¿Miedo al futuro? Te enseñamos a manejar eficazmente la incertidumbre

Después de vivir una pandemia, de la crisis económica que se cierne sobre el país, de los incendios, el cambio climático, la guerra en Ucrania, la inflación… ¿No es lógico sentir cierto desasosiego por el futuro que nos espera? Claramente es una opción más que humana pero este sentimiento puede generar alteraciones en nuestra salud mental. Si sientes miedo al futuro y a la incertidumbre, toma nota de las pautas que nos dan los expertos para poder manejar estas emociones.

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¿Por qué sentimos incertidumbre?

La incertidumbre supone una falta de seguridad o certeza sobre algo que genera inquietud. En los tiempos que corren y, después de vivir situaciones que nunca pensarías vivir, es de lo más normal sentir esa ansiedad y miedo al futuro porque ¿qué más nos deparará? 

En relación a la incertidumbre y el miedo que genera, Lucía Feito Crespo, psicóloga del Instituto Psicológico Cláritas, nos explica que “generalmente, en todos nosotros, la incertidumbre, el no saber lo que va a ocurrir o para lo que no tenemos una respuesta exacta, genera miedo, y esto nos lleva a sentirnos vulnerables, estados y emociones que no nos suelen gustar demasiado”. Esta claro que, en principio, la catalogamos como una emoción negativa que queremos evitar, o de la que queremos huir, pero, ¿puede tener un sentido o una razón de ser? Parece ser que sí.

¿Necesitamos sentir incertidumbre? ¿Es útil? Feito Crespo nos cuenta que “necesitamos sentir incertidumbre, puesto que estos estados son los que nos llevan a activarnos para evolucionar, para encontrar una solución, diseñar una estrategia para un problema, crear nuevas redes y conexiones que nos permitan crecer personalmente, y esto solo se puede activar mediante la incertidumbre”.

Entonces no deberíamos pensar en ella como una enemiga sino como una forma de crecer, ¿verdad? “Aunque no nos gusta mucho y nos cuesta manejarla, más en la sociedad actual en la que estamos viviendo, si sabemos manejarla bien, la incertidumbre nos aportará algo positivo, una mejor versión de nosotros mismos” añade la experta.

Así nos afecta el miedo a la incertidumbre

Ya sabemos que sentir ese miedo a la incertidumbre tiene una razón de ser, una utilidad. El problema vendría al no saber gestionar bien esa emoción. “La incertidumbre suele despertar en nosotros miedo, que de no ser bien gestionado nos llevará a experimentar ansiedad, pudiendo llegar, incluso, a generarnos síntomas depresivos como la apatía” explica la psicóloga del Instituto Cláritas, y añade “no saber qué va a ocurrir, nos lleva a no poder controlar y esto supone una amenaza para muchos de nosotros, lo cual hace que se active el miedo y estemos en un estado de alerta, que, si no tenemos herramientas para gestionar bien, nos llevará a estados ansiosos y a interpretar muchas señales como amenazas, aunque no lo sean”.

Para evitar llegar a estas situaciones lo ideal es tener un manejo saludable y consciente de nuestras emociones, escucharnos, tratarnos con amabilidad y acoger esos sentimientos. Nuestras luces no brillarían tanto sin nuestras sombras.

Un manejo emocional inadecuado puede afectarnos física y psicológicamente. “Si no tenemos una buena autoestima, no creemos y confiamos en nosotros mismos, podemos llegar a estados de apatía y frustración, puesto que acabamos instalándonos en el ‘no puedo hacer nada’, ‘da igual lo que haga’ o, incluso, nos coloca en escenarios catastrofistas, donde la tendencia es imaginarse el peor de los escenarios y preparándonos siempre para lo peor. El resultado de todo es la alteración de nuestro estado emocional, disminuyendo drásticamente nuestro bienestar psicológico y físico” señala Feito Crespo.

Sí, se puede superar el miedo al futuro

Gestionar este sentimiento sin asumir un alto coste emocional es posible ¿de qué forma? Lucía Feito nos explica que “lo más importante, aceptar y saber identificar las emociones que genera en nosotros la incertidumbre. Muchas veces, confundimos gestionar una emoción con controlarla o luchar en su contra. El primer paso es aceptar lo que sentimos, contextualizar porque está surgiendo en nosotros esta emoción y lo más importante ¿Para qué?, todas las emociones tienen su función y vienen a darnos una información muy valiosa para nosotros mismos, por lo que en vez de cegarnos y lugar en su contra, es más inteligente aceptarlas, obsérvalas y no juzgarlas”.

Al validar esa emoción, mirarla cara a cara, abrazarla y aceptarla, verás la situación desde otro prisma. La lucha constante por librarnos de los sentimientos que consideramos negativos es agotadora y además no nos deja ver con claridad, por lo tanto, párate a observarte y sé consciente de las emociones que sientes. Una vez tenemos el plano general de la situación podremos abordar las cosas de una forma más sencilla.

¿Y si me obsesiono?

La sensación de pérdida de control y el mismo miedo a sentir miedo puede bloquearnos, evitando que avancemos y creando un bucle en el que la ansiedad va a campar a sus anchas. A este respecto, la experta señala que “es importante que no caigamos presos de nuestros pensamientos para que no se conviertan en rumiaciones y obsesiones, que nos hacen mucho daño. Debemos intentar que estas preocupaciones que nos despierta la incertidumbre no se conviertan en el foco de nuestro pensamiento intentando dirigirlos a otros más positivos, como nuestras capacidades y fortalezas, recordando otros momentos y experiencias en los que sí hemos sido capaces de resolver con éxito diferentes situaciones en las que tampoco teníamos la certeza de lo que iba a ocurrir”.

Creer y confiar en ti es un trabajo diario que va a ayudarte a hacer una gestión emocional mucho más sana.

¿Qué hago para controlar mi miedo ante la incertidumbre? Ahí está el error, en el control. Amiga, no podemos controlarlo todo y querer hacerlo solo nos va a llevar a frustrarnos y a no solucionar el problema. Lucía Feito nos explica que “es muy común que tendamos a querer tenerlo todo bajo control, y debemos permitirnos nuestra vulnerabilidad. Todo proceso de aprendizaje pasa por el error, tenemos derecho a equivocarnos y aprender” y añade que “evitar la tendencia al control, el perfeccionismo, confiar en nosotros y fomentar una buena autoestima es la mejor inversión que podemos hacer”. 

Todo proceso de aprendizaje pasa por el error, tenemos derecho a equivocarnos y aprender.

La vida es incierta

Es imposible tener la certeza sobre todo lo que va a pasar en la vida, la vida es incertidumbre. Pero debemos verlo como una oportunidad de crecimiento personal, de nuevos retos, de desarrollar la paciencia, de arriesgarnos, de salir de nuestra zona de confort. Convivir con la incertidumbre es algo tan natural como respirar, otra cosa es que esta falta de certeza nos genere miedo y ansiedad. 

Quiérete, escúchate y permítete, abraza esos sentimientos que surgen sin ningún juicio y aprende de todo ello. El miedo paraliza, pero también nos avisa de la oportunidad que tenemos para continuar creciendo y a impulsarnos para utilizar las herramientas correctas. Vivir sin miedo sería temerario, tu miedo es un aviso, utilízalo a tu favor como un elemento con el que lograr una buena gestión emocional y un mayor bienestar.