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Cómo evitar el desperdicio de comida

@Getty

Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos

¿Cómo evitar el desperdicio de alimentos? 15 medidas para prevenirlo

Aprovecha las sobras con estas 15 ideas fáciles para evitar el despilfarro de alimentos.

Por Equipo Welife

25 de mayo de 2021 / 10:34

Resulta irónico y poco esperanzador que en algunos puntos del mundo la gente esté muriendo de hambre mientras en otros la gente muere de obesidad y se tiran a diario kilos y kilos de alimentos. Pero esta es la realidad. Según datos de la ONU, se estima que en todo el mundo 3.100 millones de personas no pueden acceder a dietas saludables y que unos 828 millones pasan hambre.

Por otro lado, se estima que un tercio de la producción mundial de alimentos o, lo que es lo mismo, 1.300 millones de toneladas de alimentos, se desperdician al año. La propia Agencia de la ONU para la alimentación y agricultura (FAO), dice que con esta cantidad podríamos alimentar a unos 2.000 millones de personas.

Es bastante obvio que necesitamos acelerar las medidas orientadas a reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos. La ONU sigue insistiendo, y en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, más concretamente en la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible se pide que se reduzca a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y se reduzca la pérdida de alimentos en las cadenas de producción y suministro.

Nos faltan sólo 8 años para que el objetivo se pueda hacer realidad y traiga los resultados que todos buscamos: reducir la pérdida y desperdicio de alimentos tiene beneficios inmediatos relacionados con el clima y la sostenibilidad de nuestros sistema alimentarios. 

En un momento en que nos llenamos la boca con discursos sobre la sostenibilidad como freno a la escasez de recursos, parece evidente que, a pesar de las palabras y las buenas intenciones, nos hace falta pasar a la acción. De hecho, el informe de BCG para la FAO prevé que el desperdicio de alimentos seguirá creciendo un tercio más para 2030, lo que supondría 2,1 mil millones de toneladas de comida despilfarrada al año.

Se estima que el 10% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero que calientan el planeta son consecuencia de este desperdicio. FAO

En nuestro país, los datos del índice de precios de consumo (IPC) del mes de agosto muestran que los alimentos acumulan una subida media interanual del 13,8%, con incrementos que llegan al 25,6% en la leche, el 24% en aceites, el 22,4% en huevos, el 21,7% en cereales y derivados y el 17,6% en el pollo. En España, según el estudio la app Ekilu, el 33% de los españoles afirma que desperdicia menos como consecuencia de la inflación de los precios de los alimentos, mientras que el 66% afirma que desperdicia lo mismo que antes. Está claro que aún tenemos mucho por hacer.

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En nuestras manos está el hacer algo para que estas horribles cifras no se cumplan. Y cuesta muy, muy poco.

Desperdicio y pérdida de alimentos no son sinónimos en este contexto

¿Qué es el desperdicio de alimentos exactamente? Para saber en qué consiste este término, hace falta diferenciarlo de otro bastante parecido:+

  • Desperdicio de alimentos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura el desperdicio de alimentos es «la disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas, proveedores de servicios alimentarios y consumidores». Un significado que vuelca la responsabilidad de esta reducción hacia todos los pilares que conforman la cadena de alimentos.
  • La pérdida de alimentos sería «la disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los proveedores en la cadena alimentaria, excluyendo a los anteriores (minoristas, proveedores de servicios de alimentos y consumidores». En definitiva, la obligación de transportar los alimentos en su totalidad recae en los proveedores de llevarlos desde un punto de la cadena hacia el siguiente, evitando que parte de éstos se pierdan en el proceso.

Uno de los detonantes que provocan la producción desmesurada de desperdicios es la mala planificación. Cosechas en momentos inapropiados, condiciones climáticas inesperadas, manipulación de alimentos utilizados en la recolección sumado a problemas de la comercialización hacen que muchos productos cuenten con una vida útil mucho menor de la que tendrían si su crecimiento se hiciera en un estado óptimo.

El envasado también juega un papel importante en el desperdicio de alimentos. Si no cuenta con las condiciones que aseguran la conservación perfecta del producto, cuando llegue a las casas de los consumidores probablemente no dure en sus despensas todo lo que debería.

Los consumidores también tenemos nuestro cometido a la hora de producir sobras en exceso. Cuando vamos al supermercado, tendemos a no organizarnos bien y acabamos comprando alimentos que acaban olvidados en el fondo de la nevera. Por otra parte, caemos en la tentación de los ‘packs de ahorro’, que en algunos casos contienen más unidades de productos de las que realmente necesitamos. Cristina Barrous nos da algunas recomendaciones para tener una alimentación más sostenible, sobre todo en esta época.

