
Manos libres de móvil. Rosalía pide un poco de calma: menos dopamina facilona y más saborear la vida con calma. FOTO: Hanna Lassen/Getty Images.
Estilo de vida WeLife, versión motomamis
Rosalía echa el freno: menos dopamina, menos móvil y más disfrutar de verdad
La cantante lo tiene claro: no podemos seguir yendo por la vida a toda velocidad. Llega la hora de echar el freno de mano y reaprender a disfrutar de las cosas con sencillez.
Por Marita Alonso
11 DE NOVIEMBRE DE 2025 / 07:30
Desde que Rosalía sacó Berghain, el primer single de su esperado disco, Lux, es imposible pasar más de cinco minutos en las redes sociales sin dar con vídeos que reflexionan acerca de los mensajes que encierra su nuevo vídeo. Lo habitual, al dar a conocer un nuevo álbum, es apostar por un tema machacón para pistas de baile. Con melodía o estribillos pegadizos y listos para ser memorizados. Pura dopamina de usar y tirar. Pero Rosalía huya de esa dopamina facilona.
Por eso su álbum y todo su argumentario resulta tan estimulante como complicado de entender.
Menos estímulos, más concentración
«Cuanto más estamos en la era de la dopamina, más deseo lo contrario. Eso es lo que anhelo. A veces soy capaz de hacer el ejercicio de simplemente apagarlo todo y ver una película en un espacio oscuro de mi habitación», dice en el podcast musical de The New York Times que conducen Joe Coscarelli y Jon Caramanica, Popcast.
Una entrevista realizada, como ellos mismos aclaran, «en inglés con una pizca de espanglish». Cuando Coscarelli le comenta que hacer algo así puede llegar a ser difícil sin mirar el teléfono, ella está de acuerdo. «Lo es. Pero por eso digo que tiene que haber algo que nos lleve allí. No sé si será así, pero al menos existe el deseo de que haya algo que te empuje a estar concentrado durante, con suerte, una hora en la que simplemente estés ahí. Sé que es mucho pedir, pero eso es lo que quiero», dice la cantante.
¿Es posible desconectar en un mundo hiperconectado?
La propuesta de desconexión, concentración y reconexión de Rosalía parece ir contracorriente de lo que solemos hacer a diario. En un mundo pendiente de las redes sociales y enganchado al ‘scroll infinito’, buscamos un entretenimiento vacío, que no nos obligue a pensar ni a preocuparnos. Lo de parar y pensar parece que no va con nosotros. Y debería.
«No somos como las máquinas, que si las desconectas se resetean. Nuestro cuerpo cuenta con varios mecanismos naturales, automáticos y cíclicos para reponerse del estrés, la oxidación y otros factores que afectan a nuestro equilibrio. Entre ellos, la red neuronal por defecto, la autofagia, la digestión o el sueño. Curiosamente, todos los mecanismos de regeneración corporal diseñados para mantener la homeostasis suceden en reposo y necesitan tiempo», advierte en Hiperconexión (Roca Editorial, 2025) Marta Romo.
No es evasión, sino evitar la dispersión
«No necesitamos desconectarnos de nuestra propia vida, ni siquiera de las redes sociales, para conectar con nosotros. Este no es el juego. Lo que realmente necesitamos es enfocar la única alternativa que tiene nuestro cerebro para salir de la hiperdesconexión: volver a conectar y subirnos a nuestra propia vida”, dice la pedagoga.
El bucle infinito de la dopamina
Cuando en 2019 el psicólogo Cameron Sepah habló del ayuno de dopamina, quiso matizar que «no estamos ayunando de dopamina en sí, sino de conductas impulsivas reforzadas por ella». Y entre esas conductas, por supuesto, se encuentra prescindir del móvil y aprender a frenar.
El mundo de la hotelería, consciente de que la gente ya no solo quiere descansar, sino desconectar, cuenta con programas especiales para hacerlo. Ya lo hacen en Barceló Hotel Group con su programa de bienestar WeBalance enfocado a que los huéspedes alcancen el equilibrio antes, durante y después del viaje.
Pero no es fácil. La dopamina es uno de los neurotransmisores más vinculados al placer y al sistema de recompensa del cerebro. Cada nueva alerta en el teléfono, nos genera la necesidad de mirar la pantalla para obtener ese estímulo placentero. Ese momento de satisfacción eleva nuevamente la dopamina como harían muchas drogas. Pasado ese momento de placer, llega el bajón y vuelta al punto de inicio.
El arte de pasar (de la) pantalla
En la entrevista con The New York Times, Rosalía reconoce estar exigiendo mucho a sus fans. Pero se justifica: en tiempos de atención líquida, un contenido que exige pausa y reflexión puede ser clave para frenar en un presente compuesto de acelerones. Ya lo decía Julia Bell en Atención radical (Alpha Decay, 2021). «La atención al cuerpo (…) nos permite volver a conectar con aquellas partes de nosotros mismos que habíamos externalizado a la pantalla».
Resulta paradójico pedir calma teniendo un tema que se llama como el club de tecno más famoso del planeta. A finde cuentas, un lugar experto en generar dopamina. Tal vez por esa disonancia quizás sea el momento de atender, escuchar, frenar y reflexionar.
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