
No importa si cantas como los ángeles o fatal. Las melodías te ponen de buen humor y van a mejorar tus defensas. FOTO: Olly/Pexels.
Incluso sin entonar bien
Todos los beneficios de cantar: un mindfulness que actúa como terapia antiestrés, fortalece los pulmones y mejora el sistema inmunitario
Interpretar una melodía a pleno pulmón mejora la respuesta inmunitaria. Si además se hace en grupo, incrementa la sensación de pertenencia a un colectivo y el apego.
16 DE DICIEMBRE DE 2025 / 07:30
Quien canta sus males espanta. Lo dice la tradición popular y la ciencia lo corrobora: cantar mejora nuestro sistema inmunitario, es decir, nuestras defensas naturales frente a infecciones. Y, sí, también tiene efectos positivos en la salud mental. Por un doble motivo: implica una respiración consciente y nos hace sentir que formamos parte de algo más grande.
Y aunque los efectos beneficiosos también se notan cuando interpretamos a pleno pulmón nuestras canciones favoritas bajo la ducha, los resultados de diversas investigaciones son especialmente significativos cuando se canta en grupo.
Entonar la voz, mejorar las defensas
Cantar es divertido, estimulante y muy liberador. También actúa como una especie de electroshock frente al estrés. Da igual que alcances los registros de Celine Dion, o que desentones. Es una actividad placentera que repercute de forma positiva en nuestro estado de ánimo. Sin ser expertos en la materia, notamos cómo al cantar nos relajamos, bajan nuestros niveles de estrés y se nos olvidan por un instante nuestros males. En otras palabras: bajan los niveles de cortisol. Cuando la hormona del estrés cae, mejoran nuestras defensas. Ese estado de calma se puede medir a través de los niveles de inmunoglobulina A salival (sIgA), un anticuerpo crucial para la inmunidad de las mucosas.
Así lo demuestra un estudio con 33 participantes (28 mujeres y 5 hombres). Unos cantaron y tocaron varios instrumentos de percusión durante 30 minutos. Otros participaron solo como oyentes. Los niveles de SIgA de quienes lo habían dado todo cantando y tocando presentaban un significativo aumento. Los autores del estudio lo explican por la necesaria conexión entre la mente y el cuerpo, ya sean las cuerdas vocales o las manos para darle a bombos y tambores. Es decir, una especie de mindfulness musical que no solo atenúa el estrés. También mejora la función inmunológica.
Mucho más que una terapia antiestrés
Pero nuestra función inmunitaria no es la única que se beneficia de nuestras dotes musicales.
Cada vez hay más evidencia que respalda que cantar está relacionado con numerosos cambios fisiológicos. Entre ellos, mejoras en el sistema cardiorrespiratorio, como destaca un estudio del Hospital Universitario de Fudan. Dicho trabajo concluye que cantar fortalece los músculos respiratorios y contribuye a una respiración más regular. Y, una vez más, una respiración controlada, regular y sosegada atenúa los niveles de estrés.
Notas musicales que alcanzan a las hormonas
El anterior estudio destaca también que cantar puede provocar cambios en los neurotransmisores y hormonas, incluyendo la regulación positiva de la oxitocina, la inmunoglobulina A y las endorfinas.
Los autores señalan que estos resultados abren una prometedora vía de trabajo para preservar la salud en la población sana.
Improvisar en grupo siempre une
Son muchos los estudios que han profundizado en el impacto emocional de cantar. En especial, de cantar en grupo. Se sabe que interpretar una melodía con la voz (tararear, cantar o rezar), en general, libera endorfinas, hormonas responsables de mejorar el estado de ánimo. También se produce serotonina, que estabiliza las emociones.
Un equipo de neurocientíficos estadounidenses abre el estudio al impacto de cantar en grupo sobre la oxitocina, la hormona del apego, y la hormona adrenocorticotrópica, vinculada a los picos de estrés. Para ello tomaron como objeto de estudio a un cuarteto de jazz vocal. Mientras las concentraciones de ACTH disminuyeron, los niveles plasmáticos medios de oxitocina aumentaban. Los resultados indican que cantar en grupo reduce el estrés y la excitación, medidos por la ACTH, y mejora la cohesión social entre los participantes, en especial, en aquellos fragmentos donde se les pedían improvisar juntos.
Otra forma de respiración consciente
La respiración consciente es una poderosa arma de regulación emocional y una fantástica palanca antiestrés. Cantar obliga a controlar la respiración para no ahogarnos al final de un estribillo. Los estudios señalan que incluso sin cantar al unísomo, solo tocando una misma melodía, también se acompasan las respiraciones de todos los participantes.
El autor de este interesante hallazgo es el profesor Klaus Laczika, de la Universidad de Medicina de Viena. Laxzika lideró un curioso estudio con la partitura de La Flauta Mágica de Mozart donde se monitorizó el ritmo respiratorio de los músicos mediante un ecocardiograma respiratorio. Los resultados corroboraron que la sincronización de las respiraciones de los músicos (violines, violas, piano…) influía de forma directa en la textura de la música. A mayor sincronización, mayor control de estrés y mejor interpretación de la pieza de Mozart.
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