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La alimentación consciente nos hace comer mejor y más sano./ Imagen: Pexels.

Alimentación

Mindful eating: por qué deberíamos practicar la alimentación consciente

Detrás de un gesto sencillo como comer sin distracciones, atento a cada bocado, se esconden grandes beneficios internos, fisiológicos y emocionales.

Por Sara Trueba Rodríguez

21 de abril de 2023 / 06:40

A menudo pensamos: «¡Cuánto nos gusta comer!», sin embargo, para garantizar una alimentación a nivel global es necesario preguntarse no sólo qué comemos, sino cómo lo hacemos. Así llega el concepto mindful eating o alimentación consciente, un derivado de la filosofía de la atención plena que consiste nada más, y nada menos, que en ser capaces de comer atentos a la experiencia interna.

Olvídate del mindful eating si te aproximas a él pensando en hacer una dieta de adelgazamiento. La alimentación consciente es un cambio en el estilo de vida y, antes de ponerlo en marcha, debes cumplir unos requisitos previos. Ser consciente de tu estado emocional, escuchar tu yo interno, dejarle sentir desde la calma y no desde la ansiedad, es decir, gozar de cierto equilibrio mental, será clave para poder implementar una alimentación consciente y constante y ser capaz, en consecuencia, de experimentar todos sus beneficios.

Además, debes tener hábitos y rutinas implementadas en torno a tu alimentación, priorizar aquellos momentos destinados a nutrirte, dejar todo lo que estás haciendo de lado para llevar a cabo esta práctica.

Escucha tu cuerpo

Si el mindfulness es pensar en el aquí y ahora, sin juzgar, la alimentación consciente precisa de la utilización de todos los sentidos y emociones, experimentando y disfrutando de los alimentos. Benjamin Franklin decía: «debemos comer para vivir, no vivir para comer», y ese puede ser un buen concepto para aplicar una relación más sana con la comida. No significa que no disfrutemos del acto de comer, todo lo contrario. El mindful eating ensalza la experiencia de la alimentación.

Ser consciente de las sensaciones físicas asociadas a la alimentación (hambre, saciedad…) es el primer paso para darnos cuenta de que el cuerpo necesita alimentarse, pero no de cualquier manera. Así, algunas técnicas recomiendan comer solo cuando sientas hambre objetiva y real, no tanto cerebral o por costumbre.

Sin embargo, la escuela Harvard T.H. Chan de Boston, considera que la correcta práctica de la alimentación consciente pasa por no saltarse comidas. Sea como fuere, cuando aplicas la alimentación consciente a tu vida tomas decisiones alimentarias con el objetivo de nutrir el cuerpo, no de calmar la ansiedad por lo que es más lógico pensar en hábitos ordenados.

Cómo empezar a practicar el mindful eating

Si has llegado hasta aquí es porque, al margen de los alimentos que hay en tu nevera, deseas disfrutar de cada momento de tu vida, también a la hora de nutrirte. No hablamos de comer por comer, se trata de alimentarse plenamente concentrado en ese momento.

Posiblemente, hasta ahora no hayas practicado mindful eating. Así, comer hablando por teléfono, hacerlo mientras trabajas, ves la televisión o consultas un email en tu móvil, es todo lo contrario a lo que propone la alimentación consciente. Lo primero que debes hacer es prepararte para un momento de vivencia interna, contigo y tu plato de comida.

  • Qué comer. Cuando te sientes a la mesa, piensa de dónde viene ese alimento y cómo se ha preparado. De todo esto dependerá el aspecto, el sabor y la sensación que va a producir en tu organismo al ingerirlo. Experiméntalo.
  • Utiliza los sentidos. Concéntrate en los sonidos al masticar, en los olores que suben desde el plato y en los sabores y texturas que produce cada bocado.
  • Come despacio. Mastica lentamente, sin prisa y sin mirar el reloj. Suelta los cubiertos entre bocado y bocado. Serás consciente de cuándo te llenas y seguramente comerás un poco menos como consecuencia de esa sensación de saciedad temprana.
  • Raciones modestas. Toma la decisión de no comer con los ojos y sé objetivo con la ración que necesita tu organismo. Comer despacio te hará que sea suficiente.
  • No te saltes comidas. Aunque hay corrientes de alimentación consciente que recomiendan comer cuando hay hambre real, también se propone una rutina de alimentación constante con el propósito, entre otras cosas, de que no aparezca la ansiedad por comer. Así, si no han pasado demasiadas horas desde la última ingesta el momento de nutrirse será más equilibrado y calmado.

Beneficios del mindful eating

A nivel fisiológico, el hecho de darle al cuerpo lo que necesita aporta grandes beneficios y permite prestar más atención al tipo de nutrientes que ingieres, considerando opciones cada vez más saludables. Además, comer despacio siempre ha sido un gran aliado de la digestión.

A nivel mental, disociar la culpa y la ansiedad de la alimentación será el primer paso para mejorar el bienestar, disfrutando del momento de la comida sin emociones negativas que se asocien a ella.

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