Cara de cortisol, el efecto secundario del estrés que te hincha el rostro

Seguro que ya sabes el daño que puede provocar el estrés sostenido en tu cuerpo, pero ¿te imaginas que también pueda ser responsable de cambios en el aspecto de tu cara? Es lo que se conoce como cortisol face o cara de cortisol, un término con el que se hace referencia a los cambios físicos en el rostro que pueden ocurrir como resultado de niveles elevados y crónicos de cortisol, la hormona del estrés.

“El cortisol es producido por las glándulas suprarrenales en respuesta al estrés, y cuando sus niveles se mantienen altos durante un período prolongado, puede tener varios efectos en el cuerpo, incluyendo cambios en la apariencia facial”, explica la doctora Paloma Navarro, endocrinóloga. “Si bien el cortisol tiene funciones importantes en el cuerpo, como regular el metabolismo, el sistema inmunológico y la respuesta al estrés, niveles crónicamente altos pueden tener un impacto negativo”.

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Cómo es la cortisol face o cara de cortisol

1. Rostro redondeado (cara de luna llena). Uno de los efectos más comunes unos niveles elevados de cortisol es la redistribución de la grasa corporal. “Esto puede llevar a la acumulación de grasa en áreas específicas, como la cara, lo que puede hacer que el rostro se vea más redondeado o hinchado. Este efecto es especialmente notorio en personas con síndrome de Cushing, una condición caracterizada por un exceso de cortisol en el cuerpo”.
2. Hinchazón facial. El cortisol también puede causar retención de líquidos, lo que puede provocar cierta hinchazón alrededor de los ojos, dando al rostro una apariencia cansada o envejecida.
3. Acné y piel grasa. El aumento del cortisol puede llevar a un aumento en la producción de sebo, que se traduce en una piel más grasa y con propensión al acné. Además, es posible que las personas con niveles altos de cortisol desarrollen una coloración rojiza en las mejillas debido a cambios en la circulación y la inflamación.
4. Pérdida de elasticidad y arrugas. Los niveles altos de cortisol también pueden contribuir a descomponer el colágeno de la piel, haciendo que pierda su elasticidad y se vuelva más propensa a arrugas.
5. Ojos hundidos y ojeras. Aunque no es exclusivo del cortisol, “los niveles altos de esta hormona pueden contribuir a la fatiga crónica y la falta de sueño, lo que puede ocasionar ojos hundidos y ojeras”.

Por qué el estrés cambia la apariencia del rostro

Hay varias circunstancias que pueden estar detrás de esta cara de cortisol:

• Estrés crónico. El estrés prolongado es la causa más común de niveles elevados de cortisol. Situaciones de estrés constantes, como problemas laborales, familiares o de salud, pueden mantener el cortisol alto.
• Síndrome de Cushing. Se trata de un trastorno en el que “hay una producción excesiva de cortisol, ya sea por un tumor en las glándulas suprarrenales, el uso prolongado de corticoesteroides o un tumor en la hipófisis”. En este sentido, la actriz y comediante Amy Schumer ha reconocido que fue diagnosticada de enfermedad de Cushing, una forma específica del síndrome del mismo nombre causada por un tumor en la glándula pituitaria que estimula la producción excesiva de cortisol, y que este problema ha afectado a su vida personal y profesional. Otro personaje conocido que ha revelado haber recibido este diagnóstico es Nelly Furtado, que ha explicado que cuando esto le sucedió decidió alejarse del foco mediático para centrarse en su bienestar y recuperación.
• Corticosteroides. El uso prolongado de estos fármacos, utilizados habitualmente para tratar enfermedades autoinmunes, también puede causar un cortisol face. Por ejemplo, Sarah Hyland, conocida por su personaje de Haley en la serie Modern Family, ha hablado públicamente acerca de cómo los corticosteroides que ha tenido que tomar debido a sus problemas renales le han causado síntomas similares a los del síndrome de Cushing, como la “cara de luna llena” o hinchazón facial.

Cómo se trata la hinchazón debida al cortisol

La cara de cortisol, explica la doctora Navarro, “no solo tiene implicaciones estéticas, sino que también es un indicador de un desequilibrio hormonal significativo que puede tener otras repercusiones en la salud, como la disminución de la densidad ósea, la debilidad muscular y problemas metabólicos como la obesidad central”. Su tratamiento “implica abordar la causa del aumento de cortisol. Esto puede incluir técnicas de manejo del estrés, cambios en el estilo de vida, o tratamiento médico en el caso de condiciones como el síndrome de Cushing”.