Las moquinas se liberan con el ejercicio y ayudan a tu salud mental./ Foto: Bond Sport.
Salud mental
Mioquinas, así funcionan las “moléculas de la esperanza” que liberas al hacer ejercicio
Las endorfinas no son las únicas responsables de que te sientas bien al hacer ejercicio. También las mioquinas juegan un papel en ese bienestar, y además mejoran la memoria, el aprendizaje y la depresión.
Por María Corisco
6 de marzo de 2024 / 13:30
Siempre que se habla de los beneficios del deporte para el estado de ánimo se hace alusión a las endorfinas. Conocidas como “hormonas de la felicidad”, estas sustancias químicas, capaces de reducir el dolor y promover sensaciones de bienestar y euforia, se liberan cuando hacemos ejercicio físico. De ahí que muchos de los aficionados al deporte cuenten lo bien que se sienten mental y emocionalmente tras un buen entrenamiento. Pero hay otras moléculas, menos conocidas, que también contribuyen a este bienestar. Son las mioquinas.
De ellas se dice coloquialmente que son las “moléculas de la esperanza”, debido a que ofrecen esperanza en el campo de la medicina regenerativa y terapias para situaciones que, anteriormente, tenían opciones de tratamiento limitadas.
Qué son las mioquinas y cómo funcionan
Es fácil que su nombre no te resulte familiar. Las mioquinas son un grupo de moléculas que se liberan por el tejido musculoesquelético durante la contracción muscular. Es decir, los músculos, al contraerse -como cuando hacemos ejercicio– secretan estas sustancias químicas al torrente sanguíneo.
Durante años, los investigadores pusieron el foco en su potencial para ofrecer beneficios terapéuticos en distintas situaciones, como enfermedades metabólicas, inflamatorias, óseas y musculares. Pero, recientemente, este foco se ha ampliado y ahora se está viendo el rol que juegan en la salud mental.
Así, se ha visto que estas moléculas de la esperanza viajan desde el torrente sanguíneo al cerebro, cruzan la barrera hematoencefálica y tienen la capacidad de actuar como antidepresivos: mejoran el estado de ánimo, la capacidad de aprendizaje e, incluso, pueden ayudar a proteger al cerebro de los efectos negativos del envejecimiento. Es lo que se conoce como el circuito endocrino músculo-cerebro.
Una de las máximas exponentes en este campo es la doctora Bente Klarlund Pedersen, profesora de Fisiología del Ejercicio en la Universidad de Copenhague y directora del Center for Physical Activity Research (CFAS), cuyos estudios han contribuido significativamente a la comprensión de cómo las mioquinas pueden influir en la fisiología y la salud humana, y cómo podrían ser utilizadas como moléculas terapéuticas en el tratamiento de diversas enfermedades y condiciones médicas, entre ellas la salud mental.
Así, en uno de sus estudios, explica que “el ejercicio tiene muchos efectos beneficiosos sobre la salud del cerebro, contribuye a reducir los riesgos de demencia, depresión y estrés, y desempeña un papel en la restauración y el mantenimiento de la función cognitiva y el control metabólico”.
A partir de aquí, se plantea el papel que juegan las moléculas de la esperanza, y señala que “se acumulan pruebas de que pueden mejorar la formación de neuronas, la memoria y el aprendizaje”. Asimismo, detalla los mecanismos por los que las mioquinas pueden reducir síntomas similares a los de la depresión.
Cómo mejoran la salud mental
Tradicionalmente, las investigaciones se habían centrado en los efectos de las mioquinas sobre la salud metabólica y muscular, pero los estudios más recientes están explorando su impacto en la salud mental y el estado de ánimo:
- Regulan la neuroinflamación. Se ha sugerido que algunas mioquinas, como la interleucina-6 (IL-6), pueden tener efectos antiinflamatorios en el sistema nervioso central. La neuroinflamación se ha relacionado con trastornos del estado de ánimo, como la depresión, y se cree que reducir la inflamación puede tener efectos positivos en la salud mental.
- Estimulación del crecimiento neuronal. Algunas investigaciones sugieren que ciertas mioquinas -como el factor de crecimiento derivado de los fibroblastos 21 (FGF21)-, pueden promover el crecimiento y la supervivencia de las neuronas en el cerebro. Esto podría tener implicaciones para la salud mental al mejorar la plasticidad neuronal y la función cognitiva.
- Reducción del estrés oxidativo. Las mioquinas también pueden tener propiedades antioxidantes que ayudan a reducir el estrés oxidativo en el cuerpo. El estrés oxidativo se ha relacionado con trastornos del estado de ánimo, como la ansiedad y la depresión, por lo que la reducción de este estrés puede tener efectos beneficiosos en la salud mental.
- Promoción del bienestar general. El ejercicio físico, que es una forma de estimular la liberación de mioquinas, se ha asociado consistentemente con una mejor salud mental y un estado de ánimo más positivo. Las mioquinas pueden desempeñar un papel en los efectos beneficiosos del ejercicio en la salud mental al mejorar la función cerebral, reducir el estrés y promover una sensación general de bienestar.