Asterisco ticker noticias

NO TE PIERDAS Clínicas de longevidad: por qué los ricos ya no quieren yates, sino vivir más

X
Escribir cartas por terapia

Escribir cartas por terapia y acabar escribiendo por el puro placer de rasgar el papel en blanco. FOTO: Cottonbro Studio / Pexels.

COGE PAPEL Y BOLI

Por qué recuperar la costumbre de escribir cartas puede convertirse en una gran terapia

Dedicar tiempo a redactar misivas es un gesto liberador, que ayuda a ordenar pensamientos y conectar con emociones. ¡No hay miedo al papel en blanco!

Por Cristina Martín Frutos

7 DE NOVIEMBRE DE 2025 / 14:00

No hace demasiado tiempo, mi terapeuta me encargó un peculiar ejercicio. Escribir una carta a mi madre, que falleció hace dos años. En ese momento, además de plantearme si sería suficientemente valiente para hacerlo, intenté recordar la última vez que había escrito una misiva. Para mi sorpresa no había pasado tanto tiempo: sin ir más lejos, las navidades pasadas envié por correo tradicional felicitaciones a algunos amigos y familiares. Y, si cuenta, ayudé a mi hijo a escribir su carta a los Reyes Magos. De alguna forma, escribir cartas tiene algo de terapia para mí.

Quizá mi gusto por la palabra me ha llevado a dejar notas, mandar postales y escribir cartas al margen de si la humanidad seguía usando o no papel y boli. Pero, reconozcámoslo, no es lo habitual. Las cifras más recientes indican que algo más del 80% de la población no ha recibido ninguna en los últimos seis meses, según el Informe Anual del Sector Postal (CNMC). No es así cuando hablamos de notificaciones administrativas o facturas: en este caso, el porcentaje se reduce al 46%.

TE PUEDE INTERESAR

Una herramienta perfecta para ordenar la mente

Sin embargo, sigue habiendo algo mágico en eso de abrir el buzón y encontrarte un sobre o una postal. «Lo encuentro un gesto tan generoso que, cuando lo recibo, esbozo siempre una sonrisa antes siquiera de leerlo». Así lo ve Juhee Mun, autora de El encantador arte coreano de escribir cartas (Ed. Salamandra). Mun, además de periodista, es la fundadora de la papelería Geulwoll (Seúl), término que en coreano significa —por supuesto— carta. Un paraíso para los amantes de la escritura que cuenta con su propio rincón para redactar. E, incluso, un pequeño servicio de amigos por correspondencia para sus clientes.

Allí, la coreana ha sido testigo de que escribir a mano «sigue teniendo cabida en un mundo digital marcado por la prisa y la inmediatez». Para muchos es una forma de que alguien nos lleve en el recuerdo. Otros pueden encontrar algo liberador en el hecho de rellenar un papel en blanco. «También es una forma de ordenar pensamientos o puede servir para atrevernos a decir lo que no somos capaces de contar en persona», añade el psicólogo Buenaventura del Charco, director clínico de Estar Contigo Terapia.

No aceptamos e-mail como animal de compañía…

Suena bien. Pero lo de encontrar tiempo, ganas y puede que hasta un papel decente en estos tiempos es otra cosa… Por eso cabe preguntarse si se puede sustituir la misiva por un correo electrónico. La propia Mun reconoce que se encuentra con algunos mails «con la misma calidad de las cartas tradicionales». Mensajes que van más allá de lo práctico y muestran un interés real por el destinatario.

Pese a todo, escribir a mano no tiene comparación. «Es un proceso más lento, pausado, lo que permite reflexionar y conectar más con aquello que decimos. Valoramos más lo que implica, por lo excepcional del gesto y el esfuerzo que requiere», afirma del Charco.

¿Y las newsletters?

Aunque también online, las newsletters, que viven su mejor momento, recuerda mucho a las relaciones por correspondencia. Miles de personas esperan en su correo la llegada puntual de estas misivas digitales redactadas por personas que, en su mayoría (un 43% según un interesante estudio de la consultora Chus Naharro) lo hace por satisfacción propia. La periodista y editora Paloma Abad sí encuentra ese punto romántico en este formato al que ella se lanzó en 2023 con Pretty in, pretty out. «Por momentos veo mi newsletter como una carta a una amiga a la que le cuento mis reflexiones en torno a la belleza, el cuerpo femenino y la autoestima. Me gusta esa idea intimista, casi extinguida, de enviar una carta a mis amigas cada 15 días», cuenta.

La papelería Geuwoll, en Seúl, donde escribir cartas es una realidad.
En la papelería Geuwoll cuentan con un rincón para escribir cartas. FOTO: @geulwoll.kr

Aunque en ocasiones lo ve como un ejercicio de honestidad y transparencia periodística, no deja de encontrarle parecido a la escritura epistolar. «Además, invita a recuperar otros hábitos saludables, como el de la lectura lenta y reposada. Es decir, no tiene ese componente de prisa, de inmediatez». Escribir cartas por terapia es una puerta abierta a un espacio de calma y sencillez.

Otras formas actuales de escribir cartas de verdad

Para los más puristas y tradicionales. O para los que dudan que teclear sea mínimamente parecido al gesto de escribir sobre un papel en blanco, actualmente hay opciones que permiten practicar este noble arte en peligro de extinción. La app Slowly es una de las herramientas más conocidas. Se trata de una aplicación que lleva al móvil la experiencia tradicional de hacer amigos por correspondencia.

Para los que no tienen ni idea de qué escribir, la dueña de Geuwoll da más ideas. «Incluso una notita escrita a mano en el táper del almuerzo puede transformar el día de cualquier persona». Con esta filosofía, la plataforma online Flowwow, que permite enviar flores, dulces y otros regalos de tiendas locales a cualquier parte del mundo, cuenta con un servicio de notas personalizadas. Buenaventura del Charco tiene claro que este tipo de pequeños gestos están llenos de valor. «Dedicar tiempo y tener detalles en un formato analógico es hoy en día algo escaso, y precisamente por eso tan poderoso».

 

El alcance terapéutico de las misivas

Liberador, reflexivo, enriquecedor, sanador… Cabe preguntarse si escribir cartas cuenta como terapia. «En cierto modo, contar a otro es también una forma de contarnos a nosotros mismos. A veces, lo que tenemos dentro es confuso, y al contárselo a otro y, sobre todo, al escribirlo podemos ordenarlo. Es una forma de convertirlo en algo más entendible y menos amenazante», contesta Buenaventura del Charco. Sin embargo, el psicólogo subraya que el verdadero sentido de redactar una nota es el mero placer de hacerlo. “Ese deseo es una muestra de coherencia con nosotros mismos en nuestro afán de contacto y comunicación con el otro”, reflexiona.

Frente a todo esto, vuelvo a plantearme si le escribiré por fin o no esa carta a mi madre. ¿Tiene sentido? Juhee Mun me dio, sin querer, la respuesta en su libro. «Escribir cartas puede permitir reconocer errores, liberar culpas y sanar el malestar que se arrastra. Y, a veces, es la forma más sincera de volver a estar cerca de alguien». Ya estoy buscando libreta y un buen bolígrafo.

MÁS NOTICIAS

WeLife hoy

Cremas con espículasTestosteronaClínicas longevidadIndefensión aprendidaEscribir cartas

Suscríbete a la Newsletter de WeLife para cuidar de tu cuerpo, tu mente y del planeta

Suscríbete a la Newsletter de WeLife para cuidar de tu cuerpo, tu mente y del planeta