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Aceptar los momentos duros y bajos, nos hace más fuertes./ Foto: Wildfox.
Salud mental
Dejar de llevar una coraza puede hacerte sentir liberado. Una experta nos explica cómo.
Por Paka Díaz
20 de diciembre de 2023 / 14:26
La catedrática norteamericana en Trabajo Social Brené Brown es una experta en liderazgo que lleva más de 20 años dedicada a estudiar emociones humanas como la vulnerabilidad, la vergüenza, y la empatía. Las emociones que dan sentido a la vida. Una de sus conclusiones es que la vulnerabilidad es una de las que pueden ayudarte a sentirte y estar más fuertes. Por eso dedica su libro Más fuerte que nunca (ed. Zenith) a explicar los beneficios de dejarse abrazar por la vulnerabilidad.
Pero, después de haber aprendido durante toda la vida a rechazar la vulnerabilidad y a tener que parecer fuertes en todo momento, ser vulnerable no es nada fácil. La experta explica cómo.
Una de las primeras cosas que Brown deja claras en su libro es que mostrarse vulnerable es arriesgado. De hecho es como quitarse una de esas corazas con las que todas las personas suelen moverse en sociedad. Sin embargo, hacerlo es de valientes. No sólo eso, también puede proporcionar diversos beneficios. Con todo, la profesional, que lo ha hecho su modo de vida, reconoce que “mostrar que soy vulnerable me sigue incomodando, y todavía me duelen las caídas. Siempre dolerán”. En su caso, señala que aún está aprendiendo.
Además, explica que al relacionarse con diversos líderes de las quinientas empresas de la lista de la revista Fortune, empresarios o parejas que llevan juntas más de treinta años, descubrió que todos tenían en común ser valientes. Y asumir riesgos a la hora de recuperarse tras un fracaso. Ninguno de ellos había tenido miedo a mostrarse vulnerable, aunque se habían caído, más de una vez.
También tenían en común que “todos reconocen el poder de las emociones y no temen inclinarse hacia la incomodidad”. Porque lo que aclara en su libro Brown es que la vulnerabilidad es justo de donde nacen muchas de las experiencias más enriquecedoras de nuestra vida. Como el amor, la pertenencia, la alegría o la confianza. Por eso anima a arriesgarse a mostrarlo aunque ello pueda hacerte más vulnerables ante otras personas. Y si eso te provoca algún batacazo, recuerda que “levantarte fortalecido después de una caída es cómo se cultiva el vivir la vida con todo el corazón; ese es el proceso que más te enseña quién eres”.
Las claves para abrazar tu vulnerabilidad serían ser tú mismo, atreverte y arriesgarte, caerte y luego levantarte para intentarlo de nuevo. Sólo así se consigue alcanzar una vida plena. O, como la denomina Brown, una vida de todo corazón. “Yo defino vivir de todo corazón como comprometernos en nuestra vida desde un lugar de valía personal”, afirma.
Para ella, eso supone “cultivar el valor, la compasión y la conexión”. Cada noche cuando te vayas a dormir, dice, podrás decirte «sí, soy imperfecto y vulnerable, y algunas veces tengo miedo, pero eso no cambia la verdad de que soy valiente, digno de ser amado y de pertenecer».
Además, en su libro, Brené Brown desenmascara los mitos más frecuentes que hay en torno a la vulnerabilidad. Por ejemplo, que es sinónimo de debilidad, en realidad, apunta ella, lo es de tener la valentía de arriesgarse, incluso aunque en el camino te hagas daño. Por dura que sea la caída porque, como cita Brené Brown, el poeta Alfred Tennyson lo escribió muy claro: «Es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado».
La experta destaca la necesidad de cambiar la conversación sobre qué supone ser vulnerable, incluso en la educación. Para así educar a la ciudadanía en la libertad y el valor, en lugar de enseñar a estar a la defensiva. “La valentía para ser vulnerable significa quitarte la armadura que utilizas para protegerte, bajar las armas que utilizas para mantener a las personas alejadas, estar presentes y permitir que te miren”, apunta.
Así mismo, señala que, aunque “sentirse vulnerable está en el corazón de las emociones difíciles, como el temor, el duelo y el desencanto”, también “es el lugar donde nacen el amor, la pertenencia, la alegría, la empatía, la innovación y la creatividad”. El lugar donde ser más libres, más nosotros mismos. En definitiva y pese a los riesgos, más felices y plenos.
Una de las razones principales por las que se suele rechazar mostrarse vulnerables es el miedo a que te hagan daño, a caer. Por eso, la profesora e investigadora de la Universidad de Houston señala algunas recomendaciones para levantarte más fuerte tras una caída, una vez asumas tu parte más vulnerable. “Si somos bastante valientes lo suficientemente a menudo, nos caeremos; esta es la física de la vulnerabilidad”, advierte. Sin embargo recuerda que “la fortuna puede favorecer a los audaces, pero también puede hacerlo el fracaso”.
Por ello, da unas pautas para sentirte mejor tras esas posibles batacazos. Primero, recordar qué nos hacen más fuertes. Además, ayuda tener conciencia de que “una vez que nos ponemos al servicio de ser valientes, nunca podremos regresar”, ya que “la valentía transforma la estructura emocional de nuestro ser”. Algo que puede provocar una sensación de perdida, pero que también es muy estimulante que “puede volver a encender nuestro sentido de propósito y recordarnos nuestro compromiso por vivir de todo corazón”.
Además, la experta da otra recomendación, tener en cuenta que aunque “este camino no le pertenece a nadie más que a ti; sin embargo, nadie puede tener éxito recorriéndolo solo”. Por eso, recomienda buscar compañía y no tener miedo alguno a pedir ayuda. Sin miedo, al fin y al cabo ya hemos demostrado que somos unos valientes.
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