Dos trucos y un ingrediente para recuperar el pelo dañado después del verano

No hay vuelta a la rutina postvacacional sin drama capilar. El sol, el viento, la sal del mar y el cloro de las piscinas ocasionan verdaderos estropicios en el cabello, que suele mostrar signos de fragilidad en este momento del año más que en ningún otro. Por si eso fuera poco, el otoño que se aproxima es una estación especialmente complicada para el pelo, pues es época de recambio: la caída capilar se intensifica por naturaleza. Aunque se trata de fase natural del ciclo del cabello suele ser fuente de preocupación.

Hay dos trucos y un ingrediente que pueden ayudar a hacer frente a este estado de fragilidad. Los dos trucos tiene que ver con la aplicación de productos capilares de uso habitual: el acondicionador y el aceite. Saber cómo hay que aplicarlos puede maximizar sus beneficios y convertirlos en verdaderos productos de tratamiento. El ingrediente –ginkgo biloba– es un viejo conocido, un comodín de bienestar en la medicina oriental. Aplicado al cabello infunde energía y estimula el crecimiento.

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Método ACA, el remedio para el pelo teñido

El método ACA toma su nombre de la inicial de dos productos que utilizamos para la higiene semanal del cabello: acondicionador y champú. No es el qué la novedad, sino el cómo: Acondicionador – Champú -Acondicionador. “Este sistema –explica el experto en cuidado capilar Moncho Moreno– consistente en aplicar el acondicionador en seco, antes de lavar el cabello, y repetir la aplicación tras el champú”. Esta doble aplicación mejora el estado de la fibra (gracias a la aplicación en seco, que la colma de activos) y sella la cutícula (gracias a la aplicación en mojado, que acondiciona y suaviza).

La aplicación en seco ha de hacerse “sólo de medios a puntas, evitando la raíz, y dejarlo actuar 30 minutos. Después se lava el cabello con champú y se vuelve a aplicar el acondicionador”, explica Moncho Moreno. Lo realmente innovador de la aplicación en seco es que el acondicionador actúa como escudo preventivo de la rotura. Esto es así porque cuando el cabello está mojado es más frágil y propenso a quebrarse. Aplicando el acondicionador en seco la fibra se recubre de producto, por lo que al mojarlo admite menos cantidad de agua, lo que proporciona un tratamiento más delicado.

El método ACA es recomendable “una vez a la semana o cada 15 días”, dependiendo del grado de deterioro de la fibra capilar. “No se debe hacer en cada lavado para evitar sobrecargar el cabello de producto emoliente”, aclara Moncho Moreno. Los cabellos que más pueden beneficiarse de las bondades de esta aplicación en sandwich del champú y el acondicionador son los teñidos y tratados químicamente, que son más porosos y sensibles frente a la acción de los metales y minerales del agua y los activos del champú. En los casos en que el daño sea extremo, acabar el ritual con una mascarilla que aporte proteínas es esencial.

Aceite al rescate del cabello poroso

Una cura a base de aceite puede ser el remedio más efectivo para nutrir, revitalizar y proteger los cabellos porosos y sensibilizados por repetidos procedimientos químicos como alisados, tintes, decoloraciones o permanentes. El baño de aceite “no sólo equilibra el estado del cabello, sino también del cuero cabelludo”, indica la peluquera especializada en tratamientos naturales Eva Villar. En periodos de sequedad y deshidratación aguda, como la vuelta del verano, la aplicación de aceite “fortalece la fibra capilar, mejora la suavidad y elasticidad, calma el cuero cabelludo en casos de descamación, caspa e irritación”, dice. Eso por no hablar de beneficios cosméticos absolutamente deseables, como que aporta brillo y cuerpo a los cabellos opacos y frágiles. 

El aceite ha de aplicarse sobre el cabello seco, que se puede envolver en un turbante de ducha para que el calor ayude a que el producto penetre. El tiempo de exposición del producto puede variar entre una hora o toda la noche, dependiendo del estado del cabello. Una vez que el aceite ha actuado, basta con lavar el pelo como de costumbre. La frecuencia idónea para este tratamiento es una vez cada dos semanas.

Ginkgo biloba, un chute de vitalidad

Ante la caída estacional que se avecina y será especialmente intensa en las próximas semanas y meses, lo mejor es poner en marcha cuanto antes un plan de reacción y prevención. ¿Las claves? “Fortalecer el cabello desde la raíz, reducir la caída y promover un crecimiento saludable”, dicen en Secretos del Agua. La premisa es saber que la caída estacional del cabello “es un proceso obligatorio dentro de su ciclo vital”, recuerdan. “De hecho, es normal que perdamos de media alrededor de 100 cabellos al día”.

Para contrarrestar los efectos de la contaminación o el cuero cabelludo sensibilizado que agravan la situación y hacen que la cifra de pelos perdidos aumente, la firma especialista en cuidado del cabello recomienda ingredientes colmo la cola de caballo, la ortiga blanca y el aceite de coco, que son antioxidantes (previenen el daño) y estimulan el crecimiento. También las proteínas de soja, que aportan densidad y estructura a la fibra. Y ginkgo biloba, que aumenta el flujo sanguíneo en la zona del bulbo piloso, lo que se traduce en unos folículos más activos que dan lugar a que el cabello nuevo brote más fuerte y vital.