Desconectar para reconectar: la clave de los imperios del wellness

«Poder escuchar el silencio». Esa es, según Enrique Valero, director general de Abadía Retuerta Le Domaine, una de las razones para visitar este paraíso situado entre viñedos, junto al río Duero, en el que el huésped consigue «desconectar para reconectar». Tanto Valero como Attillio Azzola, fundador de Cocoon Collection, y Astrid Oberhummer, CEO Lobster Experience de Zulal Wellness Resort, defendieron ayer, durante el foro Turium Trade, que los hoteles de lujo deben aspirar a convertirse, además, en oasis wellness donde los huéspedes encuentren el equilibrio entre el cuerpo y la mente.

Sin wifi

Esa premisa se cumple también en los resorts de Cocoon Collection, ubicados en Maldivas, Sri Lanka y Zanzíbar. Azzola, que recordó los orígenes del negocio gracias a la visión de su padre, habló de la evolución que ha tenido el concepto del wellness: «Recuerdo cuando, de niño, venía un doctor de ayurveda al hotel. Los spas actuales van mucho más allá, tienen diseños superestilosos, música agradable…» En su opinión, las localizaciones únicas también son una de las claves para conseguir la desconexión, tanto en sentido metafórico como literal. «En nuestros establecimientos de Zanzíbar no tenemos wifi», desveló.

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Astrid Oberhummer, por su parte, coincidió en que los viajeros cada vez más quieren encontrar «lugares auténticos». En Zulal Wellness Resort, ubicado en Qatar, se ofrece un reset a todos los niveles en un entorno inigualable. «Lo que buscan nuestros clientes, sobre todo, es naturaleza», indicó. La directiva concedió una gran importancia a los equipos que forman parte de este tipo de establecimientos, desde los nutricionistas hasta los «terapeutas que aprenden de la madre naturaleza». «Al final, enseñamos a nuestros clientes a hacer del mundo un lugar mejor», señaló.

Santuario en vez de spa

Para Valero, elegir uno de estos destinos es como optar por una «experiencia de vida» diferente. «En Abadía Retuerta no nos vemos a nosotros mismos como un hotel. Tenemos, por supuesto, el vino, la gastronomía, etcétera, pero también una filosofía slow», apuntó, para destacar a renglón seguido que en las habitaciones no hay televisión. «En ese enfoque, decidimos tener un santuario, en vez de que se nos viera como un spa sin más. No sé si hemos sido afortunados o visionarios, pero en los últimos años, tras la Covid, ha quedado claro que estábamos en el camino correcto. No ofrecemos simplemente yoga o un buen masaje, sino una experiencia espiritual. Una conexión con la naturaleza, con lo local…»

Se trata, a juicio del director general de Abadía Retuerta Le Domaine, de «combinar lo físico con lo emocional». Una tendencia que, según todos los participantes en la mesa redonda organizada por Turium, va a ir a más. «Al final, nuestros establecimientos no serán hoteles o resorts, sino lugares espirituales. Todo será más individual, hecho a medida. Creo que estamos al inicio de algo grande», vaticinó Enrique Valero.

Este intercambio de ideas se produjo durante la celebración de Turium Trade en las oficinas madrileñas de Vocento, grupo al que también pertenece WeLife. Turium Trade es una jornada B2B y B2Media enfocada a dar a conocer la excelencia turística en España más allá de los formatos tradicionales. Su objetivo es generar un espacio de pensamiento disruptivo y experiencial que aúna negocio, conocimiento e inspiración. En el encuentro, 15 hoteles, resorts y destinos de renombre internacional compartieron sus propuestas más exclusivas con los 30 buyers europeos más relevantes.