5 posturas de yoga que te ayudarán a recuperar la armonía entre cuerpo y mente

La práctica de yoga es mucho más que un ejercicio físico o de relajación. Es un estilo de vida, una forma maravillosa de volver a encontrarnos con nuestro yo interno. Si te sientes desconectada y un poco pérdida, estas posturas de yoga te ayudarán a recuperar la armonía entre cuerpo y mente.

Es una disciplina milenaria que no pasa de moda ¿por qué? Porque es un verdadero bálsamo para el cuerpo y el alma. Practicar yoga tiene muchos beneficios, te invita a la introspección, a escuchar a tu cuerpo, a cuidarlo más, a silenciar la negatividad y a poner el foco en el presente. 

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¿Qué beneficios aportan las posturas de yoga?

La práctica regular de yoga favorece una respiración más consciente que, además de contribuir a la relajación del cuerpo y de la mente, aporta claridad mental y bienestar. Realizar las asanas, o posturas de yoga, se convierte en un ejercicio de mindfulness ya que requiere atención plena, hacen que vivamos una experiencia interna distinta con cada una de ellas.

Las posturas de yoga, o asanas, permiten un flujo de energía que se va equilibrando gracias a la respiración. Una respiración profunda y consciente nos ayuda además a mejorar la postura, ampliando nuestra zona de confort y abriéndonos a nuevos retos. Las asanas desarrollan la concentración, estimulan la creatividad, favorecen la paz interior y la calma, pero a la vez son un canal para ganar en vitalidad, fortaleza y seguridad.

Si quieres recobrar la paz mental, toma nota de estas cinco posturas de yoga para recuperar la armonía entre cuerpo y mente que puedes hacer en casa.

5 posturas de yoga para recuperar la armonía entre cuerpo y mente

1. Anjaneyasana o postura de la luna creciente

Esta postura, de nombre tan evocador, hace que la energía fluya por todo el cuerpo, desde los dedos de los pies a los de las manos, favoreciendo el desbloqueo o activación del cuarto chakra que corresponde al corazón.

Anjaneyasana desarrolla el equilibrio corporal, fortalece brazos y piernas, tonifica el abdomen y promueve la flexibilidad pero, además de estos beneficios físicos, también alivia el estrés y contribuye a mantener la estabilidad emocional, aportando paz y calma al cuerpo y a la mente.

Para realizar esta asana correctamente:

• Desde la posición de cuadrupedia, con ambas manos y rodillas apoyadas en el suelo, flexiona una pierna hacia delante formando un ángulo recto. La rodilla debe quedar alineada con el tobillo.
• Estira la otra pierna hacia atrás apoyando el empeine en el suelo.
• Junta las manos y crece alargándote hacia arriba, inclinándote ligeramente hacia delante.
• Arquea el cuerpo y la cabeza hacia atrás procurando no dañar la zona lumbar. Recuerda que has de apoyar el peso en la pierna de delante pero no todo para no sobrecargar la rodilla. Distribuye bien el peso.

2. Natarajasana o postura del Señor de la danza

También conocida como postura del bailarín. Natarajasana, o postura del Señor de la danza, es una asana de equilibro y no es una postura fácil para principiantes sino que requiere cierto nivel.

Estira la parte superior del cuerpo, fortalece la espalda y ayuda a desarrollar fuerza y flexibilidad. Esta asana activa o desbloquea el tercer chakra que se encuentra situado en el plexo solar un poco por encima del ombligo. Este chakra se relaciona con la autoestima, la seguridad y la confianza en uno mismo.

Para realizar esta figura:

• Colócate de pie con los pies juntos y los brazos extendidos a lo largo del cuerpo (en la postura de la montaña o Tadasana).
• Levanta una pierna izquierda por detrás y acerca el talón al glúteo.
• Agarra la parte exterior del pie izquierdo con la mano izquierda y comienza a levantar la pierna hacia arriba y hacia atrás intentando mantener el tronco erguido.
• Estira el brazo derecho hacia delante para ayudarte a mantener mejor el equilibrio.

