
No es pereza ni falta de yoga: es una hormona en modo cabezota. FOTO: Polina Tankilevitch / Pexels
La trinchera invisible
Celulitis resistente: cuando el problema no son tus piernas, sino tus hormonas
Has sudado la camiseta, comido sano y aún así la celulitis sigue ahí. La sospechosa principal se llama insulina
Por Paka Díaz
5 DE OCTUBRE DE 2025 / 08:00
Te has pasado todo el verano haciendo deporte. Que si correr a primerísima hora antes de que apriete el calor, luego caminata por la playa o sesión de nado en vez de despanzurrarte a tomar el sol en el pareo y, a la tarde, clase de yoga y algo de pesas. De regalo, los fines de semana lo dabas todo en la pista de baile. Para comer, optaste por la dieta mediterránea, con algún capricho, que en vacaciones se permite. Pero, pese a todo, tu celulitis resistente seguía ahí. Además, notabas las piernas hinchadas y sentías antojos de dulce y hambre a horas intempestivas.
¿Qué estabas haciendo mal? Pues no eras tú, sino tus hormonas. En concreto, una hormona descontrolada que podría ser la responsable de que tu celulitis se haya atrincherado en ti en modo resistente.


Éramos pocos y llegó la insulina
La farmacéutica con especialidad en dermatología Salena Sainz, nos da la clave: la insulina. «La inflamación se presenta unida a distintos factores hormonales. Estos son claves para poder eliminarla. No basta con comer sano, lo que se entiende por dieta clásica hipocalórica. Sino una alimentación funcional que active metabolismo y produzca una regulación hormonal Inflamación de bajo grado mantenida», explica la creadora de Annue Body Elixir y nutricionista fundadora de Naturae Nutrición.
La insulina es una hormona segregada por los islotes de Langerhans en el páncreas. Su función principal es la de regular la cantidad de glucosa en la sangre y de asegurarse que tengamos energía siempre a buen recaudo. Y aquí está el quiz de la cuestión: ella está detrás la grasa rebelde en piernas y abdomen, la retención de líquidos constante, el hambre a deshoras… Pero también, de esa celulitis que parece haber okupado tus piernas, abdomen y hasta los brazos.
Celulitis persistente: más que un problema estético
De acuerdo, la piel de naranja no es tan bonita como una epidermis lisa y lustrosa. Pero no es solo una cuestión estética: es una alteración del tejido conjuntivo y de la grasa subcutánea que acaba produciendo esas protuberancias tan visibles. Afecta sobre todo a piernas, glúteos y abdomen bajo, y, aunque no discrimina, las mujeres la padecen más debido a la influencia hormonal y a la forma en la que se distribuye su grasa.
«No es solo un problema de imagen: hay retención de líquidos, inflamación y una circulación deficiente en la zona», explica Salena Sainz que señala que «tratarla exige ir más allá de la dieta o el ejercicio clásico».
Responsables de que no te cunda el gimnasio
Muchas personas se sorprenden al descubrir que, pese a entrenar con disciplina y seguir una alimentación saludable, la celulitis no mejora. Incluso, empeora. Por eso se llama resistente. «Regular la insulina es clave para poder eliminarla», señala Sainz.
Entre los culpables silenciosos están la resistencia a la insulina y el estrés crónico que dispara el cortisol y favorece la retención de líquidos. Y, cómo no, las hormonas femeninas, estrógenos y progesterona, que facilitan el depósito de grasa y alteran el colágeno. A esto se suman factores genéticos y circulatorios que ralentizan la eliminación de líquidos y toxinas.
Una hormona enloquecida
En medio de este cóctel hormonal, la insulina juega un papel crucial. Esta hormona, producida por el páncreas, permite que la glucosa entre en las células para ser usada como energía o almacenada. Pero cuando sus niveles se mantienen altos de manera constante, el panorama cambia. «La insulina desregulada aumenta el almacenamiento de grasa, favorece la retención de líquidos y potencia el depósito en zonas rebeldes como piernas, caderas y abdomen bajo», apunta Sainz.
