La cosmética botánica francesa basada en los cultivos verticales llega a España

«¿Veis estas plantas? ¡Están pletóricas!» Nos encontramos a las afueras de París, en una eco-farm de donde salen los ingredientes con los que luego se formulan los productos de Ulé, la nueva marca cosmética del grupo Shiseido. El hombre que nos muestra orgulloso esos cultivos se llama Patrice André y es etnobotánico. Dirigimos la mirada hacia el lugar al que apunta su dedo índice; se trata de un grupo de columnas de las que brotan hojas verdes. Sí, columnas: aquí las plantas no se cultivan en una extensión horizontal de tierra, sino hacia arriba, en estructuras metálicas que van desde el suelo hasta el techo de una especie de cámara hermética en la que hace bastante calor. Ese tipo de agricultura, la vertical, es uno de los secretos de Ulé.

«Esto es absolutamente único, es la unión de la naturaleza con la tecnología», nos ilustra el etnobotánico. «Gracias a los cultivos verticales podemos obtener una materia prima de una calidad exquisita y con una trazabilidad total. Podemos trabajar con plantas enteras y frescas», añade. Alexandra Crème, directora de Investigación y Desarrollo de Towerfarm (ese es el nombre de la granja que desarrolla los cultivos para Ulé), nos da un dato interesante: mientras que en la agricultura tradicional caben entre cinco y diez plantas por cada metro cuadrado, en los cultivos verticales esa cifra asciende a 180. Además, todo es mucho más sostenible: «Uno de los beneficios de nuestro sistema es que gastamos menos agua. También ahorramos en electricidad, y las plantas están libres de pesticidas. Es una producción ética», añade Hanna Paschyna, también del equipo de Towerfarm.

Fórmulas veganas y clean

El respeto al medio ambiente es una de las premisas de Ulé. Sus responsables la definen como una marca «botánica científica». Además, es vegana y clean. La pregunta es: ¿cómo surgió la idea de hacer productos tan «verdes» dentro del grupo Shiseido? Todo se le ocurrió a Lindsay Azpitarte, una americana residente en Francia que hace unos años era responsable de todas las marcas de la compañía en Europa. «Utilizaba muchos productos diferentes y vi que mi piel estaba saturada. Se me ocurrió crear una marca que se concentrase en la salud de la piel. Quería introducir un nuevo concepto en la industria: el de la belleza consciente», nos cuenta.

De modo que Lindsay aprovechó una visita del presidente de Shiseido a Madrid para contarle que se iba de la compañía porque quería poner en marcha su propio proyecto. «Él me dijo que por qué no lo hacía dentro del grupo», recuerda. Así fue como empezó todo. Pero esta directiva no ha recorrido el camino sola: «Un día estaba reunida con Ainhara Viñarás, directora general de la división Prestige de Shiseido en España, y le conté lo que tenía entre manos. Ella me preguntó si podíamos hacerlo juntas».

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Mientras Lindsay nos lo cuenta, Ainhara, sentada a su lado, asiente con la cabeza. «Esta aventura empezó hace más de tres años. Ha sido una maravilla. Hemos aprovechado toda la tecnología que teníamos y le hemos añadido el alma: la textura, los olores… Todos debemos ir hacia ahí, a una belleza más consciente», resume Viñarás.

Reducir la huella de carbono

Los ingredientes principales de Ulé son tres joyas de la naturaleza: la centella, que regenera; el coleus, que protege, y el tulsi, con poder antioxidante. Con esas plantas se ha creado el Pure 3otany Blend, presente en todos los cosméticos de la firma, que ayuda a «reanimar las funciones naturales de la piel», según explican desde la dirección científica de la firma. Desde que esos ingredientes se cultivan en la eco-farm hasta que se envasan (en frascos ultraligeros de vidrio reciclado) sólo se recorren 340 kilómetros, para reducir al máximo la huella de carbono.

Así es como ha nacido, por ejemplo, el serum Envie de Calm (que en francés significa Ganas de calma), para esos días estresantes en los que la piel se acaba irritando. O la crema Je Suis Chill (Estoy relajado), que además del Pure 3otanic Blend tiene CBD y consigue aliviar e hidratar la piel. O Le Beau Reset (El Bello Reinicio), una bruma floral para contrarrestar los efectos de los cambios de temperatura o la contaminación (en WeLife recomendamos guardar este producto en la nevera y vaporizarlo sobre el rostro un par de veces al día).

Un aceite para echar en la piel o en la ensalada

Pero sin duda el cosmético más original de Ulé es Avoir it All (Tenerlo todo), una fórmula que puedes aplicar en tu cara… ¡o echar en tu ensalada! Como lo lees: este elixir compuesto por aceites de semillas de uva, borraja y girasol nutre la piel desde dentro o desde fuera. «Se trata del primer aceite oficialmente registrado en Europa para uso in & out», explica la experta en Fitoterapia Béatrice de Raynal. No es el único nutricosmético de la firma: Merci Inmunity (Gracias inmunidad) son unos sobrecitos con polvos que se mezclan con la comida para reforzar las defensas.

Ulé, pues, está llena de sorpresas, desde esos cultivos verticales que nos enseñaba Patrice André hasta ese aceite para usar por dentro y por fuera. En todas esas innovaciones subyace la idea de que debemos cuidar al mismo tiempo de nosotros mismos y del planeta. También la de que la industria de la belleza ya no quiere hacernos sufrir con mensajes vinculados a un anti-aging inalcanzable. «Creemos en el progreso con propósito y en que la vida se debe disfrutar al máximo», dicen sus responsables. «Nuestros productos están pensados para ser una experiencia sensorial de bienestar con una gran dosis de alegría de vivir».