
La mente umami puede mejorar nuestra relación entre los alimentos y las emociones. FOTO: Pexels.
ALIMENTACIÓN
Qué es la mente umami y cómo podría afectar a tu relación con la comida
A veces buscas consuelo en dulces o ultraprocesados, pero la clave para equilibrar la relación entre comida y emociones está en tu mente.
Por Paka Díaz
12 DE FEBRERO DE 2025 / 07:30
En muchas ocasiones, nos lanzamos a comer productos dulces o ultraprocesados para tratar así de afrontar sentimientos como la tristeza o la ansiedad. O para aliviar el aburrimiento. En realidad, lo que se acaba es inmerso en la frustración y la culpa. Lo que nos vuelve locos de la comida es el umami. También conocido como glutamato monosódico, quiere decir sabroso, es uno de los cinco sabores básicos junto al dulce, ácido, amargo y salado.
El científico japonés Kikunae Ikeda fue quien descubrió, allá por 1908, que estaba hecho de glutamato, un aminoácido que es uno de los componentes esenciales de las proteínas. Este sabor sabroso nos fascina y nos da la sensación de hacernos sentir bien. Precisamente, de la relación entre él y nuestra mente habla el libro Mente Umami, de la psicóloga Teresa Terol. De hecho, ella ha acuñado el concepto mente umami para referirse a nuestra relación entre alimentos y emociones.


Dónde nace la mente umami
Teresa Terol decidió escribir Mente Umami que, explica, iba a ser un manual para ayudar a mejorar la relación de las personas con la comida a través de la psicología y la psiconutrición. Sin embargo, el resultado no fue exactamente ese. «Conforme avanzaba y volcaba todos mis conocimientos, me di cuenta que la respuesta a cambiar nuestra relación con la comida no está en la comida, pero tampoco se soluciona desde la psiconutrición, sino en la relación mental con la comida«, cuenta la experta.
En realidad, lo que comprendió es que «mejorar nuestra relación con la comida tiene mucho más que ver con cambiar nuestra forma de vivir, nuestra mentalidad en un mundo tremendamente complejo». O sea, se trata de transformar el modo de relacionarnos con la comida, pero también con nuestra pareja, trabajo, amigos…Para resumirlo, Terol indica que «en un mundo donde se nos ha complicado ser felices, buscamos soluciones en la comida u otros placeres inmediatos». Afrontarlo y gestionarlo es de lo que, en realidad, trata Mente Umami.
Qué es la mente umami
Psicóloga cognitivo conductual, dilvulgadora y autora del podcast Valientemente, Teresa explica que cuando tenemos una mala relación con la comida –ya sea por sobrepeso, antojos constantes, ansiedad, falta de autocontrol, miedo a engordar o culpa al comer–, solemos buscar soluciones en la nutrición. «Nos preguntamos cuál es la mejor dieta o los alimentos más saludables. Pones toda tu energía y ahí te enredas en un bucle, caída tras caída», advierte.
En realidad, señala la psicóloga, si ya hemos ido al nutricionista sabemos qué tenemos que hacer. «Si no lo hacemos es porque, en realidad, no queremos hacerlo. Esta incongruencia genera muchísima culpa. Nadie te habló de la pieza clave del cambio: no podemos porque nos faltan las habilidades para gestionarnos: una mente Umami», apunta. O sea, una mente resiliente.
Cómo funciona la mente umami
La mente umami esta muy relacionada con este tipo de sabor. Posee conocimientos y fortalezas amplias, que influyen positivamente en todo propósito que se marque. Además, la experta afirma que impulsa cambios persistentes y duraderos, y transforma los desafíos en oportunidades. Por otro lado «promueve soluciones ante los desafíos de la vida y favorece resultados digeribles. Pero lo más importante es que deja una sensación de calma, bienestar y felicidad».
El concepto central que ha desarrollado Terol es que «la clave para generar transformaciones duraderas y sanar, en este caso, una relación conflictiva con la comida, es desarrollar una mentalidad robusta y resiliente, equipada con habilidades amplias y versátiles. En resumen, una mente umami».
Tres ingredientes para una mente umami
Para conseguir una mente umami, Teresa Terol ha identificado tres pilares fundamentales. O, como ella los denomina, los ingredientes fundamentales de una mente umami. El primero sería la autoestima y recuerda que eres tus hábitos. Por tanto, recuerda que «cultivar buenos hábitos modifica nuestro cerebro, lo cual nos permite encontrar recompensas más duraderas y significativas en lugar de caer en la tentación de gratificaciones Amazon Prime, rápidas pero efímeras«. Para lograrlo recomienda mejorar la alimentación, descansar o reconectar con la naturaleza.
El siguiente sería la disciplina como filosofía de vida y mantener una actitud estoica. «Es crucial hacer las paces con la disciplina, verla como una aliada y un acto de amor propio que nos fortalece para resistir las tentaciones y mantener el enfoque», asegura y recuerda que eso «nos conduce hacia la felicidad y hacia una vida más consciente«.
Por último, recuerda la importancia de gestionar el entorno, mejorar la habilidad social y la asertividad. «Todo aquel que haya intentado hacer un cambio de hábitos alimenticios se ha visto sometido a críticas sociales, cuanto te dices frases del estilo por un día no pasa nada«, subraya. Por eso, «ser asertivos nos permite protegernos de la influencia negativa. Al establecer límites en cuanto a qué alimentos consumimos y cuánta actividad física hacemos, podemos protegernos de las presiones externas que promueven hábitos poco saludables». Además, desarrollar las habilidades sociales «nos permite construir redes de apoyo que fomenten estilos de vida saludables«. Todo para conseguir esa mente umami que, al final, es un sinónimo de libertad y un mayor bienestar.
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