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¿Sabes cuál es el tipo de yoga ideal para ti? 5 estilos para un descubrimiento pleno del bienestar
Estos 5 tipos de yoga pueden ayudarte a darle forma a tu práctica. En tu búsqueda del equilibrio entre cuerpo y mente, la diferencia está en el 'cómo'.
Por Itziar Donezar
24 DE FEBRERO DE 2022 / 07:01
El yoga, como concepto, es único y a todo él podemos aplicarle la misma definición, la que dejó escrita Patanjali en su Yoga Sutras: el yoga es el cese de las fluctuaciones de la mente. Lo que cambia es la manera de practicarlo, el cómo. Y esa manera está ligada a la intención, al propósito por el que cada persona se acerca al yoga. Algunas querrán una práctica físicamente intensa; otras necesitarán una más lenta e incluso una enfocada en la quietud.
Encontrar el estilo que más se adecua a ti puede llevarte años. Da igual, acabarás encontrándolo y en ese camino de búsqueda aprenderás muchísimo sobre ti misma. Hoy en día, cuando el yoga es tan popular en todo el mundo, hay un montón de estilos entre los que escoger. Los hay tradicionales (Hatha, Ashtanga, Iyengar, Sivananda, Kundalini) y los hay más modernos (Vinyasa Flow, Bikram, Rocket, Yoga Dance, Yoga Aéreo, Yoga Nidra). No son mejores ni peores porque en yoga (y, en realidad, en la vida) el yo soy mejor que tú o tú eres peor que yo no existe o no debería existir. Simplemente, hay personas que se identifican más con algunos que con otros.
He seleccionado 5 estilos de yoga para este artículo. ¿Por qué estos y no otros? Porque creo que estos están entre los más practicados o los más conocidos ahora mismo, sin más. De todos modos, te animo a probar, a intentar, a experimentar en este mundo infinito que es el yoga para que, poco a poco, vayas creando tu propio estilo.
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Aquí van los 5 estilos…
1. Ashtanga
Asta significa 8 y Anga, rama o miembro. Y el estilo de yoga conocido como Ashtanga es una técnica de 8 ramas mediante la cual podemos alcanzar el bienestar, la calma, la liberación y la conexión con nosotros mismos. Desarrollada y popularizada por Sri Krishna Patthabi Jois.
La práctica de Ashtanga se organiza en series cerradas de posturas, unas posturas que van ganando en intensidad a medida que se avanza en la práctica. La serie más popular y más practicada es la primera, que recibe el nombre de Yoga Chikitsa o lo que es lo mismo, Yoga Terapia.
La manera tradicional de practicar Ashtanga es la que se conoce como estilo Mysore, la localidad al sur de la India en la que vivió Patthabi Jois y en la que creó el Instituto de Ashtanga. El estilo Mysore está pensado para que cada alumno avance en la práctica en la medida de sus posibilidades y a su ritmo. Es lo que se entiende por autopráctica. Esto permite que alumnos principiantes y avanzados practiquen en un mismo espacio. El profesor no guía la clase, sólo ajusta y da breves indicaciones. También añade posturas a la práctica del alumno según su criterio. Aunque en menor medida, se dictan clases guiadas de Ashtanga, en las que todos los alumnos practican al mismo tiempo.
La práctica de Ashtanga es intensa y bastante física, así que si uno de los motivos por los que practicas yoga es tonificar el cuerpo, el Ashtanga es para ti. De todos modos, esto no quiere decir que sólo sea apta para personas atléticas. El Ashtanga es un yoga activo pero es para todos porque se adapta a todos.
2. Rocket
El Rocket es una modificación y una interpretación del Ashtanga Yoga tradicional. Creada por Larry Schultz, esta práctica nació en los años ‘80 en San Francisco. Está dividida en 3 series pero, a diferencia del Ashtanga, cada clase de una misma serie no tiene por qué ser igual a la anterior. El Rocket rompe el rígido patrón del Ashtanga y da espacio a la improvisación y a la creatividad. Es una práctica exigente y no del todo recomendada para principiantes.
3. Vinyasa
El Vinyasa Yoga es un estilo de yoga moderno que, como el Rocket, deriva del Ashtanga pero que, a diferencia de éste, se permite licencias y variaciones en la ejecución de las posturas. Vinyasa significa movimiento mediante la respiración, por lo que el Vinyasa Yoga es un yoga dinámico en el que se enlazan secuencias de posturas dando como resultado algo así como un baile o una coreografía. La inhalación suele acompañar a movimientos expansivos y la exhalación, a movimientos de contracción. Al inhalar nos llenamos de energía vital (prana) y al exhalar nos liberamos de todo aquello que no necesitamos o nos hace daño (apana).
Cada clase es diferente y suele estar dedicada a trabajar alguna parte del cuerpo (pecho, caderas, piernas) o a potenciar algún tipo de movimiento (extensiones, flexiones, torsiones). Como el Ashtanga, es un estilo de yoga activo y dinámico, y además es divertido porque, al no saber previamente cómo será la práctica, ésta se crea al mismo tiempo que se despliega. Tiene cierto punto de misterio y de sorpresa.
4. Bikram yoga
El Bikram es el yoga, ése que se practica en una sala a 42 grados centígrados. Y como la humedad también es muy alta, este estilo de yoga hace que sudes mucho, muchísimo. Se le ocurrió a Bikram Choudhury, quien logró que se abrieran estudios de Bikram en todo el mundo y que muchas celebridades se proclamaran adeptos a su yoga.
Las sesiones siempre duran 90 minutos y siempre se hacen las mismas 26 posturas en el mismo orden. Cada postura se hace dos veces. La práctica se divide en posturas de pie y posturas de suelo, y comienza y termina con un ejercicio de respiración. Es recomendable practicarla con pantalón corto y camiseta de tirantes o top, y entrar a la sala con una botella de agua. Y también es muy recomendable hidratarse tanto antes como después de la clase y no comer al menos en las 2 horas previas a la práctica. Si quieres saber qué se siente al estar durante hora y media en una sala (muy) caliente, el Bikram puede ser una buena experiencia.
5. Yin yoga
Los estilos de los que hemos hablado hasta ahora son yang, es decir, dinámicos y activos; y están muy bien pero trabajan sólo la mitad del cuerpo, la mitad muscular, los tejidos yang (músculos, sangre y piel). La práctica Yin incide en la otra mitad, en los tejidos yin: ligamentos, articulaciones, tejidos conectivos, incluso huesos.
El Yin Yoga es un yoga pasivo y lento, en el que las posturas se mantienen entre 3 y 5 minutos, incluso más. La musculatura debe estar completamente relajada y suelta. La práctica Yin ayuda a ganar en flexibilidad y a calmar la mente. Yin Yoga es parar, observarse, soltar y reconocerse, así que si sientes que tu vida va demasiado deprisa, este estilo de yoga puede ayudarte a desacelerar, un asunto complicado para muchas personas.
A menudo nos lamentamos de no tener tiempo para hacer un stop pero luego, cuando lo tenemos, no sabemos disfrutar de ese alto en el camino ni saber cómo comportarnos en él. Parar no es fácil, cierto, pero a parar también se aprende. El Yin yoga puede enseñarte a hacerlo.
Un consejo: no decidas desde el principio qué estilo de yoga vas a practicar para siempre. Busca, prueba, experimenta, descubre. ¡Sé curiosa! Serás tú misma quien dé forma y construya tu yoga. Crea tu yoga, ése que te llama por tu nombre, te abraza y te sostiene.
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