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RELACIONES SANAS
Si conoces el ghosting, necesitamos hablar de responsabilidad afectiva
Digan lo que digan, el amor y los algoritmos no son compatibles y para muestra, la cantidad de relaciones tóxicas que se generan. Pero no solo en las redes sociales encontramos irresponsables emocionales.
Por Mónica Heras
29 DE MARZO DE 2022 / 17:03
Cada vínculo que establecemos conlleva una responsabilidad afectiva, la conciencia de que nuestros actos repercuten en los demás. Esto requiere de una capacidad para gestionar las emociones siendo honestos y asertivos, sin dañar al otro. ¿Por qué algo que parece tan básico resulta prácticamente imposible de encontrar?
La psicóloga Marta Martínez Novoa acaba de publicar su libro ‘Que sea amor del bueno’, de Zenith Libros. En él nos ayuda a identificar esos comportamientos poco responsables en las relaciones, ofreciéndonos las claves para reconocer esas señales rojas y escapar a tiempo, antes de que nuestra autoestima sufra más de la cuenta.
Hemos querido preguntarle acerca de las relaciones tóxicas, las diferencias entre el ghosting y el contacto cero, el breadcrumbing y las relaciones líquidas. ¿Te suenan de algo estos términos? Pues sigue leyendo.
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¿Qué es la responsabilidad afectiva?
Marta Martínez Novoa nos explica que se refiere básicamente a la conciencia de que todo lo que hacemos en los vínculos tiene consecuencias en la otra persona y su mundo emocional. Esto no quiere decir que nos tengamos que responsabilizar de las emociones de la otra persona, pero sí de nuestros actos, que son los que al final generan estas emociones.
¿Qué son las relaciones líquidas?
Este término fue propuesto por el autor de ‘Amor Líquido’, Zygmunt Bauman, y se refiere a los vínculos interpersonales que están caracterizados principalmente por una falta de compromiso, de implicación emocional y de calidez. Es decir, son personas que se relacionan con mucha rapidez, de manera muy superficial. Está muy ligado al capitalismo y a la sociedad del consumo, donde al final todos estamos tomando posiciones más individualistas. Incluso “utilizamos a las personas”.
Marta nos hace cuestionarnos que, igual que podemos tener una pizza en nuestra casa haciendo clic en una aplicación, hacemos lo mismo con los vínculos. «Queremos tenerlo de manera inmediata, desde una posición hedonista. Pero cuando empiezan a surgir afectos y, por tanto, aparecen conversaciones incómodas (como acerca de nuestras expectativas, acuerdos y poner límites), evitamos a toda costa esta incomodidad, cortamos el vínculo y nos vamos a por uno nuevo«.
¿Qué es el breadcrumbing y qué tiene que ver con la responsabilidad afectiva?
El breadcrumbing es un fenómeno que se da cuando estás conociendo a alguien, generalmente en vínculos afectivo sexuales, y la otra persona te da solo migajas de amor y de atención, es decir, te da a entender que la relación que tenéis avanza, se estabiliza, y hay más implicación emocional, aunque esto nunca sucede de verdad.
Cuando toca hablar de expectativas, hacia dónde va la relación, sobre vuestras emociones, la otra persona lo evade diciendo que ya se verá y que hay que dejarlo fluir. Pero otros días, te sorprende con un plan que te hace mucha ilusión, con cierta implicación emocional, para posteriormente pasar de ti, no responder a tus mensajes.
«Esto genera un proceso que en psicología llamamos reforzamiento intermitente. Nos enganchamos a relaciones esperando que en algún momento, el otro, nos dé un momento agradable, aunque no sabemos cuándo va a ser, porque la mayor parte del tiempo está ausente, distante y frío. Las personas que aplican breadcrumbing, buscan sentirse deseados y disfrutan sabiendo que la otra persona está enganchada. Se trata de una cuestión de ego.»
Responsabilidad afectiva y ghosting: ¿cuándo es necesario desaparecer?
Si nos ceñimos al termino literal de ghosting, siempre es una actitud irresponsable, aunque se suele confundir mucho con otro comportamiento, que es el llamado contacto cero.
El ghosting consiste en desaparecer de una relación que parecía ir bien. De repente la persona deja de contestarte, de quedar, ya no está en tu vida. Lo que sucede en estos casos, es que te quedas con una sensación de culpa de “¿qué he hecho mal para que haya pasado esto? y con la incertidumbre de si “¿va a volver? ¿no va a volver? ¿qué ha pasado aquí?”.
En cambio, el contacto cero, aunque también consiste en cortar el vínculo con la otra persona sin decir nada, es sano y necesario. Se da en relaciones abusivas, donde aparecen conductas de maltrato o de acoso, y decidimos cortar, bloquear en redes sociales, poner límites para que no nos hagan más daño. También es necesario en las relaciones de dependencia emocional. «En el libro explico bastante cómo podemos aplicar el contacto cero de una manera eficiente», dice la autora.
¿Las redes sociales fomentan la irresponsabilidad afectiva?
Para Marta, las redes sociales son una vía bastante importante para las irresponsabilidades afectivas. «Lo vemos con el orbiting, un fenómeno muy parecido al ghosting. Aquí, aunque la persona también desaparece de tu vida, sigue viendo tus redes sociales, le da like a tus fotos o que incluso te comenta. Esto genera aún más incertidumbre que el ghosting«.
Aquí de nuevo se da ese reforzamiento intermitente, el subidón con cada like y la decepción cuando de pronto te bloquea, o ves que tiene una nueva pareja. «Esto sería impensable si no existieran las redes sociales. Antes, tú no tenías por qué saber qué pasaba en la vida de la otra persona, salvo que te la encontraras por la calle. Creo que sí, que contribuyen bastante».
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