
Muy ricas y, además, beneficiosas para tu salud bucal. FOTO: Freepik.
ALIMENTACIÓN
Un truco con aceitunas y sus huesos para mejorar la microbiota de tu boca
Un gesto tan simple como saborear una aceituna, y no tirar su hueso de inmediato, puede marcar la diferencia en el equilibrio de tu microbiota oral.
Por María Corisco
02 DE JUNIO DE 2025 / 17:00
Las aceitunas, además de ser un alimento tradicional en la dieta mediterránea, esconden un interesante potencial para la salud bucal, en particular para el equilibrio de la microbiota oral. Esta microbiota, compuesta por cientos de especies bacterianas, desempeña un papel fundamental en la protección contra enfermedades como la caries, la gingivitis o la periodontitis. Y lo curioso es que tanto las aceitunas como sus huesos pueden contribuir positivamente a mantener ese equilibrio.
«Las aceitunas, tanto negras como verdes, son una fuente natural de probióticos«, explica Conchita Vidales, médico especialista en nutrigenética y autora, entre otros, de Cuida tu microbiota (Ed. Libros Cúpula). «Simplemente el hecho de tomar aceitunas ya está ayudando a la microbiota oral».


La clave está en que las aceitunas contienen compuestos bioactivos como polifenoles, especialmente el hidroxitirosol, con propiedades antimicrobianas y antioxidantes. Estos compuestos:
- Inhiben el crecimiento de bacterias patógenas como Streptococcus mutans, vinculadas a la caries.
- Favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas que ayudan a mantener el pH oral en equilibrio.
- Reducen la inflamación y el daño oxidativo en las encías.
No sólo las aceitunas: también los huesos
Lo curioso es que también los huesos tienen un potencial para ayudar a la microbiota oral. Según explica Conchita Vidales, «una vez comida la aceituna, puede ser interesante tenerlos un ratito en la boca, ya que pueden hacer una especie de limpieza natural de los patógenos presentes en la cavidad oral. Y, además, siguen aportando probióticos y ayudan a segregar más encimas digestivas».
- Estimulación de la saliva: limpieza natural. Sujetar un hueso en la boca, morderlo suavemente o moverlo con la lengua estimula las glándulas salivales. La saliva es fundamental para la salud oral porque ayuda a limpiar restos de comida y bacterias, contiene enzimas antimicrobianas como la lisozima y mantiene el pH equilibrado, dificultando el crecimiento de bacterias cariogénicas. Por tanto, «más saliva significa un ambiente bucal más estable y menos propenso a infecciones o desequilibrios bacterianos».
- Contacto con compuestos del olivo. Aunque el hueso en sí no se mastica, puede liberar pequeñas trazas de polifenoles, especialmente si proviene de una aceituna fresca y reciente. Estos compuestos, como el hidroxitirosol, tienen propiedades antioxidantes, que protegen las encías y mucosas, y antimicrobianas, que ayudan a reducir bacterias orales patógenas como Streptococcus mutans o Porphyromonas gingivalis. El contacto prolongado del hueso con la mucosa bucal podría permitir cierta difusión local de estos compuestos beneficiosos.
- Ejercicio y equilibrio microbiológico. Tener algo sólido en la boca (como el hueso) estimula suavemente los músculos y los tejidos, lo que puede aumentar el flujo sanguíneo en la zona oral, favorecer el desprendimiento natural de biofilm bacteriano y crear una especie de micromasaje bucal que fortalece encías y lengua.
Por tanto, conservar el hueso en la boca unos minutos «puede ayudar a estimular la saliva, mantener un ambiente oral equilibrado y aprovechar compuestos beneficiosos, de forma natural y sin esfuerzo», apunta la experta.
También para la microbiota intestinal
Pero los efectos beneficiosos de las aceitunas y de sus huesos no se limitan a la microbiota oral, sino que se extienden también a la intestinal. Aunque en menor cantidad que otros vegetales, las aceitunas contienen fibra dietética que puede actuar como sustrato prebiótico, alimentando a bacterias que producen ácidos grasos de cadena corta, como el butirato, beneficiosos para la salud intestinal.
En este sentido, hay que destacar que los huesos están compuestos principalmente por fibra vegetal insoluble (celulosa, hemicelulosa y lignina) y también por polifenoles que pueden resistir el proceso digestivo y llegar al colon, donde interactúan con la microbiota. «Estas sustancias pueden tener un efecto prebiótico, es decir, favorecer el crecimiento de bacterias beneficiosas como Bacteroidetes o Akkermansia muciniphila».
De hecho, ya hay estudios recientes que han analizado el uso de harina de hueso de aceituna o extractos ricos en polifenoles como suplemento dietético en modelos animales (principalmente ratones o cerdos) y han observado efectos positivos en la microbiota, la salud intestinal y el metabolismo. En humanos, la investigación es aún limitada, pero el potencial es prometedor, especialmente dentro del enfoque de la economía circular y el aprovechamiento de subproductos del aceite de oliva.
Aunque, evidentemente, no se trata de comer huesos de aceituna enteros, sí hay un creciente interés científico por los derivados del hueso de aceituna como posibles ingredientes funcionales que pueden modular la microbiota de forma positiva. Es una línea que conecta salud intestinal, sostenibilidad y aprovechamiento de recursos agrícolas tradicionales como el olivar.
- TEMAS
- VIDA SALUDABLE
WeLife hoy
Aceitunas y microbiotaEstudiar mejorAdolescentes y ansiedadSentirte soloRutina cavernícolaSiguenos :)