Además, «los picos de insulina están directamente relacionados con los antojos de dulce y el hambre, lo que nos lleva a elecciones alimentarias que afectan a nuestro organismo», añade Natalia Dopacio, bióloga, máster en microbiota humana y fitoterapia clínica. La responsable del Departamento Técnico de Dietmed también recalca que «cuando la insulina permanece elevada, el cuerpo prioriza almacenar grasa. Especialmente en las áreas asociadas a la celulitis». Ojo, no significa que haya que demonizar los carbohidratos. «El error sería evitarlos por completo», aclara Sainz, que recuerda que lo importante es «adaptarlos a las necesidades individuales y evitar los refinados y ultraprocesados».
Garbanzos y lentejas al rescate
La buena noticia es que la insulina se puede entrenar. «El cuerpo está preparado para una regulación natural. Debemos evitar la ‘fobia insulínica’ y centrarnos en optimizarla», aconseja Sainz. Lo primero es seguir una dieta antiinflamatoria, rica en alimentos frescos y baja en ultraprocesados. También priorizar proteínas y grasas saludables en las comidas para evitar picos glucémicos. Y combinar los carbohidratos con fibra. Por ejemplo, tomar las frutas enteras en lugar de zumos, y aumentar el consumo de cereales integrales y legumbres.
Ambas expertas insisten en que los hábitos cotidianos marcan la diferencia. Como hidratarse con al menos dos litros de agua al día, evitar bebidas azucaradas, aumentar el consumo de verduras, frutas enteras y alimentos ricos en polifenoles como granada, frutos rojos o té verde, tomar suficiente proteína, incorporar ejercicio de fuerza para tonificar y mejorar el metabolismo, y dormir entre siete y ocho horas para regular las hormonas. Además, para combatir la celulitis resistente, Natalia Dopacio aconseja «evitar ropa demasiado ajustada y cuidar la circulación con masajes o duchas frías». Los productos con efecto frío pueden ayudar. Como el exfoliante corporal Talasso-Scrub Crioactivo de Collistar, que se puede usar en la ducha, y combinarlo con masajes de agua fría y caliente.
Menos sillón, más acción
No se trata de machacarse cuando vamos al gimnasio para compensar ocho horas sin levantarnos de la silla. Hay que moverse con frecuencia: caminar, subir escaleras… Los mejores deportes contra la celulitis resistente son los que combinan activación metabólica y relajación, como yoga o Pilates. «Y no olvidarnos de cuidar el descanso», recuerda Dopacio: dormir bien y manejar el estrés, que influyen directamente en la sensibilidad a la insulina. Por último, mejor espaciar comidas o probar ayunos cortos, cuando sea adecuado y supervisado.
Algunos suplementos con berberina, reducase o colina pueden apoyar el metabolismo normal de los macronutrientes y ayudar a mantener niveles normales de glucosa en sangre. La bióloga recomienda optar por un aporte extra que ayude a regular la insulina, como Adelgacell Celulitis de Dietmed con colágeno, guaraná, centella asiática y cúrcuma, entre otros. «Sus componentes apoyan la microcirculación, la firmeza de piel y contribuyen a mejorar la piel», destaca Dopacio. La celulitis resistente no tiene una solución milagrosa, pero entender el papel de la insulina abre una puerta para lograr resultados reales. También hablar con expertos para asegurar que no se trata de celulitis emocional. Pero siempre recordar que, como concluye Sainz, ‘nuestro cuerpo está preparado para autorregularse, solo tenemos que darle las condiciones adecuadas para que lo haga».
Firmada la paz hormonal, todo son ventajas
Regular la insulina no solo ayuda a suavizar la celulitis, también mejora la composición corporal en general. «Favorece una mayor capacidad de quemar grasa, menor retención de líquidos, reducción de antojos y hambre emocional, mejor tono muscular y una recuperación más rápida tras el entrenamiento», enumera Sainz.
Dopacio añade que «también ayuda a mantener la masa muscular y a controlar el exceso de grasa, lo que en el caso de la celulitis contribuye a su mejoría».
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