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Tener un apego incorrecto con nuestra pareja nos puede llevar a mantener una relación tóxica./ Fotograma: Don't Worry Darling.

Relaciones

Cómo evitar que tu historia de amor se convierta en una relación tóxica

Muchas veces confundimos necesidad excesiva y dependencia con el amor, y lo que puede ocurrir es que estemos dentro de una relación tóxica sin darnos cuenta.

Por María Muñiz Marcelo

15 de marzo de 2023 / 14:23

Tener una relación sana de pareja no es para nada sencillo. Y no solo precisamente porque a lo largo de la vida haya altibajos o las circunstancias se compliquen. Lo que puede ocurrir es que se acabe el amor y este se convierta en una apego realmente peligroso, basado en la dependencia emocional.

Muchas son las razones para que esto ocurra, que tienen que ver tanto con nosotros como individuos como con nuestra dinámica de pareja. Analizamos, con ayuda del psicólogo experto en vínculos Sebastián Girona, por qué se produce este apego/dependencia de nuestra pareja y qué hay que hacer para evitarlo.

Por qué dependemos emocionalmente tanto de nuestra pareja

Esto viene de lejos. En concreto, tiene que ver mucho con lo que pasó en nuestra infancia, además de todo lo aprendido sobre el amor romántico, que nos ha hecho entender el amor y el compromiso de manera errónea. Así, las personalidades que más suelen tener un apego excesivo a su pareja son «personalidades con baja autoestima, inestables psicológicamente hablando, que han tenido carencias afectivas de pequeños, que han tenido el apego por parte de sus padres evitativo y no siempre contaban con ellos. Estas personalidades tienen más probabilidades de desarrollar una dependencia emocional«, señala Sebastián Girona.

La psicóloga María Esclapez detalla en su cuenta de Instagram que «si te invalidaron emocionalmente, aprendiste a invalidarte a ti mismo y a los demás». Además, «si siempre te exigieron más, aprendiste a que no eres suficiente» y «si te sobreprotegieron, aprendiste que el mundo es un lugar peligroso». Todos ellos, casos que llevan a tener un apego ansioso de quien está a nuestro lado.

Pero, «hay parejas que dependen más y hay parejas que dependen menos. En parte dependerá de cómo está armada la relación y también de las características psicológicas de cada uno de los integrantes de esa relación. Todas las parejas tienen un porcentaje de deseo y un porcentaje de necesidad. Lo que se espera siempre para que una pareja sea sana es que el porcentaje de necesidad sea bastante bajo. Si es bastante alto, se genera una dependencia más emocional y eso hace que la relación sea un poco más tóxica y que no sea tan sana», explica Girona.

Qué tipos de apego se pueden tener hacia una pareja

Pero antes de confirmar que estamos apegados a nuestra pareja, habrá que determinar cómo lo estamos, es decir, qué tipo de apego tenemos.

Como nos cuenta el psicólogo, «existen diferentes tipos de apegos y hay una pregunta que, de alguna manera, organiza la lógica del apego. Esa pregunta es: «¿puedo contar con mi pareja si la necesito?» A partir de esto, aparecen tres tipos de apego: el apego seguro, el ambivalente y evitativo. Teniendo la pregunta que te decía como referencia, en el apego seguro, la respuesta es siempre sí; en el apego ambivalente será que a veces si y será que a veces no; y por último, en el evitativo, será que, en general, no puedo contar con mi pareja.»

Cómo saber si dependo de mi pareja

Lo que ocurre es que, muchas veces, darnos cuenta de que no es amor sino dependencia cuesta bastante. Eso a pesar de que esa ansiedad por la otra persona pueda ser algo más que evidente. «Dependo de mi pareja cuando pierdo autonomía o cuando estoy muy insegura o muy inseguro y paso a consultarle demasiadas cosas a mi relación que hacen que no necesariamente tengan que ser consultadas o que yo mismo en otro momento de mi vida no consultaría. Una relación sana en ese sentido tiene que ver con la lógica de mantener cierta autonomía y cierta relación con la pareja», indica el psicólogo.

«Muchas veces las causas tienen que ver con un mecanismo adictivo en donde yo necesito al otro más que lo deseo, como quien necesita una sustancia tóxica, porque si no tiene abstinencia. Básicamente, ese es un mecanismo que me lleva muchas veces a ver a esa persona que me hace mal, pero que en un primer momento me hace bien, por decirlo de alguna manera», explica. «En el corto plazo, tengo cierta satisfacción cuando veo esa persona, pero en el mediano y en el largo plazo estoy peor que antes de verla.»

