Cuerpo
_Todo lo que necesitas saber sobre tu pecho (y nunca te atreviste a preguntar)
@Unsplash
PSICOLOGÍA
Aunque el fracaso forma parte de la vida, en ocasiones desarrollamos un miedo que puede llegar a incapacitarnos a la hora de enfrentarnos a nuevos retos. Se llama atiquifobia y es más común de lo que crees
Por Mónica Heras
25 de febrero de 2022 / 08:03
La vida misma nos pone en constante prueba, con cada decisión que tomamos nos enfrentarnos a unos resultados que no siempre van a ser los que esperamos. Cada nuevo reto trae consigo un porcentaje de riesgo y no por ello podemos dejar de asumirlos. Sin embargo, cuando el miedo al fracaso aparece y nos imposibilita la toma de decisiones, impidiéndonos pasar a la acción, se convierte en una fobia con nombre propio: atiquifobia.
Cuando esto sucede, el nivel de miedo es tan alto que podemos llegar a autosabotear nuestros propios éxitos, incluso dejando de perseguir nuestros sueños. Piensa que si bien es cierto que es de lo más normal sentirse triste, enfadado o desilusionado ante un fracaso, al final vivimos en un ensayo-error y este es el mayor aprendizaje.
SUSCRÍBETE a nuestra newsletter y recibe todas nuestras novedades para tu cuidado y bienestar.
Vivimos en un mundo en el que nuestra valía está relacionada con nuestros logros, de ahí que tengamos la sensación de nunca ser suficientes. Esto está directamente relacionada con una baja autoestima que nos hace avergonzarnos de cada fracaso que tenemos. Nos sentimos vulnerables ante los demás, y esto nos da terror, cuando lo cierto es que es ahí donde se esconde el verdadero valor.
El miedo al fracaso nace en la infancia y va creciendo con cada situación que, según esas creencias que hemos adquirido, nos refuerza estas ideas, volviéndonos cada vez más temerosos de nuestro propio éxito. Estos son algunos de los motivos que nos llevan a desarrollarlo:
Una cosa es motivar a los niños a superarse y otra exigirles un alto nivel de rendimiento constante. Cuando esto sucede, se vuelven inseguros, temerosos de no satisfacer las demandas de papá y mamá, algo que probablemente trasladarán a todos los ámbitos de su vida adulta.
Si la imagen que tenemos de nosotros mismos no es la adecuada, viviremos pensando que nada de lo que hacemos es suficiente. Esto, unido a una autoexigencia de perfeccionismo constante, nos lleva a creer que un fracaso sería tan doloroso y humillante, que preferimos evitar cualquier situación en la que tengamos que exponernos o competir.
Resulta curioso, pero detrás de muchos de los miedos a fracasar, se esconde un pánico a triunfar. Alcanzar nuestras metas supone, por lo general, un cambio de hábitos, una energía distinta para sostener en el tiempo este logro y salir de la famosa zona de confort. Esto puede darnos tanto vértigo que preferimos autosabotearnos.
“Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender”, Charles Dickens.
Estos son algunos de los comportamientos que alimentan esta fobia. Conocer cómo funcionamos es la clave para detener estos pensamientos.
“El éxito es la habilidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”, Winston Churchill.
WeLife hoy
Cosmética botánica francesaLas firmas sostenibles de LetiziaYoga a cualquier edadMejorar la concentraciónPaseos como entrenamientoCuerpo
_Todo lo que necesitas saber sobre tu pecho (y nunca te atreviste a preguntar)
MENTE
_Siete formas de potenciar (y mejorar) la memoria y la concentración
Lifestyle eco
_Cinco firmas sostenibles made in Spain que le tienes que copiar a la reina Letizia
Mente
_Si no consigues concentrarte, Harvard tiene tres trucos que funcionan siempre
BELLEZA
_La cosmética botánica francesa basada en los cultivos verticales llega a España
Siguenos :)