
En El mentalista, Patrick Jane recurría frecuentemente al palacio de la memoria. FOTO: fotograma de El Mentalista.
MENTE
Palacio de la memoria, la técnica fácil que usan los neurocientíficos para recordarlo todo
¿Sabías que tu cerebro puede almacenar recuerdos como un archivador infalible? La neurociencia lo confirma: el palacio de la memoria es la técnica ancestral que hoy usan expertos para hackear la mente.
Por María Corisco
23 DE MAYO DE 2025 / 11:00
Imagina que tu mente es un gran castillo vacío. Cada habitación, cada pasillo y cada rincón están listos para guardar secretos, historias y hasta esa lista del súper que siempre se te olvida. ¿Cómo? Con un truco milenario que usaban los sabios romanos y los genios del Renacimiento, y que ahora reivindica la neurociencia: se trata del palacio de la memoria, también conocido como Método Loci.
Esta técnica mnemotécnica permite recordar grandes cantidades de información de manera muy eficaz. La idea principal es asociar en tu mente la información que quieres memorizar con lugares familiares: se trata de imaginar un recorrido por un espacio conocido -como tu casa, un edificio o una ruta habitual- e ir colocando mentalmente lo que necesitas recordar en puntos concretos de ese lugar. Luego, al recorrer mentalmente ese espacio, puedes ir recuperando cada fragmento de información en el orden en que lo colocaste.


El término original es método Loci (en latín significa lugares), pero palacio de la memoria es una metáfora moderna, una forma más visual de describirlo, que que se hizo especialmente popular en El silencio de los corderos, ya que Hannibal Lecter utilizaba un memory palace. Más recientemente, el protagonista de la serie El mentalista se refería frecuentemente a ese palacio como vía para recordar todo.
Qué dice la neurociencia del palacio de la memoria
El palacio de la memoria no es sólo una herramienta milenaria o un recurso pop, sino una herramienta validada por la ciencia moderna que activa regiones cerebrales específicas, mejora el rendimiento cognitivo y que, con la práctica, puede modificar la arquitectural funcional del cerebro. De hecho, tiene una relación directa con la neurociencia, y ha sido objeto de múltiples estudios que exploran cómo afecta al cerebro, especialmente a las regiones relacionadas con la memoria espacial y la visualización mental.
- Activación del hipocampo. El hipocampo, una estructura clave en la memoria y en la navegación espacial, se activa intensamente cuando se utiliza el método loci. Esto lo han demostrado estudios con imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI), como la investigación llevada a cabo por Martin Dresler y su equipo (2017), que analizaron el cerebro de «atletas de la memoria» y observaron que «tenían patrones específicos de activación cerebral al usar esta técnica».
- Cambios estructurales en el cerebro. En este mismo estudio, los investigadores descubrieron que incluso «personas sin entrenamiento previo mejoraban su capacidad de memoria y modificaban la conectividad cerebral tras entrenar con esta técnica durante varias semanas», y que sus conexiones neuronales se volvían más similares a las de los campeones de memoria.
- Memoria episódica y espacial. Esta técnica se basa en visualizar espacios familiares donde se colocan imágenes mentales. Por tanto, activa regiones cerebrales implicadas en la memoria episódica (recuerdo de eventos concretos con contexto espacial y temporal), memoria espacial (ubicación de elementos en un entorno mental) y representaciones corticales organizadas espacialmente, como el hipocampo, la corteza retrosplenial y la corteza parietal posterior.
- Plasticidad cerebral. El uso del método loci favorece la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para formar nuevas conexiones. Un estudio publicado en bioRxiv en 2025 investigó cómo el entrenamiento extensivo con el método Loci afecta las representaciones neuronales en la corteza cerebral y sugiere que este método «puede reforzar la singularidad de la memoria dentro del palacio de la memoria de cada individuo, sentando las bases para un rendimiento de memoria excepcional«.
El entrenamiento de los atletas de la memoria
Más allá del respaldo que ha recibido por parte de la neurociencia, el palacio de la memoria no es solo una técnica de laboratorio: es la herramienta clave que utilizan los llamados atletas de la memoria, personas capaces de memorizar secuencias inverosímiles de números, palabras, rostros o cartas en cuestión de minutos. Lejos de tener un don innato, estas personas entrenan su cerebro mediante la construcción de palacios mentales, espacios imaginarios donde asocian lo que quieren recordar con imágenes vívidas y absurdas, colocadas estratégicamente en habitaciones, pasillos o rutas familiares.
Un ejemplo es Jonas von Essen, bicampeón mundial de memoria, quien logró memorizar más de 500 nombres en solo un cuarto de hora. Su truco: asociar cada nombre a una imagen llamativa (como una jirafa montando en patinete) y ubicarla en un recorrido mental perfectamente estructurado. Estudios como el de Martin Dresler han demostrado que entrenar con esta técnica no sólo mejora la memoria a corto y largo plazo, sino que también reconfigura la actividad cerebral en áreas asociadas con la memoria espacial y la visualización. En otras palabras, usar la imaginación para recordar no solo es eficaz, sino que cambia el cerebro.
Construye tu propio palacio de la memoria
- Elige un lugar que conozcas muy bien. Puede ser tu casa, el recorrido desde tu portal al trabajo, una ruta por tu barrio o incluso una escuela de tu infancia. Lo importante es que puedas visualizarlo con claridad y recorrerlo mentalmente sin esfuerzo.
- Establece un recorrido fijo. Imagina que haces un paseo por ese lugar. Elige puntos concretos (por ejemplo: la puerta de entrada, el perchero, el sofá, la mesa del comedor…) y ordénalos en una secuencia lógica. Cada punto será una estación de tu memoria.
- Asocia lo que quieras recordar con imágenes llamativas. Convierte cada elemento de la lista en una imagen mental viva, exagerada y absurda. Por ejemplo, si tienes que recordar «manzana, avión, rana», puedes imaginar una manzana gigante aplastando tu felpudo, un avión atravesando tu lámpara del salón y una rana tocando el piano en la cocina.
- Coloca esas imágenes en el recorrido. Ubica mentalmente cada imagen en los puntos que has establecido. Cuanto más sensorial, extraño o emocional sea lo que imagines, más fácil será recordarlo. La clave es no limitarte a ver la imagen, sino vivirla.
- Recorre mentalmente tu palacio para repasar. Una vez hayas situado todos los elementos, camina con la imaginación por tu recorrido. Al llegar a cada punto, la imagen te recordará el concepto asociado. Cuantas más veces lo repases, más fluido será el recuerdo.
- Crea nuevos palacios si lo necesitas. Puedes tener distintos palacios para distintos tipos de información: uno para nombres, otro para discursos, otro para exámenes… incluso puedes reutilizar el mismo lugar con rutas diferentes.
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