Ser demasiado empático puede afectar a tu salud mental./ Iamgen: Pexels.
Salud mental
Cómo gestionar bien la hiperempatía para que no afecte a tu salud mental
Tener la capacidad de ponernos en el lugar de los demás no es nada malo, el problema llega cuando nos volcamos tanto que nos acaba afectando a nuestra salud mental.
23 DE MAYO DE 2023 / 10:10
Empatizar con alguien significa que sabemos ponernos en el lugar de esa persona y que entendemos las circunstancias que atraviesa. Hasta aquí, esta actitud es buena. Pero hay ocasiones en las que esa capacidad de empatizar se nos puede ir de las manos. Incluso puede legar a causar ansiedad o estrés por intentar atender en exceso las necesidades de los demás. Esta situación se llama hiperempatía y, como explica Laura Palomares, psicóloga y directora de Avance Psicólogos, el primer paso para evitar que esto nos pase es «entender que ese exceso de empatía puede activar o bloquear, y cuando nos bloquea, no nos deja reaccionar».
Reconocer la hiperempatía no es tarea fácil. «La empatía es la capacidad de ponernos en el lugar de los demás. De resonar con el otro a nivel emocional y entender cuáles pueden ser sus necesidades», define Laura Palomares. La experta recalca que esto no es malo. Pero, como ocurre con casi todos los extremos, «cuando exageramos esta emoción, hay que frenar y aprender a gestionarla».
Cómo gestionar la hiperempatía
Ser demasiado empático implica cierto grado de vulnerabilidad porque dejas que tus emociones te invadan hasta un nivel tan alto, que esta vulnerabilidad se refleja de forma externa. Según explica Palomares, lo primero que hay que hacer para evitarlo es «tomar conciencia de cuándo estamos gestionando mal nuestra capacidad de empatizar». Y una vez consigues este primer paso debes centrarte en el presente.
«Situarnos en el presente, en el aquí y ahora, recordar que a veces podemos ayudar a los demás y otras no, y entender que la empatía también significa resonar con las emociones positivas para no focalizarte en lo negativo«. Estos son los tres puntos que aconseja la psicóloga. Al seguirlos, consigues rebajar la sensación de empatía «si vemos que nos está afectando demasiado».
¿Por qué puede ser mala para la salud?
«La empatía no es mala en sí misma, muy al contrario, es una capacidad que garantiza una mejor convivencia», explica Palomares. Y al igual que podemos trabajar el exceso de empatía, también podemos aprender a ponernos en el lugar de los demás. «El problema se da cuando ponerse en el lugar de los demás se vive de forma excesiva y se convierte en algo demasiado presente e incluso obsesivo», asegura la psicóloga. Y el problema con los comportamientos obsesivos es que pueden afectar a la salud mental.
¿Qué tipo de personas suelen ser las más empáticas?
Hay personas que tienden a empatizar mucho más que otras y esto se aprende desde la infancia, asegura la experta. «Se trata de una cualidad que desarrollamos mientras se forma el vínculo con nuestros cuidadores», añade. Sin embargo, esto puede cambiar dependiendo de la personalidad de cada uno. Por lo general, una persona emocionalmente sana es propensa a sentir de forma mas intensa la empatía y todo lo que le produce sensaciones a su alrededor. Y las siente en el mismo instante que se producen, sin ningún filtro. El problema, según la psicóloga, surge si eres una persona muy emocional. «En este caso puedes confundir los sentimientos y terminar cargando con problemas que no son tuyos.
Como explica la psicóloga, «hay personas que, por sus rasgos de personalidad, pueden resonar con mucha más intensidad con las necesidades o emociones de los demás. Estas son personas más sensibles y más observadoras. Puede que hayan asumido responsabilidades que no les correspondían demasiado pronto y son propensas a desarrollar una mayor empatía», asegura.
Cómo identificar el exceso empatía
Cuando nos ponemos en el lugar de alguien y nos afecta demasiado su situación, probablemente estemos teniendo un exceso de empatía con esa persona. Palomares lo define como una acumulación de estrés o ansiedad en el día a día debido a que tratamos de atender «en exceso las necesidades de los demás, olvidando las propias».
Esto significa que no estamos gestionando bien nuestra empatía afirma la experta. «Es importante resonar y entender al otro, pero sin olvidarnos de nuestras necesidades, espacios y momentos de descanso», aconseja.
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