Se produce cuando se reduce la ingesta de carbohidratos, lo que lleva al organismo a abastecerse de la grasa almacenada.
Hará que pierdas rápidamente unos kilos que, más pronto que tarde, acabarán volviendo a tu cuerpo. Pero sí ayudará a que te sientas nervioso, extremadamente cansado y que no puedas dormir.
Practicar esta rutina de ejercicios durante sólo 10 minutos diarios mejorará tu concentración y tu circulación y te ayudará a eliminar el exceso de grasa. Y es apta para cualquier edad.
El calor al que se somete a la verdura durante la cocción puede reducir su cantidad de fibra y vitaminas. Sin embargo, también potencia su contenido en algunos nutrientes muy beneficiosos para la salud.
Ni funcionan ni, peor aún, son saludables. Perder peso de una forma gradual y sostenida, a un ritmo de entre medio kilo y un kilo a la semana, reduce el riesgo de sufrir el efecto rebote.
No se trata sólo de que se acabe convirtiendo en grasa y ganes peso: el exceso de proteína puede ser muy perjudicial para tus riñones, tu salud digestiva e, incluso, tu corazón.
Este combinado de agua y fruta aporta antioxidantes y minerales, previene la diabetes y protege el corazón. Así hay que prepararla y tomarla.
Esta hormona es secretada como repuesta al ejercicio, transformando la grasa blanca en grasa parda y favoreciendo el control y la pérdida de peso.
Del desayuno a la cena, esta dieta relámpago incluye pepino en todas las comidas del día. Algo que puede ayudar a bajar rápidamente de peso, pero también causar déficit de nutrientes y calorías.
Esta dieta nada saludable que incluye seis huevos cocidos al día asegura hacer perder hasta 10 kilos de peso en dos semanas. Fatiga, bajada de defensas y falta de minerales son sus riesgos.
Aunque son mejores que los refrescos tradicionales, no están exentos de azúcares. Ten en cuenta esto y su bajo contenido en fibra a la hora de decidirte por ellos.