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No hace falta una crisis para darse cuenta de que algo pasa, pero a veces ayuda. Foto: Vitalya Gorbachev / Pexels

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Depresión como brújula vital: la lección olvidada de Carl Jung

Crisis, ansiedad, depresión… para Jung no eran fallos del sistema, sino coordenadas de un mapa interior que te obliga a mirar donde nunca miras

Por Paka Díaz

16 DE SEPTIEMBRE DE 2025 / 17:00

¿Y si la depresión o la ansiedad son oportunidades para conocernos mejor? Tal vez suene como una locura, pero es uno de los pilares de Carl Jung, el psiquiatra que revolucionó esta ciencia el pasado siglo. Coincidiendo con la publicación por primera vez en castellano de sus Libros Negros, la psiquiatra Ana Isabel Sanz pone en valor lo moderno de su pensamiento y cómo sus teorías pueden servir para resolver problemas de nuestros días.

«Los conceptos básicos de las teorías de Jung son plenamente adaptables, incluso fuera del marco de la llamada psicoterapia analítica», confirma la doctora Ana Isabel Sanz, psiquiatra y directora del Instituto Psiquiátrico Ipsias y del departamento de Psiquiatría del Centro de Rehabilitación Dionisia Plaza de Madrid.

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Premiada como mejor psiquiatra en los Premios Europeos de Medicina 2024, la doctora Sanz señala que, entre los elementos más rescatados de la psicología de Carl Jung, están «el análisis de los sueños y de expresiones simbólicas, a veces mediante expresiones artísticas tipo mandala. También, la exploración de la historia personal y de posibles elementos presentes de esa historia en el acervo inconsciente del sujeto. De esta forma hila los elementos recuperados en un relato con sentido para el protagonista».

Otra de sus atrevidas propuestas enuncia que la evolución humana no es solo biológica, sin también una herencia de todo lo vivido a lo largo de la historia. En cierto sentido, este enfoque conecta con las nuevas corrientes psicológicas sobre el trauma intergeneracional cómo las experiencias traumáticas se transmiten a través de las generaciones. Sanz destaca su espíritu innovador, «pese a que, en ocasiones, pecaba de falta de sustento científico. Lo buscó, pero no lo logró consolidar», añade.

En su momento, Jung fue un pionero en hablar del crecimiento personal. Este proceso –según Jung– es paulatino y tarda décadas en alcanzar cierto grado de madurez. Los primeros cuarenta años de vida de un ser humano para Jung apenas son una preparación para empezar a entenderse y poderse desarrollar personalmente.

Además, este psiquiatra suizo señalaba al autoconocimiento como un propósito prioritario para las personas. Con un doble enfoque: comprendernos mejor a nosotros mismos y mejorar el bienestar común.

Aunque hayan pasado muchos años desde que enunciara sus teorías, aún siguen plenamente vigentes, como la muerte de Dios, las crisis climática y el equilibrio natural, o la repercusión de la tecnología, explica Sanz.

Muchas de las soluciones que proponía Jung a los conflictos psicológicos más frecuentes siguen siendo válidas hoy. «Más allá de la corriente terapéutica que creó, la psicoterapia analítica junguiana, otros profesionales incorporan aspectos de lo que promulgó acerca de la depresión y de la ansiedad«, comenta Sanz.

Para Jung, la depresión y de la ansiedad «son señales de que existen aspectos de nuestra vida psíquica inconsciente que han de ser investigados a través de un proceso de autoconocimiento». Así que más que considerarlos aspectos negativos, explica, «son un motor para la búsqueda interior de un estado de equilibrio superior. Es decir, de un crecimiento mediante la búsqueda y descubrimiento de aquellos aspectos que mantenemos fuera de nuestra consciencia. Y, por lo tanto, no integrados armónica y productivamente en nuestra personalidad».

OTROS TEMAS WELIFE

La doctora Sanz destaca las pautas de Jung para afrontar los problemas cotidianos a partir del autoconocimiento. Manifestaciones, como la ansiedad, la confusión vital o la falta de sentido pueden ser «señales de que se han activado aspectos inconscientes de nuestro psiquismo o manifestaciones de un intento de este por autorregularse. Lo hace ante la ruptura de equilibrio entre lo que conocemos, lo consciente, y lo que no, o sea, lo inconsciente», aclara.

La respuesta ante ese malestar no debería ser la huida o acallarlos mediante diferentes métodos, como terapias que no van a lo esencial o farmacoterapias. «Estas situaciones deben ser el inicio de un proceso hacia el encuentro de los contenidos inconscientes. Cada crisis que atravesamos debería poner en marcha un mayor autoconocimiento. Más allá del sufrimiento experimentado, debe conducirnos a un estado de conciencia más amplio».

Algo así como que tu lado más oscuro te puede ayudar a conocerte mejor. Eso, según Jung, derivaría en un mayor equilibrio. «No se trata de buscar necesariamente una felicidad simplista. Entendernos significa integrar también lo que no nos agrada en principio, pero que forma parte de nosotros», concluye la doctora Sanz.