionada con la falta de sueño, está estrechamente ligada a una mirada cansada y envejecida«. Por eso, el último contorno de ojos de la firma ha duplicado la concentración de cobre al combinar extracto de rosa con extracto de escaramuza de rosa.

Este mineral es indispensable para crear melanina. Su deficiencia en el organismo puede inhibir la tirosinasa, imprescindible para sintetizar la melanina. En otras palabras: acelera la aparición de canas. Por eso mismo el cobre lleva años utilizándose tanto en nutricosméticos de cuidado capilar, así como en fórmulas tópicas creadas para mejorar la salud del cabello.

Como, además, se trata de un componente que solo adquirimos a través de la alimentación, no está de más repasar dónde encontrarlo. Entre sus mejores fuentes, marisco, nueces, algunas vísceras (como el hígado), chocolate puro, legumbres, papaya, uvas y coco. A partir de ahora queda claro que no es oro, sino cobre, todo lo que reluce.

Quizá el cobre nunca alcance la fama del retinol —ni falta que le hace—, pero su discreción juega a su favor. En un universo obsesionado con los resultados rápidos, este mineral propone otra cosa: eficacia sin fricción. La suya es una belleza menos ruidosa, más paciente. Y, a veces, justo eso es lo que la piel (y una misma) necesita.