Por qué es importante aprender a dormir bien desde pequeños

Cuando te pones a pensar en todo lo que un bebé necesita para dormir, seguro que no se te pasa por la cabeza la luz solar. Y, sin embargo, el sol es clave para que consigan un buen descanso. La luz natural tiene una importancia fundamental a la hora de mejorar el sueño de los niños. En concreto, es esencial para que se desarrollen correctamente los ritmos circadianos de los bebés. Y también lo es para los nuestros.

En un reciente taller, la coach del sueño infantil, Olga Sesé, y Almudena López de Rego, arquitecta y directora de Prescripción y Public Affairs de VELUX, mostraban cómo la luz solar influye en la creación de las rutinas del descanso de los menores. Algo que después afectará a nuestra vida adulta. Hablamos con ellas para saber por qué.

Luz, oscuridad y a dormir

Normalmente tendemos a sentirnos más vitales y despejados durante el día, más activos. Mientras que al llegar la noche, parece que nos desactivamos en parte, como preparándonos para el sueño. “Es lo que se conoce como ritmo circadiano o ciclo de sueño y vigilia”, explica Almudena López de Rego, “una buena alternancia entre luz y oscuridad es lo que regula nuestro reloj interno”.

Para ello, la experta señala que “debemos estar expuestos a mucha luz durante el día para que el cuerpo entienda la diferencia con la noche”. Esto nos ocurre desde la cuna. “Una buena cantidad de luz con posibilidad de control en el dormitorio ayudará a los niños a desarrollar una rutina saludable: noches tranquilas para recargar las pilas, y días nuevos con juego, ejercicio y estudio”, asegura López de Rego, y, después la seguiremos imitando en la edad adulta.

La importancia de la luz solar para el descanso

Esa importancia que tiene la luz solar para el descanso no es algo que solamos tener en cuenta. Pero es fundamental. “La iluminación solar durante el día es tan importante porque ayuda a establecer nuestro ritmo circadiano o reloj biológico interno”, explica Olga Sesé. “Las señales de luz y oscuridad se detectan a través de nuestros ojos y nuestro cerebro ajusta nuestro ritmo circadiano. De esta manera nuestro cuerpo está en sintonía con el día y la noche.”

Además, la experta explica que “la exposición a la luz estimula una vía nerviosa desde la retina en el ojo hasta un área del cerebro llamada hipotálamo. Allí, el núcleo supraquiasmático (SCN) inicia señales a otras partes del cerebro que controlan las hormonas (melatonina y cortisol), la temperatura corporal y otras funciones que juegan un papel importante en hacernos sentir somnolientos o despiertos”.

Cómo la luz nos ayuda a dormir bien

Por eso, entre sus recomendaciones destacan “tener una habitación bien iluminada y salir por la mañana a pasear cuando sale el sol es una excelente manera de indicarle al cuerpos que es de día”. Así se trabaja por un mejor descanso, ya que “la luz solar aumenta la producción de serotonina, neurotransmisor que regula desde el estado de ánimo hasta el sueño”.

La serotonina también es un precursor de la melatonina y ésta es necesaria para conciliar el sueño. De ese modo, cuenta Sesé, “salir al sol por la mañana aumenta la producción de serotonina y después de aproximadamente 12 horas, esta serotonina se convierte en melatonina, lo que nos ayuda a dormir mejor. El sol es una buena terapia para mejorar el sueño”.

La importancia de las ventanas para conciliar el sueño

La arquitectura también puede ayudar a mejorar el descanso. “Los arquitectos debemos tomar decisiones siendo conscientes de esta realidad, diseñando las viviendas para que sean luminosas y respiren de día, y permitan cerrarse al exterior cuando anochece”, confirma López de Rego.

La arquitecta explica que, para ello, “las ventanas deben ser múltiples y estar colocadas estratégicamente favoreciendo la ventilación cruzada y el efecto chimenea, e ir acompañadas de sistemas de oscurecimiento y reducción del calor adecuado. Además, debemos elegir productos de mercado con altos valores de aislamiento térmico y acústico, que favorecen espacios interiores serenos y controlables”.

Y añade: “Por eso, es recomendable que las ventanas tengan accesorios que ayuden a regular tanto la entrada de luz, como de calor para la hora de dormir. Las persianas y cortinas permiten oscurecer el dormitorio completamente, y que así, se tenga la sensación de noche, y se pueda descansar correctamente el número de horas necesarias para cada edad”, explica la arquitecta.

Trucos para mejorar el sueño

Por su parte, la coach del sueño infantil Olga Sesé nos da una serie de pautas destinadas a mejorar el sueño y lograr su descanso pleno, siempre según nuestras necesidades.

Marcar rutinas. Seguir las rutinas es imprescindible para garantizar el descanso. Desde pequeños, “establecer rutinas para que, poco a poco y con paciencia y constancia, las noches evolucionen hacia un sueño más reparador”, apunta la coach.

Higiene del sueño. “Desarrollar unos hábitos de descanso saludables es algo esencial para toda la familia y para el crecimiento”, advierte la experta.

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