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El psiquiatra Carlos Cenalmor nos da las pautas para evitar el estrés laboral. / Imagen: Fotograma de 'Friends'.

Salud mental

Cómo mantener la calma en momentos de máxima exigencia: la fórmula mágica avalada por expertos

Hemos hablado con Carlos Cenalmor, médico psiquiatra y psicoterapeuta, especialista en estrés laboral y síndrome burnout para aprender a gestionar las tareas y obligaciones.

Por Sara Flamenco

8 de abril de 2024 / 08:00

El trabajo es algo imprescindible para poder vivir pero esto no significa que toda tu vida deba quedar supeditada a ello. Hay veces que las obligaciones laborales implican un nivel de exigencia sobredimensionado que desemboca en un grado de estrés altísimo, lo que tiene serias consecuencias en el desarrollo de tu vida. Esta situación es conocida como burnout y para lidiar con ella hemos hablado con Carlos Cenalmor, médico psiquiatra y psicoterapeuta, especialista en estrés laboral y síndrome burnout.

«Dominar la mente en momentos de estrés laboral es posible. Muchas de las personas a las que ayudo con este estrés y el burnout buscan eso precisamente: la manera de controlar su mente para mantener la calma en esos momentos de altísima tensión por los retos laborales, responsabilidades y exigencias. Y mi mensaje siempre es el mismo: es posible controlar la mente en esos momentos», apunta el experto.

«Pero, para ello, tienes que respetar las reglas del juego. Del juego de tu mente, de tu cuerpo y de la vida. Quienes pretenden vivir una vida de estrés sin las reglas sobre cómo funcionamos, finalmente acaban enfermos y fuera de juego», advierte.

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Por qué sufres estrés

Carlos Cenalmor sufrió en sus propias carnes lo que es vivir con estrés como consecuencia de una alta exigencia laboral, por lo que trabaja estos temas desde hace años. Asegura que, para superarlo, lo más importante es identificar las causas que generan estrés laboral.

«Se tiende a pensar que lo que más nos estresa es tener muchas tareas acumuladas u objetivos exigentes que alcanzar. Y sí, esto es importante, pero en mi experiencia hay dos elementos estresantes por excelencia: la alta responsabilidad y las relaciones interpersonales«, afirma el experto.

El primer punto es sencillo de explicar, ya que cuando «el peso de un negocio o de un grupo recae sobre una persona, las decisiones que esta toma tienen mucho más en juego, y eso lleva a una mayor tensión y desgaste«, explica Cenalmor.

Pero, ¿qué hay del segundo? Porque las relaciones personales en el trabajo son, a priori, positivas. De hecho, un estudio de Harvard demostró que los trabajos con los que las personas son más felices son aquellos en los que hay más relación con otras personas, además de ser el pilar fundamental para conseguir la felicidad.

«Los seres humanos somos seres sociables y necesitamos el contacto con otras personas. Este contacto nos llena de satisfacción y sentido, por tanto, cuando trabajamos en equipo o ayudando a otros, nos sentimos más plenos», comienza explicando el experto. «Sin embargo, cuando estas relaciones van mal y hay tensiones, aparecen unos niveles de estrés mucho más altos que si trabajásemos a solas», concluye.

Pero hay que tener en cuenta, según explica Carlos Cenalmor, que el estrés se genera en la cabeza y, en consecuencia, la personalidad de cada persona tiene mucho que ver. «Hay rasgos de personalidad que veo a menudo en mi trabajo con personas con alto estrés laboral y que se suelen repetir con frecuencia: el perfeccionismo, la autoexigencia excesiva, la complacencia o dificultad para decir que no, o la baja autovaloración, conocida como el síndrome del impostor», indica.

Según explica, el perfeccionismo lleva a las personas a perder mucho tiempo en pocas tareas, lo que hace que puedan abarcar mucho menos y se estresen por falta de velocidad y eficacia real.

La autoexigencia excesiva hace que no disfrutes de los éxitos, porque al llegar a la meta siempre piensas que podrías haberlo hecho mejor. La complacencia, la dificultad para poner límites, hará que tengas muchas dificultades para gestionar las peticiones y, por lo tanto, acabes saturado y haciendo lo que otros quieren que hagas, en lugar de hacer lo que debes hacer.

