Jeff Goldblum se confiesa: le gusta lo que hace y siempre pasión por disfrutar de la vida sin complejos

Nos empeñamos tanto en medir cada faceta de nuestra vida que olvidamos disfrutar de la vida en sí. Vivimos en tiempos de sobremonitorización, o, lo que es lo mismo, medimos casi todo y de forma obsesiva. Medimos desde la calidad del sueño hasta los pasos diarios convirtiendo nuestras vidas en un laboratorio. Cuantificamos la productividad y los resultados parecen siempre el objetivo final.

En este frenesí de lograr retos y encajar en patrones creados por otros, llega Jeff Goldblum y hace un alegato para recordarnos hay que vivir la vida con propósito, pasión y generosidad. Que esto no es un proyecto que hay que acabar a la perfección. La vida somos nosotros, con nuestros días buenos y los días malos. Una forma de vitalismo lleno de energía que refleja el estilo WeLife: vivir el aquí y ahora, no obsesionarse con los resultados y saborear cada instante.

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Menos quejas y más disfrutar

Goldblum citó a George Bernard Shaw en su paso por el programa The Late Show with Stephen Colbert cuando el presentador le preguntó qué le inspiraba. Y, aunque comenzó comentando que la música forma parte de su vida, procedió a citar al activista de una manera tan poética y sentida que dejó sin habla a los ahí presentes. «La verdadera alegría de la vida radica en ser utilizada para un propósito que uno mismo reconoce como poderoso. Es convertirte en una fuerza de la naturaleza en lugar de un pequeño terrón febril y egoísta, lleno de dolencias y agravios, quejándose de que el mundo no se dedica a hacerte feliz», recitó el actor, demostrando tener una memoria privilegiada.

«Opino que mi vida pertenece a toda la comunidad. Mientras viva, tengo el privilegio de hacer por ella todo lo que pueda. Quiero agotarme al morir, pues cuanto más trabajo, más vivo. Disfruto de la vida por sí misma». Y siguió citando al pensador. «La vida no es una vela fugaz para mí. Es una especie de antorcha espléndida que he tomado por el momento, y quiero que arda con la mayor intensidad posible antes de legársela a las generaciones futuras».

Feliz, incluso a solas

Sus palabras y por descontado, el hecho de que haya citado al pie de la letra a Bernard Shaw han sido muy comentados. Al actor siempre se le elogia por su elegancia, por su simpatía y por sus respuestas en las entrevistas. «Me gusta estar solo y tengo mucho que hacer solo. Toco el piano solo, necesito tiempo a solas para hacer mis tareas y hacer todo tipo de cosas. Me gusta la tranquilidad. Estoy leyendo un par de libros sobre Frank Sinatra y no soy de esos que deben estar rodeados de caos y actividad y no pueden estar solos. Ese no soy yo», dice Goldblum al podcast Podcast, de The New York Times, donde demostró que no es de los que temen a esos momentos de soledad de los que otros huyen.

Agradecido con el éxito

Al hablar acerca de su relevancia dentro de la cultura pop, dejó claro que no le preocupan ni la inestabilidad, ni los vaivenes de la industria. Para hacerlo, citó a Lincoln no sin antes hacer una aclaración: «Estoy inmensamente agradecido de esto que escribí en la ducha: Por favor, Dios, déjame ser actor», citó el actor con tono rimbombante. Reconoció que la posibilidad de no triunfar en la meca del cine le obsesionó al inicio de su carerrera y agradece que finalmente sucediera. «Década tras década. Y las cosas más recientes de la última década, de los últimos años, parecen ser tan deliciosas como siempre», aseguró.

Analizando su momento actual, no dudó en reconocer que se siente en su mejor momento. «Me he preparado para ello, como dijo Abraham Lincoln: «Estudiaré y me prepararé para que cuando llegue mi oportunidad, esté listo». Soy un floreciente tardío, y sigo floreciendo. Lo mejor está sucediendo ahora. Lo mejor está por venir y si lo siento así es porque me he preparado para ello», señaló.

El actor se muestra humilde al reconocer que los productores de cine no solo valoran su cabeza y sus aptitudes interpretativas, sino también el hecho de que a sus 73 años luzca estupendo. «Es una tontería intentar disimular tu edad. Fingir solo te hace parecer mayor y más tonto. Acéptalo», dijo a The Guardian. Un raro ejemplo que nos llega desde Hollywood destilando un estilo de vida positivo más allá del éxito en la gran pantalla.