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MEDITACIÓN
Meditación y agenda apretada ¿Compatibles?
Cuando el estrés llama a tu puerta, no pregunta, entra directamente. La meditación ayuda a sobrellevarlo, pero ¿cómo empezar cuando tienes el tiempo justo? Sigue estos tips y cultiva tu resiliencia.
Por Equipo Welife
22 DE ENERO DE 2022 / 17:09
Es difícil detectar el poder que ejerce el estado de ánimo en el día a día. La rutina diaria y un estilo de vida rápido nos envuelve en un bucle en el que se nos olvidan los cuidados físicos pero, sobre todo, los psicológicos. La meditación une cuerpo y mente para el cuidado de ambos.
¿Por qué practicar meditación?
Son muchos los motivos por los que la meditación es una de las mejores opciones para conseguir una vida saludable plena. Conocer los tres pilares sobre los que se sostiene te hará comprender la propia interconexión que existe entre ellos: cuerpo, mente y espíritu unidos para conseguir las virtudes de la meditación. Una buena concentración, plenitud en el presente y la liberación de la mente para abstraerse del ruido exterior. No suena mal, ¿verdad? Sabiendo esto lo más seguro es que logres quitarte de encima esas excusas que te impiden practicarla.
Quizás te resulten familiares algunas de las frases como “mañana empiezo, que hoy no me da tiempo” o “no creo que a mí se me de bien”, con las que aplazas las cosas y terminas por no hacerlas. En el libro ‘Meditación para urbanitas’ (Editorial Cúpula) te acercarás de lleno al mundo de la meditación y entenderás lo completa que puede resultar para ti, tu autocuidado y tus relaciones con los demás.
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¿Cómo puedes conseguir coger el hábito de meditar?
Puede que lo que te resulte más complicado no sea ninguna de las acciones que tienes que llevar a cabo en el camino de la meditación. Lo más difícil es la constancia, romper con la pereza y tener el control absoluto de tus emociones. Dan Harris en su libro ‘Meditación para escépticos con reticencias’ pone énfasis en crear el hábito constante de meditar una vez al día: «No importa el tiempo que le dediques al día, como si es un minuto, lo que realmente importa es sentarse y cumplir esa constancia». Esto se consigue con el dominio de tus emociones y en este punto deberías detenerte, porque una mala gestión de tus emociones hace que terminen dominando tu vida y decidiendo por ti, algo que no deberías permitirte.
Domina tus emociones. ¿Cómo te sientes?
Para dominar tus emociones y apartar esas sensaciones que te hacen estar enfadado, inseguro o triste, es muy importante que hagas introspección sobre tu situación actual. Debes de ser consciente de cómo te sientes ahora mismo y para ello el manual de ‘Meditación para urbanitas’ recomienda el programa RULER (recognize, understand, label, express, regulate) como medidor emocional. Es muy sencillo y responde a cinco preguntas muy fáciles:
- ¿Cómo me siento ahora?
- ¿Por qué me siento así?
- ¿Qué palabra puedo usar para describir mi emoción?
- ¿De qué forma lo expreso?
- ¿Cómo puedo aprovechar esa emoción a lo largo del día?
Una vez que respondas a estas preguntas, tienes que identificarte con las siguientes emociones, agrupadas en cuatro grupos:
- Miedo, inquietud, envidia, rencor, desconfianza.
- Sorpresa, euforia, ilusión, confianza, amor.
- Culpa, vergüenza, melancolía, tristeza, aburrimiento.
- Alivio, gratitud, ternura, relajación y paz.
¿Cómo empezar a meditar?
Una vez que tengas una mayor consciencia de tu estado emocional, es hora de que te pongas manos a la obra. Dan Harris recomienda comenzar por “diez respiraciones, de las buenas”, una práctica que da resultados efectivos a corto plazo, sencilla y que resulta un buen punto de partida. Harris también recomienda otro tipo de meditaciones libres que puedes adaptar a actividades de tu rutina, te llevarán poco tiempo y que el propio autor cataloga como “diez segundos o más”.
- Caminando por el parque de los sonidos: Una meditación que puedes hacer paseando.
- En la ducha: Una meditación que puedes llevar a cabo en tu día a día sin excusas.
- Al lavarse los dientes: Al igual que la anterior, es una meditación que se suma a una actividad que ya haces a diario y con la que no vale decir que no tienes tiempo.
Aquí solo vamos a profundizar en la primera, una práctica sencilla y que requiere poco tiempo. No necesitas más que detenerte donde estés, no cierres los ojos si no quieres, siéntete cómodo y respira profundamente.
- Centra tu atención en la respiración.
- Cuenta uno cada vez que inspires.
- Imagina que exhalas cualquier tensión que sufras.
- Intenta respirar 10 veces sin perder la concentración.
- Siente cada respiración y siente cómo el ruido se difumina.
- Si te distraes, vuelve a empezar.
¿Ya lo tienes?
Seguro que ahora te suena diferente la palabra meditación, y es normal. Nunca es tarde para eliminar las partes más negativas de nuestro estado de ánimo y trabajar nuestro propio Mindfulness.
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