Asterisco ticker noticias

NO TE PIERDAS Creías que sumando kale, huevos y fibra todo era salud, pero hasta lo “sano” puede sentar mal. Porque el cuerpo, y sobre todo la microbiota, tienen la última palabra

X
Mujer disfrazada de superhéroe, con capa roja, simbolizando la idea de coraje cotidiano

El coraje no es ponerse capa, sino aprender a caminar con el miedo al lado. Foto: Reyna / Pexels

MENTE

El valor no es no tener miedo, sino actuar temblando. Cinco pasos para entrenarlo, por Álex Rovira

Un papel, un bolígrafo y cinco minutos: así empieza el entrenamiento que Álex Rovira propone para llevarte mejor con tus miedos

Por María Corisco

7 DE SEPTIEMBRE DE 2025 / 08:00

Tal vez creas que el coraje es un lujo reservado a los héroes de película, a las personas que se lanzan sin titubear, sin sentir ni una pizca de miedo. Tal vez pienses que, para ser valiente, primero tienes que dejar de temer. Álex Rovira quiere que destierres esa idea. El escritor y conferenciante, coautor de Homo Solver (Ed.Kitaeru), te invita a mirarte de frente y reconocer que el miedo forma parte de ti. «Siempre habrá algo que nos dé miedo. El verdadero valor no está en no sentir miedo, sino en seguir adelante a pesar de él. El coraje no es comodidad, es hacer lo que tu conciencia te pide, aunque incomode a otros y a ti», señala. Y se puede entrenar.

TE PUEDE INTERESAR

Bajo esta enfoque, el miedo deja de ser un enemigo que hay que destruir para convertirse en un compañero incómodo, pero útil. «El coraje no elimina el miedo, lo pone en perspectiva. Si lo pones delante, no te dejará ver. Si lo pones detrás, te empujará y precipitará. Lo que hay que hacer es ponerlo al lado, tenerlo como alguien que te va hablando«, explica.

El coraje no es innato: así puedes entrenarlo

Para Rovira, el coraje no es un don innato ni un rasgo fijo. Se aprende y se fortalece, como un músculo. No se trata de dar un salto al vacío sin pensar, sino de ir construyendo una relación más sana con el miedo, a través de la reflexión (pensar antes de actuar), la acción (actuar con intención) y la repetición (convertir la valentía en hábito).

Este peculiar entrenamiento pasa por cinco pasos que cualquiera puede aplicar:

  1. Reconocer y nombrar el miedo. No puedes superar lo que no puedes nombrar. Si lo evitas o lo niegas, seguirá operando en la sombra. «Es como luchar contra un fantasma», dice Rovira. Al ponerle nombre, le quitas gran parte de su poder paralizante. Como ejercicio práctico nos propone escribir en un papel los miedos que nos están limitando ahora mismo. «Al verlo por escrito, dejas de enfrentarte a algo difuso y empiezas a tratar con un adversario definido».
  2. Replantear el miedo como oportunidad. En lugar de verlo como un muro que bloquea tu camino, míralo como un maestro que te trae una lección. Pregúntate: ¿Qué puedo aprender de este miedo? ¿Qué regalo esconde? ¿Qué posibilidad hay detrás de él? Puede que el miedo esté señalando una habilidad que aún no has desarrollado, una conversación pendiente o una oportunidad para crecer.
  3. Dar pequeños pasos hacia tu temor. No es necesario, ni recomendable, enfrentarse de golpe a aquello que más nos asusta: «Si tienes miedo a hablar en público, no empieces ante 3.000 personas. Hazlo primero de pie con un amigo, luego con cinco personas, y ve ampliando el reto». Así se construye tolerancia y confianza a medida que avanzas.
  4. Buscar apoyo. El coraje no significa enfrentarte en soledad contra todos los elementos. Puedes rodearte de esas personas que te sostienen cuando flaqueas, que te inspiran cuando dudas, y que te ayudan a tomar perspectiva cuando todo parece más grande de lo que es. «No tengas miedo de pedir ayuda. Busca un buen terapeuta, un amigo de confianza o un mentor que te acompañe», aconseja Rovira.
  5. Celebrar los actos de coraje. A menudo pasamos por alto nuestros gestos valientes porque no parecen «suficientemente grandes». Pero reconocerlos es esencial para reforzar la confianza. Rovira propone llevar un «diario de coraje»: anotar los actos valientes que has hecho y lo que aprendiste con cada uno. No importa si fueron pequeños: decir algo incómodo con respeto, tomar una decisión difícil, poner un límite… Cada anotación es una prueba de que puedes hacerlo y un impulso para el siguiente reto.

También puedes ser valiente en lo cotidiano

Las decisiones valientes no siempre son espectaculares. Muchas veces se cultivan en lo cotidiano: en una conversación honesta, en la renuncia a algo que ya no encaja, en el sí o el no que marcan un antes y un después para ti. «El coraje no es un tema para héroes míticos. Es para ti, para hoy, para cada elección que para ti tenga sentido y literalmente valga la pena».

OTROS TEMAS WELIFE

Esta valentía no nace solo de la razón. «El pensamiento te lleva a la conclusión, pero la emoción te lleva a la acción», subraya. Por eso, integrar ambas es esencial: la razón dibuja el mapa, pero es la emoción la que te impulsa a caminar. Sin esa chispa, podrías conformarte antes de tiempo. «A veces llegamos a una conclusión solo porque nos hemos cansado de pensar. Pero si no hay una emoción que nos zarandee, asumimos que estamos bien… y quizá no lo estemos».

En un mundo que premia lo rápido y lo cómodo, el coraje que propone Rovira es incómodo por naturaleza. No te promete ausencia de miedo, sino la capacidad de avanzar a pesar de él. No te pide que seas invulnerable, sino honesto contigo mismo. Porque, al final, el coraje que cuenta no es el que te convierte en un héroe para otros, sino en alguien leal a su propia alma.

 

MÁS NOTICIAS

WeLife hoy

Síndrome del trasero muertoRespiraciónArmonía sexualParadoja del merecimientoSober dating

Suscríbete a la Newsletter de WeLife para cuidar de tu cuerpo, tu mente y del planeta

Suscríbete a la Newsletter de WeLife para cuidar de tu cuerpo, tu mente y del planeta