Los cinco signos sutiles que demuestran que te estás boicoteando sin darte cuenta

Cuando suceden tantas cosas a nuestro alrededor a nivel general, a su lado nuestras emociones y decisiones cotidianas parecen insignificantes. De hecho, la idea de hacer un balance de lo que nos está pasando internamente puede parecer abrumadora y es muy posible que comencemos a deslizarnos hacia comportamientos destructivos sin siquiera darnos cuenta.

El autosabotaje, como suele denominarse, no siempre se siente o se ve de primeras. Se manifiesta de maneras encubiertas e inconscientes que obstaculizan deliberadamente nuestro propio éxito y bienestar cuando se trata de nuestras metas y valores personales. Es la idea de decir que ‘sí’ incluso cuando queremos decir que ‘no’ y sentimos la necesidad de estar de acuerdo con los demás incluso cuando no es verdad. También puede parecer que sigues a la multitud, no te quieres nada a ti misma por lo que has logrado o te entregas en exceso a cosas que sabes que no son buenas para ti.

Miedo

Según numerosos expertos, hay una parte de nuestro cerebro, el tallo cerebral, al que no le gustan los cambios, lo que provoca que caigamos en patrones destructivos y en el autosabotaje. De hecho, cuando detecta que algo no va a ser como siempre, esta zona de nuestro órgano hace que el sistema límbico descargue sentimientos de miedo y preocupación, por lo que la corteza tiene que encontrar una razón lógica para justificar esas emociones.

SUSCRÍBETE a nuestra newsletter y recibe todas nuestras novedades para tu cuidado y bienestar.

En muchos casos, nos saboteamos porque deseamos aceptación. En realidad, no queremos salir, pero lo hacemos porque nuestra amiga necesita una acompañante y no quiere ir sola. Nos proponemos para tener responsabilidades adicionales en el trabajo porque sabemos que nuestro jefe quiere que lo hagamos. Nuestro tallo cerebral solo quiere mantenernos a salvo, así que si estamos socialmente ansiosos, es probable que hagamos algo que nos haga sentir aceptados nuevamente.

No pones límites

Que te quedes hasta tarde constantemente para complacer a tu superior o que siempre te dejes llevar para ayudar a los demás pueden parecer acciones positivas que prueban tu valor como amigo o trabajador, pero este tipo de comportamientos en realidad puede terminar contribuyendo al autosabotaje.

Como humanos queremos ser aceptados y ser parte de una manada. Si quieres un ascenso en el mismo trabajo en el que está tu amiga y ella también lo quiere, tu necesidad de ser querida y aceptada puede sabotearte para que no lo intentes y la empujes a ella para que lo consiga. En este caso, al priorizar ser un ‘buen’ amigo, sin querer te has alejado más de lo que realmente quieres.

Procrastinas mucho y sufres el síndrome del impostor