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qué es la hormesis

Descubre cómo la hormesis puede hacerte más fuerte. / Unsplash

Salud

La hormesis o cómo la dosis hace el veneno según un experto

Salir de la zona de confort no siempre es malo. La hormesis es el fenómeno que estimula una respuesta adaptativa ante agentes estresores que puede ser muy beneficiosa para nuestra salud.

Por Tamara Izquierdo

5 de septiembre de 2022 / 07:42

Nuestros antepasados padecían en muchos momentos hambre, frío, calor e incomodidades varias que ahora, desde el confort de nuestros hogares, nos parecen impensables. ¿Y si esta exposición a situaciones fuera de nuestra zona de confort fueran beneficiosas para la salud? Te contamos todo acerca de la hormesis.

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¿Qué es la hormesis?

La hormesis es un proceso adaptativo por el cual las células de nuestro organismo se adaptan a un factor externo potencialmente dañino logran un efecto beneficioso. 

Ya en el S. XVI, el médico, alquimista y astrólogo Paracelso, expresó que la toxicidad de cualquier sustancia dependía de la dosis, y notó que varias sustancias tóxicas podían ser beneficiosas en pequeñas cantidades.

En 1887 el farmacéutico alemán Hugo Schulz demostró que bajas dosis de sustancias con reconocidos efectos tóxicos estimulaban el metabolismo de la levadura. Su extensión a otros modelos biológicos se conoció como Ley de Arndt-Schulz.

Pero… ¿Cuándo comenzó a hablarse de hormesis? Alberto O. Orden, médico reumatólogo del Hospital Aeronáutico Central de Buenos Aires nos explica que “el término hormesis fue usado por primera vez en 1943, en un artículo donde investigadores de la Universidad de Idaho informaban que bajas dosis de un extracto fenólico de cedro rojo aumentaban el metabolismo de los hongos de la madera, mientras que dosis elevadas lo inhibían. Una respuesta similar fue observada con estímulos físicos: la exposición a bajas dosis de radiación acelera la germinación y el crecimiento vegetal. Se encontró hormesis de radiación en hongos, protozoos, insectos, embriones de aves y salamandras”.

¿Podría entonces funcionar esta estimulación con el ser humano? La ciencia ha demostrado que sí.

El veneno no siempre mata

La dosis hace el veneno y la hormesis se encarga de buscar ese equilibrio donde el ser humano encuentra un beneficio sometiéndose a un estresor químico o medioambiental. 

A este respecto el Dr. Jordi Ibáñez, responsable de la unidad de medicina del deporte y del tratamiento del dolor localizado en la Clínica Planas, explica que “en toxicología y farmacología los fenómenos horméticos se investigan para encontrar la ventana terapéutica de un fármaco donde una dosis alta puede ser letal y una dosis muy baja no produce respuesta. La respuesta hormética es la dosis donde se produce la respuesta beneficiosa en el organismo”.

La hormesis favorecería un sistema inmune más fuerte, una menor incidencia de enfermedades y una mejora de la salud en general. Esta afirmación implica que nos hacen más resistentes las situaciones incómodas o de riesgo ¿Cómo consigue el cuerpo aprovecharse de esta respuesta adaptativa? El Dr. Ibáñez señala que “el objetivo de conseguir un mejor grado de salud y de crear organismos resistentes, pasa por el preacondicionamiento previo de los mismos, para la creación de respuestas horméticas beneficiosas. Este hecho es similar a la vacunación, donde se busca una respuesta inmune a una serie de agentes microbianos, que nos pueden dañar sino hemos preparado anteriormente un mecanismo de defensa”.

Estos preacondicionamientos que señala el experto y que actuarían como una “vacuna” serían situaciones básicas, y que tendemos a evitar, como el ayuno, el frío, el calor… “esta exposición dará como resultado una respuesta beneficiosa en pos de una mayor resistencia orgánica y flexibilidad metabólica que nos preparan para los desafíos de la vida moderna con mayor grado de salud y menor riesgo de contraer enfermedades”.

¿Una vía alternativa a la regulación de procesos inflamatorios?

En los últimos tiempos se ha observado que la inflamación esta presente en muchas de las enfermedades actuales. ¿Es la hormesis, o adaptación a estímulos externos, la respuesta para combatir la inflamación? 

El Dr. Ibáñez nos cuenta que “un gran número de enfermedades crónicas como las autoinmunes, metabólicas, cardiovasculares, tumorales… han aumentado en los últimos tiempos y van creciendo en la población actual. Es cierto que estas están asociadas al aumento de la longevidad pero no es menos cierto que también son debidas a nuevos desafíos a los que el organismo está sometido como el tabaquismo, el sedentarismo, la obesidad, estado socio-económico, política, nuevas toxinas, factores nutricionales, abuso de drogas, etc. y que causan una serie de enfermedades que tienen en común una inflamación de bajo grado por una estimulación excesiva e inapropiada del Sistema Inmune Innato y que son señales de peligro nuevas y no conocidas desde la perspectiva de la evolución”.

Aunque haya una tendencia a fijarse en los modelos de nuestros ancestros para seguir unos hábitos más saludables, como la dieta paleo, caminar descalzos o reconectar con los ritmos circadianos, lo cierto es que la vida que ellos llevaban difiere con creces de la nuestra. “Mientras que nuestros antepasados tuvieron que enfrentarse a situaciones de peligro mono-metabólicos como hambre, frío, sed o calor… la población moderna se encuentra sometida a riesgos metabólicos múltiples que forman un conflicto entre órganos, sistemas y adaptación de nuestros genes que desemboca a las enfermedades típicamente occidentales por una teoría llamada “hipótesis del desajuste” apunta el Dr. Ibáñez.

estrategias para beneficiarnos de la hormesis
Someternos a estresores como el frío refuerza el sistema inmune y disminuye la inflamación. / Unsplash

Estrategias para beneficiarnos de la hormesis

Está claro que en los tiempos que nos ha tocado vivir sufrimos estresores distintos de los de nuestros ancestros. Se ha relajado el hambre, el frío y el calor. Comemos varias veces al día, tenemos aire acondicionado, calefacciones etc… pero la mayoría de la población padece estrés crónico y ansiedad, también se observan dietas deficientes, tabaquismo, alcohol… elementos con los que nuestros antepasados no conocían y que nos inflaman. Por ejemplo, el estrés y subida de adrenalina que pudiera padecer una persona a la que le perseguía un animal salvaje era puntual, cuando hoy en día se vive con un estrés generalizado que es necesario rebajar o eliminar para recuperar un óptimo estado de salud.

Para beneficiarnos de la respuesta adaptativa que supone la hormesis, los expertos sugieren la exposición a estresores como el frío, el calor o el hambre. ¿Cómo podemos hacer esto de una manera controlada y sin peligro? Pues, por ejemplo, con el ayuno intermitente, dejamos al cuerpo más horas de recuperación entre la última ingesta del día anterior y la primera del día siguiente (16:8 16 horas sin comer y 8 horas en las que hagas tus principales comidas). De esta manera el cuerpo puede beneficiarse de ese estresor gracias a su respuesta adaptativa que ya hemos visto que refuerza el sistema inmunológico y la salud en general.

Los baños de agua fría, salir un día frío con menos ropa de lo habitual, terminar la ducha con agua helada o exponernos al calor, son fórmulas que se han demostrado como beneficiosas para provocar una respuesta inmune que evita que el organismo sea frágil, aleja posibles enfermedades al reducir la inflamación y mejora el estado de ánimo.

Sabiendo que la exposición a agentes estresores es tan saludable ¿te atreves a aprovecharte de la hormesis?

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