Presenciar un acto de bondad tiene más poder del que imaginas

¿Qué sientes cada vez que ves a alguien llevando a cabo un acto de bondad? Puede ser cualquier cosa, desde ayudar a alguien que lo necesita a cruzar la calle, hasta leer en algún medio que se ha realizado un donativo millonario para una buena causa. Según los expertos, cuando somos testigos de la generosidad de otros, nos sentimos bien, reconfortados y se despierta en nosotros una sensación de paz que perdura en el tiempo.

Sin embargo, los estudios han demostrado que la cosa no termina ahí, porque al presenciar la amabilidad de los demás, nos dan ganas de imitarla, provocando que un acto se multiplique y repercuta en el mundo entero.

La situación actual es triste. Después de una pandemia, estamos presenciando una guerra devastadora que ha desestabilizado la paz mundial y que nos deja impotentes. ¿Qué podemos hacer? Después de leer este artículo, verás la importancia que pueden llegar a tener tus actos de amor hacia los otros.

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Lo que un acto de bondad puede provocar

Haesung Jung y su equipo de investigación, llevaron a cabo 88 estudios experimentales a lo largo de varias décadas, en los que participaron más de 25.000 individuos con la finalidad de medir cuánto aumenta nuestro propio altruismo después de presenciar a alguien actuando de manera «prosocial», bien sea consolando a alguien o donando dinero a una obra benéfica.

Los datos obtenidos concluyen que las personas que leían o veían a alguien actuar de una manera amable y altruista desarrollaban estas mismas conductas. ¿Por qué? Para los investigadores era importante averiguar los motivos que nos llevaban a ser más generosos, si bien es por imitación, porque nos sentimos presionados, o porque se activa un efecto dominó, e identificar así los factores que aumentan o disminuyen esa respuesta.

“Las personas se hacen eco cuando ven a alguien hacer algo bueno”, afirma Haesung Jung. “Estos comportamientos prosociales son bastante contagiosos y eso es algo que la gente debería saber”.

Efecto dominó

Para saber qué desencadena este comportamiento, el equipo de investigación observó los motivos que llevaban a las personas a ser más empáticas y bondadosas. ¿Cuáles fueron las conclusiones?

• No tiene que ver con quedar bien. Observaron que la generosidad se daba, incluso, de forma anónima.
• Tampoco se da por imitación. Descubrieron que los testigos de bondad a menudo ayudaban de formas muy distintas a las que habían presenciado.
• No importa si vieron directamente a alguien ayudando o si les llegó la información a través de los medios o las redes sociales. Esto significa que muchas cosas que observamos, no solo las acciones de las personas que nos rodean, pueden estar influyendo positivamente en nuestro comportamiento.
• Eso sí, parece que el ímpetu disminuye. Cuanto más tiempo pasa desde que vemos el acto de bondad, más se disuelve nuestro deseo de imitarlo.
• Por último, resulta que las mujeres eran más propensas que lo hombres a tener actos de bondad. Para Jung esto no le sorprendió demasiado, puesto que investigaciones anteriores habían demostrado que las mujeres tienden a «priorizar las relaciones con los demás y llevarse bien con ellos».

Hay que aplaudir cada acto de bondad

También se comprobó que cuando vemos que se recompensa a las personas amables, era más probable que ellos mismos fueran amables. “Muestra que necesitamos un entorno social donde el comportamiento prosocial se refuerce positivamente para que las personas imiten más ese comportamiento”, dice Jung.

En un mundo tan hiperconectados como el que tenemos, debemos aprovechar las circunstancias para potenciar esos actos de amor y generosidad. Ver los perfiles de las redes sociales pintadas de azul y amarillo como muestra de apoyo a Ucrania, va más allá de una mera imitación o, incluso, una moda.

Compartir los perfiles de todos aquellos que se están implicando en ayudar a los refugiados, de cualquier forma posible, hace que el resto también quiera involucrarse en la búsqueda de la paz. Un ejemplo de ello es lo que está haciendo el chef José Andrés y su ONG World Central Kitchen, quienes están en primera línea llevando alimentos a todos los que lo necesitan.

Otro ejemplo es la actriz ucraniana Mila Kunis y su marido, Ashton Kutcher, quienes han recaudado 30 millones de dólares a favor de la causa. “Hoy soy una orgullosa ucraniana. Aunque mi familia se instaló en EEUU en 1991, yo nací en Chernivtsi, Ucrania, en 1983. Los ucranianos son orgullosos y valientes y merecen nuestra ayuda mientras la necesiten”.

Beneficios de practicar un acto de bondad

Más allá de que los actos de bondad dan lugar a más actos de bondad, también tiene una repercusión positiva para nuestro organismo. Se ha demostrado que tiene un efecto positivo en el sistema inmunológico y en el aumento de la producción de serotonina en el cerebro, un neurotransmisor que se encarga de regular el estado de ánimo y que reduce los estados de ansiedad.

También se ha relacionado que las personas con comportamientos altruistas, tienen menos tensiones, una reducción del dolor crónico y duermen mejor. 

Practica la bondad

Seguro que a estas alturas, estás deseando poner en marcha tu capacidad para dar, tu generosidad y altruismo Patri Psicóloga nos comparte 10 maneras de potenciar la bondad:

1. Piensa cada mañana en un cumplido que podamos hacer a alguien.
2. Penar en un favor que podamos hacer, aunque sea pequeño.
3. Sonreír a todo el mundo.
4. Sé considerado.
5. Ser generoso.
6. Hacer el amor y no la guerra.
7. Sé honesto y justo.
8. No ser clasista, no hacer juicios de valor.
9. No hay mejor receta para dormir que tener la conciencia tranquila.
10. Sembrar, sembrar y sembrar, sin esperar a la cosecha.