3. Utthita trikonasana o postura del triángulo extendido

Esta postura cuenta con algunas variantes. Tonifica y flexibiliza los músculos de las piernas y del tronco, alivia el dolor en la parte baja de la espalda y favorece la movilidad del intestino. También es una postura que se recomienda realizar en el periodo menstrual porque libera tensión uterina.

La postura del triángulo trabaja el equilibrio, la coordinación y la flexibilidad. A nivel espiritual fortalece la confianza en uno mismo y la fuerza de voluntad, aumenta la empatía y calma la mente proporcionando una mejor gestión emocional.

La figura es poderosa y estable, ese es el mensaje que recibe nuestro cuerpo y nuestra mente al realizar esta asana, logrando así un mayor equilibrio y estabilidad mental.

Para realizar esta asana:

• Ponte de pie en el suelo y da un paso amplio para separar las piernas, de aproximadamente un metro.
• Pon los brazos estirados en paralelo al suelo y en forma de cruz con las palmas hacia abajo.
• Gira el pie izquierdo 90º hacia la izquierda y el pie derecho unos 15º hacia dentro. Los dos pies deben quedar alineados talón con puente.
• Estira el tronco hacia la izquierda sin que se mueva la cadera.
• Baja el tronco estirado hasta que la mano izquierda se apoye en el suelo (o a la altura que te resulte cómoda).
• Mira hacia el techo y estira el brazo derecho hacia arriba o, como en esta variante, pasa el brazo por detrás del tronco hasta apoyarlo en la parte de arriba del muslo izquierdo.

4. Urdhva dhanurasana o postura de la rueda

Si tienes cierto nivel de práctica la postura de la rueda te va a ayudar a tonificar la musculatura de la espalda, los brazos, las piernas y los glúteos. Esta asana estimula el sistema nervioso, favorece la respiración aumentando la capacidad pulmonar gracias a la apertura de pecho que proporciona, facilita la digestión y aporta claridad mental.

¿Cómo puedes hacer esta postura?

• Túmbate en el suelo con los brazos estirados a lo largo del cuerpo y, con las piernas flexionadas, apoya los pies en el suelo.
• Acerca los pies a los glúteos y lleva las manos a la altura de las orejas.
• Activa tus piernas y levanta los glúteos y la espalda.
• Presionando con las manos hacia el suelo levanta también la cabeza y los hombros, apoyando la tapa de la cabeza.
• Sigue presionando con los brazos para elevar la cabeza y dibujar una forma de media rueda con tu cuerpo.
• Puedes estirar las piernas sin levantar los pies para realizar la variante con piernas extendidas.

5. Ustrasana o postura del camello

Esta postura es una extensión de espalda que tiene grandes beneficios físicos y también psicológicos. Ayuda a abrir el pecho, fortalece hombros y brazos y hace que la espalda gane en flexibilidad.

Es un ejercicio de confianza, aunque no veas la parte posterior de tu cuerpo estás confiando en ella al hacer la postura. ¿Esto qué dice a tu cuerpo y a tu mente? Pues refuerza la autoestima y la fe en las propias capacidades, aporta energía y claridad de mente. Así ¿quién no va a querer practicar esta asana? Recuerda que si vas a practicarla es mejor hacerlo en las primeras horas del día porque es un ejercicio vigorizante.

Cómo realizar la postura:

• Ponte de rodillas y sepáralas con una medida del ancho de las caderas.
• Coloca las manos en las caderas y presiona hacia adelante para comenzar a arquear la espalda hacia atrás
• Inhala profundamente y al exhalar inclina la cabeza hacia atrás y mira hacia arriba.
• Sigue curvando la espalda hacia atrás y pon tus manos en los talones sin dejar en ningún momento que la cadera baje.
• Si no llegas a los pies, o quieres probar una variante, puedes quedarte un poco antes en la postura juntando las manos a la altura del corazón a modo de saludo.

¡Namasté!