Asterisco ticker noticias

NO TE PIERDAS Por qué la gente no te escucha cuando hablas: tres trucos para ser más persuasivo cuando comunicas

X
meditar-cada-dia

La meditación me enseñó a observar mis pensamientos sin dejar que me dominaran, y sin recrearme en ellos. FOTO: Getty.

MENTE

Cómo meditar cada día me cambió la vida: la clave para vivir en el presente y transformar el dolor

Con solo unos minutos al día, aprendí a calmar mi mente y volví a reencontrarme conmigo misma. Te cuento cómo la meditación se convirtió en mi refugio.

Por Paula Díaz Castilla

17 DE FEBRERO DE 2025 / 07:30

La vida no es de color de rosa; más bien es de un color gris con matices. Lo supe demasiado pronto, cuando aún era una niña. Porque cuando eres consciente, a la fuerza, de que tu padre —una de las personas más importantes de tu vida— se ha ido por decisión propia y que jamás volverá, tu cielo se tiñe de una oscuridad que parece permanente.

Y después de vivir algo así con sólo 15 años, la tristeza se vuelve una sombra constante. Sin embargo, en medio del dolor, hubo un faro que me guió cuando todo parecía perder sentido, mi querida madre. Gracias a ella, encontré un camino para sanar: la meditación.

Mi mayor descubrimiento

Mi madre siempre ha sido una mujer espiritual y con una energía muy bonita, de esas personas cuya sola presencia transmite calma. Desde que era pequeña, me hablaba de meditación e incluso practicábamos juntas algunas técnicas de respiración para calmar los nervios. Confieso que soy una persona inquieta, aunque mis amigos dicen que no lo parece. Sin embargo, fue tras la pérdida de mi padre cuando me animó de verdad a explorar este camino.

TE PUEDE INTERESAR

Me habló de un curso de conciencia y energía que ella había realizado. En él enseñaban a calmar la mente y a respirar con atención. ¿Cómo algo tan simple podría ayudarme a enfrentar un dolor tan grande? Al principio, me costaba creer que simplemente sentarme en silencio y respirar pudiera cambiar algo dentro de mí. Pero con el tiempo, descubrí que la meditación no era solo una práctica, sino una forma de vida.

Empecé con solo cinco minutos al día. Me parecía poco, pero suficiente para empezar a notar pequeños cambios. Con el tiempo, fui aumentando la duración sin apenas darme cuenta. También, tenía la idea preconcebida de que meditar era eliminar todos los pensamientos de mi cabeza, y nada más lejos de la realidad. La meditación me enseñó a observar mis pensamientos sin dejar que me dominaran, y sin recrearme en ellos. Me permitió encontrar un espacio de paz en medio del caos. No hizo desaparecer el dolor, pero me ayudó a darle un lugar en mi vida.

Con la práctica diaria, a lo largo de los años, mi manera de enfrentar la vida cambió. La ansiedad se volvió más manejable, la tristeza menos sofocante. Aprendí a escucharme y a aceptar mis emociones sin juzgarme. Y los pequeños cambios fueron acumulándose: dormía mejor, me sentía más presente, con más energía, e incluso mi actitud era más positiva, y, poco a poco, volví a sentirme bien.

Más allá de la meditación: terapia y deporte

Si bien la meditación ha sido clave en mi proceso, no ha sido la única herramienta que me ha ayudado a sanar. La terapia, en mi caso el psicoanálisis, fue fundamental para comprender y procesar mis emociones, para darme el espacio de hablar y entender mi historia. A mi querida Graciela, que me sigue acompañando a día de hoy, solo puedo darle las gracias por ayudarme a aceptar, a liberarme de la culpa y mostrarme que se puede volver a la vida, a pesar de haber vivido una experiencia que te marca para siempre.

OTROS TEMAS WELIFE

El deporte también ha jugado un papel esencial. La gimnasia rítmica siempre ha estado presente en mi vida, y todos los valores que aprendí practicándola —disciplina, constancia, trabajo en equipo— me han acompañado hasta hoy. Pero, sobre todo, me ha ayudado a construir una conexión fuerte con mi cuerpo y a amar el deporte, porque realmente me ayuda a sentirme bien conmigo misma, tanto física como emocionalmente. Y en este viaje de autoconocimiento descubrí otra pasión: el yoga. Esta práctica que trabaja el cuerpo, la mente y el espíritu, y que ahora estudio para enseñar, me conecta con el presente y me ayuda a aliviar el sufrimiento propio de la vida.

Hoy, al mirar atrás, veo cuánto ha cambiado mi vida. La meditación me dio la oportunidad de ser más amable conmigo misma y de darme el permiso de parar. Me enseñó que, sin importar lo oscura que sea la noche, siempre hay una luz al final. 

Si estás pasando por un momento difícil, desde mi experiencia, sólo puedo recomendarte que te des el permiso de buscar la paz dentro de ti mismo. No necesitas grandes cambios, a veces, cinco minutos al día de meditación son suficientes para empezar. Además, te animo a que pidas ayuda a un profesional si lo necesitas, y que practiques algún deporte que te guste porque te hará sentir mucho mejor. Todo cuenta. Y, sobre todo, recuerda que todo pasa y que la calma siempre llega. Porque como dice mi madre, la vida está para empezar una y mil veces.

 

MÁS NOTICIAS

WeLife hoy

YogurPhubbingCaída cabelloEjercicio resfriadoProfecía autocumplida

Instagram

Suscríbete a la Newsletter de WeLife para cuidar de tu cuerpo, tu mente y del planeta

Suscríbete a la Newsletter de WeLife para cuidar de tu cuerpo, tu mente y del planeta