Esto es lo que le ocurre a tu cuerpo cuando escuchas música que no te gusta

Es el momento de hacer una pausa de tanto trabajo. Por ejemplo, puedes salir a cenar con tu pareja y amigos para luego visitar ese local de moda del que tanto has oído hablar. Y realmente es un sitio espectacular. La música, no tanto. De hecho, y aunque parece que todo el mundo lo pasa estupendamente, te quieres ir. No soportas la idea de escuchar más canciones que tan poco, o nada, te gustan. Y aunque la música amanse a las fieras, empiezas a perder los nervios. Tu enfado e irritación es cada vez mayor. Lo que, según la ciencia, tiene su justificación.

La música, como han constatado infinidad de estudios, se asocia a numerosos beneficios para todo el organismo. Por ejemplo, la Universidad Drexler ha observado que reduce el estrés y la ansiedad. También la sensación de dolor, como revela la Universidad de Oxford e, incluso, los niveles de presión arterial, como ha averiguado la Universidad de Lancaster. Como destaca la Universidad del Oeste de Sídney, cuando se escucha música se produce una notable mejoría del estado de ánimo.

La música (que te gusta) tiene efectos muy positivos

Lovina Gidwani, coach de bienestar especializada en menopausia, explica que «los psicólogos musicales han aportado pruebas interesantes que corroboran la idea de que la música tiene un impacto significativo y beneficioso en nuestro bienestar tanto físico como mental».

TE PUEDE INTERESAR

Así te ayuda la nostalgia a sentirte eternamente joven a partir de los 50

Por qué la música triste nos hace sentir mejor: hay una explicación científica

La pregunta entonces es: todos estos efectos positivos, ¿también se logran cuando escuchas una música que consideras espantosa? No.

La música que no te gusta te causa malestar

Tampoco es necesario padecer fonofobia, esto es, un miedo irracional a los sonidos fuertes y, por lo general, repentinos. Ni hiperacusia, un trastorno auditivo en el que se tiene una mayor sensibilidad a sonidos cuyo volumen no molesta a los demás. Ni siquiera misofonía, trastorno neurológico en el que los afectados experimentan ansiedad y pueden manifestar conductas (muy) agresivas ante la exposición a sonidos cotidianos producidos por otras personas –por ejemplo, sorber o masticar– o por el uso de ciertos objetos –como el dichoso chirrido de una tiza en una pizarra.

El objetivo del nuevo estudio, llevado a cabo en la Universidad de Oslo, fue el de diseñar una escala para evaluar el efecto psicológico que provoca la música desagradable.

El nombre lo dice todo: Escala de Experiencia Musical Aversiva, en la que, a través de 18 ítems se evalúan las sensaciones provocadas por la música, incluido el malestar corporal; las respuestas de tipo social, como sería la inquina que aflora en el oyente hacia las personas que disfrutan con la música que considera detestable; y las características que hacían que las melodías les resultaran odiosas, como sería no soportar una canción por el timbre de la voz de su intérprete.

A mayor edad, menor tolerancia

Los resultados mostraron que la cuantía en la puntuación en la Escala aumentaba de acuerdo con la edad. Dicho de otro modo, cuantos más cumpleaños se acumulan, mayor es la predisposición a reaccionar negativamente ante una música que no gusta. E igualmente, que comparados frente a los varones, las mujeres experimentan de media más reacciones de rechazo con las tonadas que no les agradan.

Podría despertar tu ira y agresividad

Es más; con independencia del género, los participantes con misofonía fueron los que peor respondieron, dando a entender que su sensibilidad ante los sonidos «desagradables» de personas u objetos también se extiende a la música que no les gusta. Lo que explica que algunas personas puedan experimentar no ya sólo un malestar psíquico considerable, sino también ira y agresividad y puedan llegar a la violencia física.

No te tortures más

En definitiva, los efectos que provoca la música sobre la mente y las emociones dependen del tipo de música. Si es agradable, todo serán beneficios. Pero si no la soportas, puede que tenga un efecto negativo de una intensidad similar.

Una cosa más: como recuerda Lovina Gidwani, «la Academia Británica de Terapia de Sonido llevó a cabo un estudio notable que demuestra de manera concluyente los profundos efectos de sólo 13 minutos de música en nuestra salud y bienestar».

Pero si la música no te gusta, ¿este casi cuarto de hora es igualmente suficiente para ponerte de mal humor? Pues la verdad es que aún no se sabe. Pero no importa. Por mucho que estén disfrutando los demás, no esperes a comprobarlo y sal del local.