También influye en el desperdicio la falta de atención a las etiquetas, ya que deberíamos dar preferencia a los alimentos que vayan a caducar antes.

No hay duda de que desperdicio de alimentos supone un varapalo enorme tanto para nuestros recursos como para el planeta. Pero los afectados por esta masificación de residuos van más allá. Las personas que no pueden acceder a  una buena alimentación y, por tanto son más vulnerables, son las que sufren el mayor impacto de esta pérdida de alimentos en la que todos somos responsables.

La pérdida y el desperdicio de alimentos en la cadena de suministros hace que se reduzca notablemente la disponibilidad de alimentos para toda la población, obstaculizando aún más el derecho a una alimentación sana y equilibrada a los que tienen poco acceso a ella. Un problema que irá en aumento teniendo en cuenta el crecimiento demográfico al que nos exponemos a corto plazo.

Este aumento en la población, además de suponer una mayor emisión de gases de efecto invernadero, provocará una mayor explotación de recursos naturales. Pero para evitarlo podemos tomar consciencia a partir de hoy.

¿Qué podemos hacer para no desperdiciar alimentos?

En nuestras manos está el cambio de hábitos hacia una vida mucho más sostenible. De hecho, la disminución de los desperdicios se verá agradecida no solo por nuestro bolsillo, sino también por nuestra salud.

  1. Sigue una dieta más saludable y sostenible. Apóyate en recetarios o da rienda suelta a tu creatividad culinaria. La comida saludable no tiene por qué ser muy elaborada ni muy costosa.
  2. Compra lo que necesitas. Prepara tu lista de la compra y no caigas en caprichos innecesarios que acabarán en el olvido de tu despensa.
  3. Elige frutas y hortalizas ‘feas’. No juzgues la calidad de los alimentos por su apariencia, el sabor es el mismo. La fruta madura es ideal para preparar zumos o batidos deliciosos.
  4. Almacena tus alimentos conscientemente. Acostúmbrate a colocar delante de tu frigorífico los productos más antiguos o que tengan una fecha de caducidad próxima, hermetizándolos cuidadosamente.
  5. Atiende al etiquetado. Es importante saber que los alimentos con la etiqueta de “consumo preferente” podrán ser utilizados después de la fecha, mientras que los que caducan en un día en concreto no podrán ser consumidos.
  6. Raciones pequeñas. Eso de “comer con la vista” nunca nos lleva a ninguna parte. Lo mejor es servir pequeñas cantidades con opción a repetir si nos apetece.
  7. Reutiliza tus sobras. Congela lo que te sobra o anímate con la cocina de aprovechamiento para crear tus propias recetas a partir de alimentos que probablemente habrían acabado en el cubo de la basura.
  8. Composta tus desperdicios. En vez de tirar a la basura tus sobras, aprovecha para hacer compost con ellas. Así, devolverás nutrientes al suelo y reducirás la huella de carbono.
  9. Respeta los alimentos. Atiende a cuál ha sido el proceso de producción de los alimentos que consumes a diario.
  10. Apoya a los productos locales. Así apoyará a las pequeñas empresas y a los agricultores familiares. Además, el comercio local favorece a la lucha contra la contaminación, disminuyendo las distancias recorridas por los productos y reduciendo también la pérdida de alimentos en estos procesos.
  11. Respeta los ecosistemas marinos. Piensa en la pesca sostenible y consume especies que no estén en peligro de extinción o que tengan certificado ecológico.
  12. Utiliza menos agua. El desperdicio de alimentos supone también el agotamiento de los recursos hídricos del planeta.
  13. Mantén limpios tus productos. Deja a un lado los productos químicos y los fertilizantes, nocivos para nuestra salud y que pueden filtrarse en nuestros suelos y suministros de agua.
  14. Di “sí” a las legumbres. Trata de consumirlas mínimo una vez por semana.
  15. Comparte los desperdicios. Dona los alimentos que no vayas a consumir. Existen apps como To Good To Go que te lo ponen fácil, pero hay muchas más organizaciones a las que puedes donar tu comida.

El 29 de septiembre tiene lugar el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. En el aniversario de esta fecha, la ONU confía en que tenga lugar un “despertar global” con el que tengamos clara la necesidad de transformar y reequilibrar la forma de producir y consumir nuestros alimentos.

Sin ir más lejos, en España se tiran casi 8 millones de toneladas de comida al año. Desperdiciar menos, comer mejor y llevar a cabo un estilo sostenible está en nuestras manos. Somos nosotros los que podemos evitar que los datos negativos sigan creciendo.

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