El cepillado es solo una parte más de la rutina de higiene bucal que deberíamos seguir a diario. FOTO: Getty Images.
CUERPO
Cuidado bucal consciente, la rutina que sostiene que cepillarse los dientes no es suficiente
Dedicar atención (y algo más de tiempo) a la higiene de la boca es clave para transformar esta rutina en un momento de autocuidado capaz de mejorar notablemente nuestro bienestar y salud general.
19 DE DICIEMBRE DE 2024 / 12:26
El concepto de atención plena llegó a nuestras vidas hace ya algún tiempo. Se ha empleado en la comida. En el trabajo. En las relaciones de pareja. Y, básicamente, en todo lo que pueda generarnos estrés. Ahora, esta práctica, que busca evitar las distracciones centrándose en el momento presente, tiene una nueva aplicación: el cuidado bucal consciente. Es decir, no basta con lavarse los dientes en un minuto. Tampoco hay que entenderlo como un mero trámite que hemos automatizado desde que somos pequeños. Esta forma de abordar la higiene de la boca pasa por hacerlo de manera intencional y reflexiva.
«No hay que verlo como una tarea que solamente implica prevención y cuidado de la salud, sino como un momento para conectar con nuestro bienestar integral», define Patricia Antón, responsable de Área Médica de Dentaid. «Va más allá de la simple limpieza de los dientes, enfocándose en cómo mantener el equilibrio de la microbiota oral, proteger la salud de la boca y disfrutar del proceso como parte de un ritual de autocuidado al igual que ya lo hacemos con las rutinas de la piel y el cabello», añade.
Los beneficios de una boca más sana
El verdadero objetivo de trasladar el mindfulness a la higiene bucal es conseguir un mayor bienestar en todos los sentidos. Para empezar, como destaca la experta de Dentaid, «existen más de 57 enfermedades sistémicas relacionadas con la microbiota oral, más allá de caries y problemas de las encías». Se sabe que las patologías bucodentales, como la gingivitis o las aftas, pueden desencadenar una serie de procesos inflamatorios. Estos, a su vez, incrementan el riesgo de enfermedades digestivas, hepáticas, cardiovasculares… Como apuntan los doctores María Gámez y Sam Abzarian, de la clínica dental MYCA, «no en vano nuestra boca es el primer órgano del sistema digestivo y está en relación con todo nuestro cuerpo».
Incluso se ha demostrado la relación entre la salud oral y la mental. Por ejemplo, la ciencia ya ha confirmado las conexiones directas entre las enfermedades de las encías y el alzhéimer. De hecho, se sabe que la bacteria que ataca el tejido de las encías y la enzima que la produce (denominada gingipains) aparecen también en el tejido cerebral de quienes padecen esta enfermedad. También hay evidencias de su influencia sobre estados como la depresión o la ansiedad. Sin llegar a patologías, Patricia Antón destaca que «la forma en que percibimos nuestra boca influye en nuestro estado emocional, en algunos casos por la sensación de frescura que nos brinda y en otros por la seguridad que nos aporta el aspecto de nuestros dientes, lo que nos permite sonreír con confianza».
Los pasos de un cuidado bucal consciente
Todos esos motivos conducen cada vez a más expertos a defender el cuidado bucal consciente. Para adoptar esta perspectiva mindful hay que empezar por entender que mantener la boca sana no solo previene la aparición de caries. También es clave para evitar ciertas enfermedades e influir positivamente en nuestra autoestima y calidad de vida. En segundo lugar, es importante dejar de ver el lavado de dientes como una acción rápida y mecánica y adoptar un enfoque más completo. A pesar de todo, no se trata de dedicarle muchos más tiempo, sino mayor atención y constancia. «La clave está en transformar esta rutina en un momento de autocuidado, similar al cuidado de la piel, donde cada paso tiene un propósito específico», señala la experta de Dentaid.
Esto se traduce en añadir algunos elementos como usar hilo, seda dental, cepillos interdentales o un irrigador. Así como un colutorio o un hidratante de la mucosa oral. ¿Y el cepillado? Los expertos coinciden: debe durar dos minutos -incluyendo dientes, lengua y encías– y hay que realizarlo, como mínimo, dos veces al día. «Además, es importante prestar atención a los labios. Se pueden frotar, para exfoliarlos y eliminar las pieles secas, e hidratarlos al terminar», añaden desde Clínica MYCA. Por último, apuntan los doctores, no hay que olvidar acudir al dentista cada seis meses. «Para una revisión completa, realizar higienes profesionales, radiografías para prevenir y ver cualquier lesión interna y por qué no, mimar tu sonrisa con algún tratamiento». Otro aspecto importante es el tipo de productos que utilizamos. Las pastas de dientes, los cepillos y enjuagues ya no son lo que eran. Por eso es importante escoger fórmulas adaptadas a cada sonrisa. Con ingredientes calmantes, reguladores del pH, antioxidantes, ecológicos…
Trucos para cumplir con la rutina
«La realidad es que este cuidado bucal consciente puede conllevar un poco más de esfuerzo que un simple cepillado rápido, pero la salud bucal cambia completamente», afirman los odontólogos. Por eso, no está de más buscar algunos trucos que ayuden a convertir la nueva rutina en hábito. Patricia Antón apuesta por asociarlo con algo positivo y placentero, «como productos con sabores o texturas suaves y refrescantes». Por su parte, los doctores Gámez y Abzarian recomiendan no dejarlo para momentos de prisas o justo antes de dormir: «Algunas ideas son mirarse el espejo mientras te cepillas para hacerlo con más atención. Utilizar un cepillo eléctrico que avise del tiempo. Realizar el cuidado mientras escuchas tu canción favorita y aprovechar a hacerlo antes de tu skincare».
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