Déjate de naranjas: si lo que quieres es saber si todavía te quiere, lo mejor es preguntárselo directamente. FOTO: Freepik.
Mente
Cómo se hace la prueba de pelar la naranja que se ha hecho viral: la técnica para ver si tu pareja funciona
Que pele o no una fruta no es una demostración concluyente de lo que siente por ti. Las relaciones íntimas son muy complejas y no pueden reducirse a lo que tu pareja decida hacer con una naranja.
Por Marcos López
14 DE MAYO DE 2025 / 14:13
Todas las parejas tienen su altibajos. Sus momentos buenos y malos, cuando no peores. El camino de rosas por el que discurre el amor no está exento de espinas. Y cuando brota la sospecha de que las cosas no marchan tan bien como deberían, es natural que surjan dudas sobre la solidez de la relación. Dudas que muchos buscan despejar de inmediato, a veces con métodos tan insólitos como el último test viral en redes sociales: la cada vez más popular «prueba de pelar la naranja». Aunque, en realidad, no sirva de mucho.
La premisa es muy sencilla. Se trata de coger una naranja y pedirle a tu pareja que la pele para ti. Según la legión de defensores de esta prueba, la respuesta a esta petición revelará si tu pareja aún te quiere o si ya ha pasado página.
La doctora Kate Truitt, neurocientífica, psicóloga especializada en trauma y autora, entre otros libros de éxito, de Keep Breathing: A Psychologist’s Intimate Journey Through Loss, Trauma, and Rediscovering Life, explica que «esta prueba se centra en la idea de que los pequeños actos serviciales son importantes no solo por la propia acción en sí misma, sino por lo que representan en la relación».
¿Te quiere o no te quiere?
Ya le has dado la naranja a tu pareja. Sólo queda observar su reacción. Si acepta y te la devuelve desprovista de toda monda –mejor aún si, para tu algarabía, te presenta la fruta ya desgajada con una amplia sonrisa–, es que su amor es real. Según la experta, «estos pequeños actos serviciales indican amor, cuidado y compromiso, y su repetición potencia la salud y felicidad de la relación».
También puede pasar lo contrario. Tu pareja se niega a ensuciarse las manos. Lo que, siguiendo la lógica de la prueba, sería una demostración incuestionable de que su amor por ti se ha evaporado. De que sólo es cuestión de tiempo que de un portazo a vuestra relación. Hasta puede que incluso te mire como si hubieras perdido la cabeza. O que, sencillamente, se indigne ante tu muestra de pereza.
Así que, más allá de deshojar margaritas o analizar gestos complejos, ahora tienes una supuesta forma definitiva de saber si tu relación va viento en popa. Porque, como señala Truitt, “estos gestos simples y cotidianos son, en realidad, clave para construir una relación sólida y duradera”.
Las relaciones son mucho más complejas
Elena Jiménez, psicóloga clínica, alerta de que «no pueden reducirse a lo que tu pareja decida hacer o no con una naranja». Puede que jamás haya tenido un detalle contigo, pero como ha accedido a mancharse las manos crees que ya cuentas con la confirmación definitiva de su amor. Que ya no hay nada de lo que preocuparse. Incluso ignorando que quizás ha detectado que se trata de una prueba y está actuando en consecuencia…
Podrías estar poniendo tu relación en riesgo
Una negativa a complacerte tampoco es concluyente. Puede que tu pareja, que siempre te colma de detalles y nunca te niega un favor, simplemente no tenga un buen día. Puede que tenga cosas más importantes en la cabeza que ponerse a hacer trabajos manuales con un cítrico. Por sí misma, una única acción no tiene por qué significar nada. Ni bueno ni malo. Menos aún si es tan trivial.
Incluso puede que estés poniendo en riesgo tu relación. Si tu pareja percibe que la estás poniendo a prueba, que necesitas que te reafirme constantemente su amor, es posible que se acabe cansando. Lo que, aun con la naranja pelada y desgajada, puede acelerar el final de vuestro vínculo por la falta de confianza.
Hablar es más sencillo (y efectivo)
Si realmente quieres saber cómo está vuestra relación, «lo mejor que puedes hacer es preguntarle directamente. Hablar desde la honestidad, sin rodeos ni subterfugios», recomienda Jiménez. De hecho, es muy probable que la duda venga de ti, no tu pareja. Que seas tu quien necesite una validación constante. Dicho de otro modo, ¿estás tú dispuesto a pelarle una naranja a tu pareja?