Esta es la solución para que el estrés diario no destroce tu relación de pareja

Para muchas personas, vivir siempre de vacaciones sería un sueño. Quizá, al menos hipotéticamente, para casi todas. El problema es que no suele ser factible. Por eso, al regresar a la rutina diaria suelen dar bajones emocionales y anímicos. Estos pueden ser especialmente dañinos para nuestras relaciones personales, e incluso –o sobre todo–, para las de pareja.

En lugar de buscar la belleza de la cotidianidad, esta se convierte en un yugo que marca la pérdida de la libertad. Al mismo tiempo, la vuelta a la vida rutinaria y a las tareas y responsabilidades provocan un aumento del estrés. Sin embargo, hay una forma de luchar contra todo ello manteniendo al mismo tiempo un cierto espíritu de vacaciones. El psicólogo especializado en vínculos Sebastián Girona nos explica cómo lograrlo.

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Cómo afecta el estrés al amor

Además de afectarnos, y mucho, como individuos, el estrés puede ser el gran enemigo de tu relación de pareja: «Cuando estamos estresados, nuestros rasgos de personalidad negativos se ven exacerbados, y aquellos aspectos de mi personalidad que no le gustan mucho a mi pareja, y que normalmente puede tolerar, estarán amplificados. Esto tendrá un impacto directo en la relación», confirma Sebastián Girona.

Para empezar a plantarle cara al estrés, Girona sugiere organizarse para lograr disminuirlo. Por ejemplo advierte que «muchas veces nuestros objetivos están relacionados con el trabajo o las responsabilidades». Por eso, el experto en vínculos recuerda que «es importante también establecer metas personales relacionadas con el disfrute y el autocuidado».

Cómo saber si el estrés es el gran enemigo de tu relación

Por ello es fundamental aprender a detectar cuándo el estrés está impactando en tu relación, saber reconocer las banderas rojas. El psicólogo considera que todas ellas se condensan en una sola. «Cuando una persona está muy estresada y este estrés se mantiene durante varias semanas, se vuelve irritable, intolerante e irascible, lo que comúnmente llamamos tener malas pulgas. Es probable que reaccione mal, responda de manera agresiva y sea más explosiva a la hora de enfrentar los problemas», explica.

Sin embargo, lo importante según él es la frecuencia, no se trata de un malhumor esporádico, sino continuado en el tiempo. «Esa es la red flag. No es sólo cuestión de un mal día, sino también que estos síntomas deben durar al menos una semana para considerar que el estrés está afectando a la relación”, alerta Girona.

Cómo gestionar el estrés en pareja

Hay formas de evitar y afrontar el estrés en la vida diaria para que no afecte tu relación de pareja. Lo primero es tomar conciencia de que esta ahí y puede estar afectando a uno o a los dos miembros de la relación. «Todos pasamos por momentos de estrés, pero lo importante es tener una estrategia para manejarlo», destaca Girona. Además, el experto recuerda que, aunque también existe el llamado estrés innecesario, por lo general «el estrés es una tensión generada por el exceso de trabajo o responsabilidades, por lo que debemos equilibrarlo con actividades placenteras».

«Todo lo que aporte placer y disfrute ayudará a equilibrar lo que nos está afectando. Una mente estresada carece de placer, por lo tanto, cualquier actividad que añada disfrute será clave para balancear la ecuación», aclara. Entre las sugerencias que enumera, destacan salir en pareja, practicar deporte con regularidad –aunque sea moderada–. Ambas, subraya, tienen un impacto muy positivo.

Hábitos vacacionales contra el estrés

Ponerse en modo vacaciones podría ser una forma de luchar contra el estrés. Cualquiera puede imaginar esa felicidad de cuando la mayor responsabilidad es conseguir plantar la sombrilla en una playa más o menos atestada. Sin embargo, Girona matiza este punto ya que «las vacaciones son valiosas precisamente porque no son permanentes. Si lo fueran, ese placer podría desvanecerse». Por eso recomienda que «lo ideal sería que la semana fuera lo más equilibrada posible. Encontrar pequeños momentos de relajación y placer entre semana, no solo durante el fin de semana, para equilibrar la vida y mantenernos motivados».

El psicólogo recomienda «rescatar rutinas de nuestras vacaciones para aplicarlas en la vida diaria». Por ejemplo, quedar para tomar un helado y regresar caminando a casa o detenerse a mirar la luna en pareja. «Ayudaremos a equilibrar la balanza, que no todo se trate de responsabilidades y compromisos. Sino que haya disfrute en cualquier momento, sea un martes o un miércoles», explica.

Del mismo modo que con la alimentación puedes disminuir el estrés, con los hábitos recuperas el vínculo con el placer. Además, Girona recuerda que es importante que «además de tener objetivos compartidos, cada uno mantenga sus metas individuales». De ese modo, la relación se fortalecerá y el estrés no encontrará rendija por la que molestar.