Ni muchos pasos ni ingredientes rebuscados: así hay que cuidar la piel sana en el día a día

Resulta curioso que un dato tan positivo como que el 70% de la sociedad no sufre patologías cutáneas pueda llamar la atención (y no solo porque sea una buena noticia). El hecho de que, según la Organización Mundial de la Salud, la piel sana sea mayoritaria contrasta con la realidad que nos rodea. Quien más quien menos atesora en su baño un buen arsenal cosmético para su día a día. Del mismo modo, una amplia mayoría conoce términos antes reservados a los expertos como niacinamida, retinol o ácido hialurónico o la vitamina C.

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No es solo una percepción. La última Radiografía de la industria cosmética realizada por Stanpa señala que el cuidado de la piel es prioritario en las rutinas diarias, especialmente entre las mujeres. El 73% asegura hacerlo porque se siente mejor.  Y, de media, usan unos nueve productos diarios (cierto que aquí se incluyen champú, dentífrico…) También se refleja en el lado económico. La categoría de cuidado de la piel creció un 6% en 2024 con respecto al año anterior, alcanzando los 3.500 millones de euros de consumo. De hecho es en la que más gastamos.

Cuidados por exceso

Bastan estos datos para ilustrar que, cuando menos, nos preocupamos —y ocupamos— de la salud cutánea. Sin embargo, cada vez más voces advierten de que lo estamos haciendo de forma excesiva. «Hay un sobretratamiento de la piel. Estamos intentando conseguir cambios con componentes que no son necesarios», sostiene la doctora Natividad Cano, dermatóloga del GEDET (Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la AEDV) y directora del Instituto Natividad Cano. También, lo confirma Lucía Altozano, titular de la farmacia experta en cuidado de la piel Skinpharmacy (Madrid). «Noto que muchos pacientes vienen con rutinas muy cargadas que combinan activos sin guía y, además aplican tratamientos que no siempre son adecuados para su tipo de piel», afirma la farmacéutica colaboradora de NAOS.

El ruido informativo de las redes sociales, la facilidad de acceso a los tratamientos cosméticos, y la introducción de tendencias prácticamente a diario —la rutina de 11 pasos coreana; el boom de los retinoides…— contribuyen a que el cuidado de la piel roce, en algunos casos, la obsesión.

Los riesgos del sobretratamiento cutáneo

La doctora Cano recuerda que el exceso de cosméticos puede desencadenar patologías que ni siquiera se tenían. «Irritación, eccemas, agresión de la función barrera, oclusión de los folículos que provoque acné y aumento del diámetro del poro…». También es frecuente que puedan desencadenarse reacciones alérgicas o dermatitis. Un estudio de 2023 señalaba que hasta el 44% de los usuarios de cosmética experimenta efectos secundarios negativos en sus rutinas diarias de cuidados.

El riesgo alcanza la salud mental. El fenómeno de los Sephora kids —niños con menos de 15 años comprando compulsivamente cremas y maquillaje— es la punta del iceberg de lo que se está convirtiendo en casi una tendencia generacional. «Lo más frecuente es encontrar a pacientes con pieles jóvenes, sin signos de fotoenvejecimiento, queriendo usar retinol a altas concentraciones, o con pieles sensibilizadas usando ácido glicólico a diario», cuenta Lucía Altozano.

Minimalismo para la piel sana

Las consecuencias de este boom no se han hecho esperar. Por un lado, ha coincidido con la limitación legal por parte de la Unión Europea de algunos activos. Como explican desde la GEDET, a partir del 1 de noviembre de este año no se podrán lanzar cosméticos faciales con más del 0,3% de retinol, retinil acetato o retinil palmitato (0,05% en corporales). Y desde mayo de 2027 se dejarán de vender. La limitación también afecta al ácido kójico —un conocido despigmentante— que tendrá un límite del 1% en su concentración para rostro y manos.

Por otro, movimientos como el minimalismo cosmético piden paso. «En la edad infantil solo se necesita fotoprotección. En la adolescencia, a no ser que haya acné, una adecuada limpieza. ¡Y no hace falta que sea doble! Por supuesto, tampoco deben olvidar su protector solar. A medida que somos adultos sería suficiente con limpieza, hidratación y fotoprotección por el día y limpieza y renovadores cutáneos (como los retinoides) por la noche», defiende la dermatóloga Natividad Cano.

Rutina básica y rutina especializada

Una de las últimas marcas en lanzarse en nuestro país abrazando esta filosofía es Etat Pur. Su premisa es sencilla: separa el cuidado básico y universal de la piel sana (es decir, limpieza e hidratación) de los principios activos. De este modo, cuenta con una gama de uso diario de limpiadores e hidratantes que da respuesta a ese 70% de población sin problemas. Y junto a ella, otra de concentrados con activos específicos para emplearse únicamente cuando la piel necesita respuesta a ciertas alteraciones cutáneas, como la sequedad intensa, las manchas, la flacidez o los granitos.

En ellos encontramos ácido hialurónico, niacinamida, resveratrol, retinol al 0,3%… A la pregunta de si se pueden combinar, son claros: «No». Aunque, matizan, puede darse el caso de necesitar un activo de día y otro de noche. Por eso, insisten en otro aspecto fundamental para evitar el sobretratamiento: la prescripción. Algo que tanto la doctora Cano como Lucía Altozano practican a diario. «Nuestra labor es clave: educar, simplificar rutinas y devolverle a la piel lo que realmente necesita sin excesos», concluye la farmacéutica.