Síntomas y consecuencias del estrés excesivo

Ya hace años que la Organización Mundial de la salud etiquetó el estrés laboral como un síndrome y problema de salud importante. «Hay que entender que el estrés sostenido afecta a toda nuestra vida: cuerpo, mente y espíritu. Y, por tanto, no es de extrañar que los síntomas del burnout laboral afecten a los tres planos», indica Carlos Cenalmor. Dividamos pues estos síntomas en los tres planos mencionados:

  1. Cuerpo: «Aparece una pérdida de energía física y emocional que va en aumento y que, como me dicen muchos de mis pacientes, hace que te levantes sin ganas de enfrentarte a tu día y con el deseo de procrastinar todo lo que tienes que hacer», afirma Cenalmor.
  2. Mente: «En un plano más mental aparece un desencanto y desconexión de nuestro trabajo, lo que nos lleva a que nos de igual los resultados de lo que hacemos. Incluso, en trabajos con mucha relación con clientes, podemos llegar a odiar a esas personas a las que antes intentábamos ayudar», continúa.
  3. Espíritu: «En un plano más espiritual, aparece una sensación de falta de autorrealización personal respecto a nuestro trabajo. Lo que antes llenaba de sentido nuestra vida, ahora nos deja vacíos y desorientados», concluye.

Y no es ninguna broma. El estrés crónico tiene consecuencias muy negativas en la salud global. «En mi carrera profesional he visto como el estrés causaba de todo: intolerancias digestivas, hipertensión arterial, infartos, problemas hormonales como hipotiroidismo, todo tipo de problemas de piel y, por supuesto, problemas de salud mental como ansiedad y depresiones graves», advierte el experto.

Pero y eso, ¿por qué? Aunque no lo creas, la ciencia tiene la explicación. En etapas de estrés crónico, las hormonas del estrés como el cortisol, la adrenalina o la dopamina permanecen altas para ayudarte a sobrevivir ante un peligro. Sin embargo, cuando pasan unos días, estas hormonas deberían bajar a sus niveles normales y, si no lo hacen, empiezan a dar problemas alterando la regulación hormonal de las personas o debilitando su sistema inmunitario haciéndote más vulnerable a todo tipo de enfermedades.

Cómo mantener la calma en momentos de alta presión y exigencia en el trabajo

Y aquí es cuando Carlos Cenalmor da respuesta a la gran pregunta: cómo mantener la calma en momentos de alta exigencia laboral. «La clave está en la consciencia y la conexión con nosotros mismos. Si conseguimos esto, iremos teniendo claras las reacciones de nuestro cuerpo y, en una etapa de estrés, podremos ir dándole lo que necesita para gestionarlo», apunta el experto.

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Pero, ¿qué es lo que hay que dar al cuerpo y la mente en momentos de estrés? «Todo aquello que hayamos experimentado en nuestra vida que les sienta bien», resume. Pero lo más importante es no dejar de cuidarte, de comer bien, de hacer deporte y de priorizar el sueño. «Si te viene una época más difícil, es momento de cuidarte más para pasarla lo más sana y enérgica posible, no cuidándote menos para aumentar tus papeletas de sufrir una gran crisis de estrés», aconseja.

Además de cuidar tu cuerpo, otro de los ingredientes de esta fórmula mágica es cuidar y respetar los ratos con tus seres queridos. «Arriba decía que las relaciones pueden ser una grandísima fuente de estrés en nuestra vida cuando nos dan problemas, pero, igualmente, pueden ser una grandísima protección contra el estrés si tenemos relaciones sanas. No hay nada como volver a tu casa y compartir con quienes viven contigo tus problemas y preocupaciones para reducir tus niveles de estrés», advierte Carlos Cenalmor.

Y como tercer ingrediente, conocerte a ti mismo y trabajar esos rasgos de personalidad que te hacen más propenso a sufrir estrés. Una autoexigencia excesiva, la falta de autoestima o el no saber decir no y poner límites, hace que te trates mal a ti mismo, sometiendo a tu cuerpo y a tu mente a un nivel de demanda altísimo que desemboca, sin remedio, en estrés crónico.

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