Es decir, hemos llegado a una relación tóxica: «Las consecuencias son una relación estresante, que genera adrenalina constantemente, pero adrenalina negativa. Muchas parejas al principio tienen una adrenalina positiva y después, cuando termina el enamoramiento, lo empiezan a reemplazar por esta adrenalina tóxica del día a día, que genera dependencia y una relación que parece más una novela que una pareja sana», cuenta Girona.

«Las consecuencias, tanto para uno como para el otro, es un desgaste constante que empieza a erosionar la base de la relación y también el estrés consecuente que trae esto para una pareja. Porque estamos hablando de pelear todos los días, haya motivos o no, un desgaste psicológico para ambos en muchos sentidos. La inestabilidad psicológica se puede tolerar, pero eso no quiere decir que no haga daño y que no sea muy difícil de llevar también», añade.

Cómo saber si estoy en una relación tóxica

Pero si es difícil saber que dependemos de nuestra pareja emocionalmente, mucho más lo es darse cuenta de que estamos en una relación tóxica a la que hay que poner solución. El primer paso es reconocerlo, junto con lo que estamos haciendo nosotros para que esa relación no sea sana.

Una relación tóxica «es una especie de subibaja constante en donde predomina la incertidumbre, el hecho de no saber con qué me voy a encontrar: un fin de semana puede ser fantástico y el de la semana siguiente podemos estar peleados sin que necesariamente aparezca algún motivo que haga que esto sea así», explica Girona.

Y puntualiza aún más: «básicamente, una relación tóxica tiene que ver con el hecho de que predomine la adrenalina negativa, porque hay adrenalina, pero está relacionada con no saber si sé cómo va a seguir la relación. Y por supuesto, predominan los conflictos constantemente, los desencuentros y las reconciliaciones. Básicamente, como mucha inestabilidad psicológica, tiene que haber en una relación tóxica para que sea tal.» ¿Te suena?

Cómo dejar de ser dependiente emocionalmente y empezar a tener una relación sana

Lo primero que hay que hacer es entender lo que verdaderamente es el amor y diferenciarlo de lo que es la dependencia y la toxicidad: «El amor no duele. El amor no genera sufrimiento. Si bien las parejas se pelean y eso forma parte de los vínculos, estar en pareja prioritariamente es para tratar de estar acompañado, para ir recorriendo el camino juntos y para que yo pueda potenciar a mi pareja, y del otro lado, hagan lo mismo conmigo. Podemos tener alguna dificultad dentro de las relaciones, pero tiene que existir cierta armonía dentro de la relación», cuenta el especialista en vínculos.

Después, es necesario mirar hacia nosotros mismos: «Si yo me doy cuenta de que en todas mis relaciones termino teniendo esa dependencia, entonces muy probablemente el problema sea mío y tendré que revisar mis inseguridades, mi autoestima, aspectos psicológicos profundos como para poder empezar a tener una pareja diferente y poder empezar a elegir parejas por deseo y no por necesidad», señala el experto.

Quizás necesites buscar ayuda: «Si el problema es ese y me pasa constantemente, entonces tendré que hacer una terapia o un tratamiento. Muy difícilmente una persona puede hacer esto solo. Lo mejor sería consultar con un profesional si me doy cuenta de que siempre termino en relaciones de dependencia emocional», añade.

Qué significa tener una relación sana

Quizás en este momento tampoco sepas muy bien qué hacer ni cómo entender una buena relación de pareja porque es posible que nunca hayas tenido una. Pero, básicamente, esta empieza por tener un apego correcto en el caso de que el problema siempre tenga que ver con la dependencia emocional.

«El apego correcto está más cerca de balancearse entre un apego seguro, donde yo puedo contar con el otro, y un apego evitativo en menor cantidad. Es decir, predominantemente un apego seguro y un apego evitativo, porque a veces yo no necesariamente voy a tener que estar todo el tiempo para el otro, a veces también que yo me ausente puede generar algo positivo», explica Sebastián Girona.

«No digo que sea siempre ni mucho menos, pero en determinadas situaciones que yo me pueda poner a un lado, hace que yo pueda también darle algo valioso a mi pareja. El hecho de estar constantemente hace que yo tenga una sola herramienta, pero en determinados momentos, y quizás lo difícil sea saber cuándo, si yo me puedo apartar, también puedo hacerle un bien a mi pareja», señala.

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